José Cuervo – Margaritas
(Poemario trunco)
MargaritasEstoy aquí, completa y totalmente
al pedo mientras suena la guitarra
de Williams, acercándome a la parra
en la que le desnudo su tangente
al boludo de turno, cuya mente
reproduce el cantar de la cigarra:
inútil y sin pausa, cimitarra
sin filo que jamás llega a lo ardiente.
Me molesta y me da lástima el pobre
que en su decir no guarda un solo cobre;
que lo veo buscar ir a la izquierda
de la razón tan sólo por ser mierda,
y no por un joder al buen gustar
que no tiene ni quiere su pasar.
2. Paceña IceDebe de haber en el fondo del culo
una inquietante y mortal conexión
con otros dioses, que en crucifixión
dictan al mierda el versar que calculo
nace por simple actitud de no ser
unito más entre burros erectos,
debiendo en breve lanzar dos directos
al rostro burdo que mira sin ver.
No puede el pobre callar su vacío,
lo escupe recio a mis ojos de sal
como necio que llevando un misal
cree que porta la voz del rocío,
y no el pasado fruncido de huecos
mezclando a Fez con la luz de Marruecos.
HuariSonríe el pelotudo como si fuese mano
en un juego crucial donde se apuesta todo,
lo que queda de noche y el hábito del lodo
de salirse del piso hasta fingirse arcano.
En su imaginación maneja la manada
vomitando discursos con humilde orgullez,
y en su pecho se siente un Zeus con brillantez
de ónice incomprendido por tanta pendejada.
Hasta que desde el fondo me dejo llevar suave
por el canto del miasma, garra íntima del ave
que destroza o destroza, y en virginal acción
le arrojo una botella que le baja los dientes
que caen como frutos podridos, malolientes
mientras paso diciendo que tal mi obligación.
Paceña - Pico de plataUno no tiene nunca las mejores
y más putas y hermosas incertezas,
a lo sumo es su vida de rarezas
un altar, colección de desamores.
En así, no demuestran mil honores
eso de ser manojo de tristezas,
y andar desparramado como piezas
de un puzle que tan sólo tiene errores.
Si se me cruza indócil un mierdita
que pretende es su voz agua bendita
por llorar emociones desgastadas*
sólo quiero llenarle de patadas
el culo, que tendrá plano y ajado
de tanto andar buscando ser amado.
Paceña - Pico de oro¿Podría enajenarle de razón
al discurso solemne de Descartes
yendo primero al filo de las artes
por no dilapidar mi corazón?
¿Quebrar un par de piernas en dos partes
mientras un impotente y vil garzón
me ve andar sin llevar ningún calzón
la risa de los nuevos estandartes?
Podría, por la fuerza de mi raza
que al conocerse sola se desplaza
hasta ese rostro imbécil, sin pasado
Auténtica - Lemon Twista veces es que sale y dice amor
como fugado inquieto de algún coma,
tal que resucitado va y retoma
la fiesta que preñó con su candor.
Y entonces le tenemos sin temor
cagando por la boca y dale roma
- ¿que somos parecidos y sin doma
y no tenemos culpa del hedor? ,
hasta que desde atrás de algún presente
un buen culo aparece, algo decente;
y uno coincide entonces con el pobre
que sigue diarreando su salobre
pergamino rosáceo y sin sentido
mientras uno se erecta por latido.
y le muestra una concha negra y sucia
como principio y fin de aquella astucia
que luce el pelotudo obnubilado.
AuténticaOtras veces nos dice ahí, profundo
que bien pudiera ser que nos visiten
los cosos de color verde y habiten
como cualquier negrito nuestro mundo.
Ahí no sé si Marx o don Segundo
me llevan a mirar el universo
como algo sin anverso ni reverso
y quiero se lo lleven al segundo,
por no cagarme sólo en sus hipótesis
dejando al descubierto tanta prótesis
mental que nos regala el barrigón
que seguro ni lleva algún condón.
Le dejo que discurra en su almanaque
como se deja un verbo sin ataque.
Corona extraDe pronto llora a raudales su infancia
perdida a golpes y cambios de forma
que nos relata entre mocos, fue norma
se tome a burla con toda flagrancia.
Imbécil llora a la puta perdida
en sus añitos de triste vagancia
y nos refiere a su perra bandida
como si fuese del verbo sustancia.
Después, se queda aturdido y presente
como negando que fuera un tarado
epifanando un vulgar y demente
recuerdo liso, por todos llevado.
Entonces mira sus pies y me observa
a ver si su mensajito me enerva.
Tras hallarle el fondo voy de ahogado
de espaldas sobre su lerda caterva.