Desprendimientos
(Poemario trunco)
1. y sé que quiereTributo a Smarc"Primero debes llegar al odio" Smarc.Busca encontrarme lo feo del corte
cuando no sabe ya cómo alcanzarme,
por no poder ni siquiera anularme
intenta imbécil que pierda mi norte.
Y sé que quiere que nadie conforte
esta manera brutal de entregarme,
que pague caro por nunca vengarme
de ser del sol su extremista deporte.
Y me parece normal tanto enojo,
pobre pendeja querida de tantos
considerando que yo, mar de espantos,
nomás le di mi terrible despojo,
las ansias solas de ser otra cosa
que una canción simplemente ruidosa.
2.me confundí con tus pasos ganando
altura limpia en lo breve del suelo,
y por hallar en tu ritmo consuelo
de tu cintura me fui enarbolando,
hasta creer que no estaba soñando
con el final de mi fétido duelo,
y que por fin conseguía alzar vuelo
desde tus pasos de lienzos flotando.
pero te di de beber otras notas,
del estallar de tobillos sonrientes
sobre exigencias de pasos hirientes
y así encontraste mis venas idiotas,
vías del yerro llevando locuras
y no mi nombre venciendo estructuras.
3. LeyendoUn tumultuoso cruzar de intelectos
- entre un Piaget explicando secuencias
y un Malthus sobrio, cargado de ciencias -
nos fue llevando a la resta de afectos,
vos explicando mis tantos defectos
como quien hace una lista de herencias,
y yo nadando profundas ausencias
como entrenando vulgares dialectos.
¿Ese porqué de las perras acciones
fue que sirvió para hacernos canciones
o quedó en nada, en silente reproche
y cada cual a joderse en su noche?
Como se ve, no valió lo vagado
para sacarle provecho al jugado.
Por estas cosas termino alterado
buscando, solo, un mejor resultado.
4. Y el vientre..."la mujer estéril de vientre plano"
M.W.
¿Quién no querría comer mucho más
cuando la mesa se da en toda regla
y con delicias dispares se arregla
a provocar olvidar lo demás?
Y nadie, salvo el que entrena encerrado
en su privado disloque mental,
buscando hallar en su cuerpo un puntal
con qué romper el edicto heredado
que une la grasa en el vientre caído
a un corazón de por sí bien instruido.
Y aún así, payasita y amarga
vos cocinando, ensanchando la carga
de ser la triste y la gorda incontenta
por tus recetas que no tengo en cuenta.
5. AmistadesDime con quién andas... y te diré de qué mierda hablan.
Mara disfruta del gym cada día
y como no tiene vástagos, ella
pasea un cuerpo de fiera doncella
con ese toque genial de osadía.
Nancy se come la tele o al revés,
y sabe tanto de Mónaco y Carlos
que al escucharla tenés que adorarlos,
o preguntarte si tiene un envés.
Ninguna, pobre, sostiene otra cosa
que sus rosados culitos de seda
- un simple hablar, por ejemplo una rosa
de sangre negra que a todas exceda -,
y a vos te pueblan de idiotas maneras
que me circundan mis rojas esferas.
6. Luna rellena“¿Y qué pensás hacer al respecto?”
De una telenovela que no me acuerdo.
Esa costumbre que llevas alegre
de andar de queja en lamento por cosas
que ni terribles, y menos hermosas,
sin que ningún cambio añil desintegre
los pasos limpios que das por la vida,
huelen a trampa sabida y negada
de chica bien a la pose plegada
como un olor que sencillo se olvida.
Por aceptar lo que cunde te dueles
desde la boca hasta el fin de tus ojos,
pero si toca quebrar los cerrojos
que fijan recios, mortales y crueles
la libertad desnutrida y ajena
te quedas quieta, cual luna rellena.
7. Esa pereza que en cada quien¿Porqué no mueves un cerro y tu fe
hasta allanar mis horarios inútiles,
las disciplinas atroces y fútiles
a las que sólo y feliz abracé,
cuando entreví necesario torcer
tanto camino por otros andado,
y que refiere mirar al pasado
como se mira un nogal por vencer?*
¿Será que como los otros estanques
naciste río y quedaste precisa,
dulce quietud de pereza concisa
solo a mirar cómo pasan mis tanques,
sobre la vida que sigue terrible
jugando bajo mi boca indecible?