Deciteló
1.
Tengo que ser sincero y decir mi manía
de ser como un semáforo cambiante e inamovible,
dejando pasar rostros y avisando apacible
que habrá de detener a quien luzca armonía
entre un culo marmóreo y su sed de eufonía.
Hablar de mis afectos por todos los quilombos
- a los que ingreso siempre con platillos y bombos -
por dejar bien clarito que conmigo se juega
y contra mí pelea justo el que al final ruega:
" en bolas me quedé. ¿Quién me da dos biombos?"
2.Y allá, en lo largo del cronos
es algo como cansarse
de estar a tiro, y de fiarse
de quienes no dan los tonos
que salven sus abandonos,
sus faltas al arte, al tacto
cuando se deshonra un pacto,
volviéndose todo espera
de una pose de ramera
que odia sea tan exacto.
3.sueño mi nombre, escándalo que incierto
irradio desde mí, por ejercicio
de ser bajo la luz un precipicio
que lento acaba en sí; como un acierto
y acaso un yerro cruel que en desconcierto
me permite la cifra que acicalo,
dictada por el cielo en el que calo
buscando mucho más que realidad
- incluso más que toda la verdad -,
el verbo contenido en este halo.
4.Dos días bastarán para que de nuevo
surjan desde mi fondo las viejas dudas,
para que vea en todos al mismo Judas
y busque en mi crueldad, en mi andar malevo
un poco de distancia entre lo que llevo
y lo que voy mostrando desprejuiciado
de perlas y de cerdos, mas carenciado
de límites y curvas al vulgar uso,
como un iluminado que siendo iluso
sonríe su jamás haberlos amado.
5.¿Hay alguien que pregunte qué me gusta?
¿El sol de la verdad yo lo disputo
tan sólo por el hecho de ser puto?
¿Quién dice que mi boca no degusta
la concha por usada más augusta?
Me van mirando el culo y no los dedos
los que sembrando mierda y no viñedos
a la postre distraen mis pesares,
con cantos que refieren sus hogares
donde viven mordiéndose los miedos.
Nota: pensé en luego un "hiedras sin viñedos", pero me pareció más arriesgadito y jodón el doble "y no". También me lo pensé el "disfruto" antes del "disputo", pero me juí por la disputa.
6.Cuando escucho venir al serpenteo
siento al Longines* loco en su carrera
en lid contra mi mente y su manera,
que con silencio atroz, sin forcejeo
termina realizando el ajetreo
de limpiar de medianos el camino
que con mi voz incólume germino.
No desdigo que siento un touch de gracia
al ver sangre ganada por mi audacia,
pero es así con filo que ilumino.
*Longines: aquí refiere a corazón.
7.Me salgo simplemente de cualquier geometría,
sin aviso ni raras pretensiones impuras
- que suelen ir llevando las gentes más oscuras -,
desde mi propio caos me gano una maestría
en hallar en mis límites esa cruel simetría
con aquel equilibrio del que hablan los notables
y todos estos besos vueltos ya desechables.
Porque los puentes, largos, llevan abajo tanto
abismo, que es difícil llegar hasta mi espanto
de hombre sin laberinto que no pide culpables.
8.Cierto, como oleaje que en sí mismo se encierra
emergiendo fulgente de la espuma del daño
tras haberle torcido las manos al engaño,
libero en soledad mi ser único, tierra
mar, impúdico arroyo preñando cada sierra
y cada voz distante, esperanzo quietudes.
Condición de mi humana multitud de inquietudes
embandero mil huecos sobre naves que quemo
compitiendo con dios quién es bueno en el remo,
hasta reír herido mi falta de virtudes.
9.Aquí, bicho de mil formas te estrellas
en este vientre crudo de mis músculos
donde el ángel bebió tantos crepúsculos;
y en tu rotura simple, sin botellas
que potencien estúpidas centellas
a nadie perteneces sin ser tuyo.
Devienes en lo fácil que destruyo
por esa condición de hijo de puta
que se lleva tan dentro y se disfruta
cuando puedes decir: "al resto excluyo".
10. Sueño, al tiempo que vivo, con la mano que llega
y posada en mi hombro comparte lo labrado,
que me dice palabras en el lecho ganado
con ojos y caricias que sabe quien se entrega
a manera de alfa y de inasible omega.
Y aunque ya tengo mucho siempre más voy queriendo,
quizás porque aún más es que me voy sintiendo
prescindido de gentes negadas a mis rojos,
a mis intensidades acabando en enojos.
Me conservo este sueño aunque me viva hiriendo.