Cuartos partos y partes
Te descuartizas en el camino
trocando en laberinto la senda
que lleva a todos lados y a ninguno,
con el corazón de Clodia en el bolsillo izquierdo
y la sangre de Catulo en lo que queda del derecho.
Y desde tus destrozos resurges
como estructura de volcán inusitado
que ardiendo en sus entrañas
anhela con desesperación el frío cierto del cielo
reservado para los que matan sin asesinar.
Cuatro partos o cuatro partes
y el sudor corriendo por la sien
remarcan tu estancia entre nosotros
que no nos queremos tanto
pero que andamos pegados, como mango a la hoja.