me salía bien no estar de acuerdo porque justamente no me cerraba ni cumplir un horario ni la libre ilimitación de los estúpidos
me calzaba como guante el pelo largo y la cabeza rapada una cruz puesta de cabeza en la remera que no es otra cosa que una espada erguida como la camisa blanca dispuesta al acto de una corbata negra mal y la sonrisa del sol instalada en mi zurda
me gustaba tanto compartir el cruzar cada uno de todos los límites de entonces aunque no tuviese con quien hasta firmar el famoso libro negro ser echado por los de seguridad de la disco o irse a otro país con cincuenta dólares y una botella de algo
era bueno todo eso
porque a pesar de que al estar ahí las cosas apretaban más allá de los manuales estando aquí se siente bien tanto la distancia como los puentes tendidos al pedo pesa igual lo que se logró como lo que fracasó el intento que hizo diana y el que terminó en la arbolada
y uno toca el pasado mientras juega con el presente sabiendo que quiere imponerse el viceversa un poquito ya a resguardo
el que te da haber estado tras la alambrada no ser lo que dijeron serías sino eso mismo y lo contrario por en lugar de decir en una reunión presente decir futuro