no me pregunto quién hizo el primer disparo
quién rubricó la primera insidia con dientes carroñeros
ni quién inició el silencio profundo
no me suman momentos ni certezas
el origen de los escándalos
ni el final de ninguna batalla
no me hace mejor conocer el nombre imposible
de quien pudiendo
no arrojó la primera piedra
no explico el motivo ardiente
de los nudos en mi cuello
o el acto de unos ojos evitando los míos
no voy e indago
acerca del rocío y del sereno
cuando lamen los pies del pobre
no me cuestiono jamás
por qué ríe una habitación
cuando la soledad la deja
ni por qué la semilla del entusiasmo
brota donde menos se reposa
mientras los no fatigados duermen
no escribo poemas
ni prosa
ni siquiera imagino
lo que sería mi cuerpo y mi mente
si no te hubiese besado