Se hizo la reunión y se decidió que por navidad se cenaría chancho.
Todo fue por votación democrática.
Anoche fue que dijeron futuros
de navidad y del año que viene
que pasarán desprovistos de higiene
con alegría mortal tras los muros.
Un gran lechón bastará, que a los duros
cambiar el pollo les gusta y conviene
aunque en el fondo ya nada los llene
por extraviarse entre cielos impuros.
Los más felices, sin duda, resultan
ser los becados, los huerfanos flacos
a los que tanto maltratan e insultan
las bocas sucias de internos y pacos
que se forjaron atrás con desprecios
al no poder soportar el ser necios.