Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: Séptimo decanato Mar Nov 13, 2012 6:26 pm
61- La penumbra
No, no alcanza con eso de haber servido bien, no basta con haber vivido una ilusión, en el reconocer la propia pequeñez no es donde se despunta la primera grandeza, y no resulta heroico enfrentar día a día lo que se sentenció como meta imposible.
Fijáte, a una pregunta la reemplaza otra como un dolor se suple también siempre por otro, mientras los infinitos espacios cotidianos generan la distancia por poco inconcebible entre dos alegrías sujetas por el tiempo.
La historia es un disparo donde al último trecho que inconsciente atraviesa la bala liberada la que sabe será víctima casi grita su horrible y tan sincero deseo de una fiesta de despedida, breve, ferozmente pueril.
¿Qué otra cosa, ven, dime, sino empezar de nuevo o terminar de vuelta, o al menos intentarlo con el origen mismo y la finalidad reducidos a culpas en mudez masculladas desde el lado tristísimo de los insatisfechos?
Todo por un mañana de herrumbre entre los ojos en el que aquel pobrísimo ser humano dirá en oídos de otro algún conocimiento como si el mundo entero tuviera algo que ver con todo ese teatro de vender los regalos.
No eres nadie, lo sabes y lo eres todo, siempre, no ser o ser da igual, pero habrá que decirlo
porque con ello cuenta el idiota que aprueba lo que su igual espera que apruebe para serse, porque de ello depende el intelectual fino que niega dependencia, como un intelectual.
¿Ves? Se escapan las horas, hediondas de prisión, por nombrarlas un alguien desbocado las mancha y vivirlas no alcanza ya para redimirlas en la mente tortuosa del que palpó sin límites lo que le resultó antes y después bueno, y que habiendo podido sostenerlo y asirlo lo dejó ir por razones que las podrá explicar pero que nunca fueron ciertas en su interior, como el anciano astrólogo que de pronto capaz de predecir que no podrá volver a hacerlo lo calla, mientras dice palabras sin sonidos herido en la penumbra.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: 62- Sólo parte Mar Nov 20, 2012 4:40 am
62- Sólo parte
Despacio, o velozmente, sopesó las opciones que tuvo en su momento - aunque nunca importó el tiempo a sus modos - para abrirse camino sin dudar con desestimación casi suprema.
Le tocó así el reclamo desde lejos que respondió sencillo con enojos; se ofreció a lo común y fue logrando su espacio solitario, su eco mudo.
Se admite su difícil existencia, por unos aprobada quietamente por otros rechazada sin encono, respirar que ninguno califica jamás como inextenso, porque sombras y luces evidencian no seguirlo.
Se pretende un vulgar acercamiento que se sabe proviene del curioso que al secreto se acerca por contarlo no por querer saberlo ni medirlo.
Al seguirlo, vuélvense más breves los tobillos, la frágil conjunción de carnes y de huesos que capaz de imponerle su voz al alma entera todavía le teme al grave salto que pudiera tornarle en alas ínclitas.
Las horas del reloj, la inquieta sombra del árbol que desdice el almanaque, de lo frugal el límite preciso, de los extremos toda explicación sobre la que permite hacer al polvo por su seguridad siempre inmediata - en la que los presentes le desean le muerda y hasta dañe algo de duda -, al medio emocionante y tan intenso de lo que ignora el rumbo que será habrá de decidir, por sí, abrazar.
Más años, y años más la capa gris que cubre esos sus hombros, los del que en las tormentas mira el agua en el agua el hidrógeno, el oxígeno y en todas las moléculas su parte, solo parte que ve, parte que fue.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: Re: Séptimo decanato Mar Abr 16, 2013 6:24 pm
63- No hi d ai
Era capaz de ver y dibujar la curva que conduce a su final por lo alto de diez mil acantilados sabiendo de firmezas e infinitos.
Con la conciencia plena y desvestida de palmeras que nunca, allá en la infancia conocieron la sed o soledad porque entonces tan sólo era lo lleno, preparaba el vigor a ser probado en la confrontación contra el vacío, asumiendo la lucha que en la leche de la madre que no tuvo jamás le selló la promesa de fructíferos andares y pasares en la tierra toda vez que sus manos se hagan aptas para el acto terrible de tomar.
De un sólo flagelazo de intuición entrevió un punto de luz a lo lejos que implicaba lo arduo y lo costoso que implicaría darse sin escrúpulos a la recia faena de los quiebres por entre la maleza de lo vivo hasta poder ganar la dura senda sedienta desde siempre de sus pasos que si injustificables por los actos serían comprensibles en la piel de los que convivieron la esperanza.
En la continuidad del día a día fueron, lo necesario de lo trágico el titubeo joven de experiencia y el arrojarse a solas, sin piedad, a lo que no podría defender alegando ceguera momentánea, sin el perdón que puede conseguir aquel que desconoce los preceptos, y con el drama espeso de cargar la grave insuficiencia de los límites superable a merced del pensamiento atareado en su larga expansión, como herida que a sí se reconforta por asumirse un medio que fatiga la posibilidad de resistencia para la que vendrá después del tiempo.
No como un puñetazo tras entrenar los golpes ni como flecha haciendo diana venciendo al aire, no como el respirar que llega tras hundir en un ahogo oscuro las dudas y certezas ni como la mañana descorriendo la noche,
sino con la fiereza con que se deja ver la enorme construcción de una montaña helada grano a grano de arena, de nieve y de reflejo, ante los ojos tibios del que de corazón predica la pradera, por sobre cuyo cuerpo no caerá lo pesado de los desprendimientos de trozos de materia, sino aquel del olvido de la vana memoria.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: Re: Séptimo decanato Miér Abr 17, 2013 6:20 pm
64- Muerte y vida
No digas que mordías otros dientes, que era la lluvia fría la que te sostenía hasta la noche, que pudiendo guardar, mejor atesorabas y que de todo aquello que daba en suceder siempre algo extraías.
Mira que te observaron abandonar la lucha, como a tu voz queriendo calmar un grito hondo, y se sabe cumpliste con la ley bajo el sol mientras que por adentro ocultabas con gracia lo que siempre quisiste.
No digas que te has expuesto hasta los límites, que no tuviste en cuenta lo que ya otros hallaron, que nunca respetaste ninguno de los cercos ni de los hombrecitos, ni de sus santos dioses ni aquellos que los tuyos inventaron de rabia.
Pues mira que la muerte suele pasar de lenta y muchas veces sorda, no como los pequeños que en sus mentes confían en quien porta la vara provocándole lágrimas y en quien llega y las seca con sencilla ternura.
No digas que partiste que a este mundo dejaste tiempo ha de pertenecer sólo porque te esperas una gran recompensa que jamás te supiste obtener con los pasos hundidos en el fango de las horas del día.
Sabe que de tus llantos ni uno se desoyó que han sido registradas tus dolientes arrugas y que cada momento en donde inteligencia fue menos que la vil y necia suspicacia se grabó desde el antes en que tomó su forma.
Pues mira que la vida suele pasar de lenta como quien la conlleva, y no como los solos, que más que en juramentos ni en hechos, sólo creen en lo que el aire, a solas consigo, les refleja.
Y mira el tan difícil enigma de la enorme y brutal resistencia, - más allá de los móviles, de toda convicción, de cualquier acertijo al inicio o a mitad de los años a cuestas - hasta que lata suave un profundo silencio hallando el error breve al centro del destino, por la que escapará si todavía puede lo mejor que posees, la historia de tus dudas vencidas paso a paso.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: 65 - Consuelo Jue Abr 18, 2013 6:05 pm
65- Consuelo
El objetivo va implicando lucha y en la lucha se nubla el objetivo, como si el otro lado de la orilla en su seno conlleve la corriente del río que le ahoga al nadador, no a su cuerpo entrenado sino a sus intenciones, como ocurre con tantos que regalan sus vidas a quien de todos modos morirá.
Después del hospital de nuevo la carencia, tal que por el intento de salvar a los hombres se pague como precio el odio de los médicos a tantos desiguales, el beso que se paga con alguna moneda como la borrachera que se logra con esta o con aquella bebida alucinante, todo, para la idea profunda del regalo, o para la tarea de comprobar si puede regalarse sin definir su precio aquello que se quiso recibir, y así doblarle el cuello a la trama gigante que establece la física y relata la ley.
Y no por abundancia no porque todo sobra, sino por lo contrario porque es en la escases en que habita su nombre, porque no está en lo arduo lo difícil ni en la mueca cansina de perlas a los cerdos, sino en el gesto claro con que el trofeo es por fin cedido, como si se tratase de una historia mortal que cambia sin aviso a su protagonista.
Calles más, calles menos todas las sociedades moralmente educadas en el estigma y cáliz de grave incomprensión, como si se ignorase que un grito solamente es un sonido que una palabra sólo es un milagro y que el que nunca nada habrá de ser igual resulta en un consuelo.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: 66 De hi d a Jue Abr 25, 2013 5:53 pm
66- De hi de a
Parece que después de pasar algún tiempo cuando tus senos pierdan su divina turgencia, y tus dientes caríen perdiendo su blancura habrás de resultarle algo menos que hoy.
Hay algo que te dice que así serán las cosas, un algo que se llama manera de mirar como también se llama la forma del deseo que marca lo profundo de todas las caricias.
Quizás mañana ocurra que las palabras sean un tanto insuficientes que no alcancen las tuyas y tampoco las suyas, porque el cuerpo andará aún buscando un cuerpo y no la enciclopedia que pudieras lograr, aunque tendrá final pues tuvo su principio, mas al probar del límite en donde el tiempo yace, la feroz estructura conceptual y axiomática deberá medir frente a cualquier juez y público su propia fortaleza.
Pero ahora que el vino aun no se volvió agrio a ver si armas momentos como hilando un tejido, hundiendo tu mirada en las tantas carencias que cada cual erige como rancia divisa de su bandera hostil; que va siendo distinto y va habiendo distancia entre ser compañía y ser la compañera, entre el que quiere mucho conseguir salvar y el que quiere salvarse, como entre el instrumento de su mejor intérprete, aunque ni biografía ni vulgar epitafio alcancen a existir cuando uno y otro funden sus esencias a tiempo.
Sin embargo, después de todo este presente, pudiera ser que no exista dependencia ni que sea exigible eso de perdonarse, sino que lo que prime sea exigirle al otro la misma extrema y fría actitud con que uno decidió su distancia de cualquier imposible.
Un sin embargo lánguido y febril como dicen la historia y los astrólogos, hecho de aire y de sal y no de pan y menos aun de vino.
Para que lo peor se dé en el acertar y en no hacerlo lo trágico, hasta que desde el hueso un alguien sin decirlo con otro alguien toque ya sin remordimientos el fuego que jamás le perteneció al aire.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: 67 - Me basta Miér Jun 12, 2013 7:09 pm
67- Me basta
No existe la amenaza que pueda detenerte ni existe algún estímulo que te haga regresar, el viaje, tan abierto, habita en tu mirada los días, todos ellos, perdieron su rudeza.
Ahora, con tu voz en calma grave y tus ojos más fieros, saberte en otros sitios es un peso que apenas va implicando este consuelo de que quizás se de que converjamos solos al lado de una idea, esa que nos fue propia y a la que uno de ambos le ofreció una sala de espera emocional, por el alrededor y su peculiar modo al que aún le faltaba el expandirse.
Ya es tarde y otra vez los plazos fenecieron, de nuevo se dibuja el todo virgen en el inicio antiguo de una batalla nueva, donde el valor de caea cosa hecha se ajustará mejor al precio que contiene desde una y otra piel, en atención a todas las variables que jugaron su trama y su manera como protagonistas y no como el adorno en que transmutarán en el hoy de esta historia.
Ya verás y de nuevo en tiempo justo la primigenia audacia, esta vez precisando de más inteligencia para saltar el muro de tantas circunstancias y la fosa de duelos que siempre le antecede, para que así sonrías como en otros principios por la victoria breve e inolvidable en el juego y la lucha de toda precisión contra la tiranía del esfuerzo.
Al final, ya tú sabes basta con que lo nieguen para que les despliegue mis intentos, basta con que sospeche para que me confirme tu posibilidad, porque me basta el no tenerte pronto para dar con la justa excusa y ser el que sabe lograrte.
Última edición por Silvio M. Rodríguez C. el Mar Jun 18, 2013 6:35 pm, editado 1 vez
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: 68 - Y quiere Jue Jun 13, 2013 8:49 pm
68 - Y quiere
Conozco como acepto la alfombra de la noche su manera de hacerse cama, nube, que en silencio sencillo y confidente va reflejando el trazo de tu huella.
Saben mis manos solas manejar el espacio desprovisto de tus horas inquietas, y el descontento arduo con que el polvo me cita tu sombra proyectada por la luz de las velas.
Así, no se da el drama en la sentencia tácita que concierne tu voz cuando no llega a tiempo - cuando tanto me falta -, ni hay conmoción alguna cuando nada me impide beberme tu mirar.
En la laguna firme de la enorme simpleza, donde no caben naves de gran envergadura, la tibia claridad de las acciones se abstiene de fulgir y de ceder calor, todo va sucediendo y lo que no sucede no deja de incluirte.
Entonces es que partes fijando en tu regreso la esperanza, y en la forma que habrá de cubrirte al regreso se instala inagotable la angustia vuelta sed que pregunta y pregunta sin obtener respuesta.
Ocurre que presiento el castillo de naipes y la casita rosa donde viven sin prisa las muñecas, como le siento al nudo que quiere sujetar dentro suyo un destino, igual que la montaña le pretende sujeción a las cabras, al tiempo que me ocurre el entrever muchas noches impares por debajo de días repetidos.
Con estos agotados abismos de emoción creo que voy palpando la magia que posees, la que ignoras e irradias con el modo del agua midiendo antiguos vinos, dándole vacaciones a la desesperanza, envolviendo con dulce suavidad lo que concibo a solas.
Porque hay algo que quieres y en ese algo figura cada nombre que llevo desde tanto tiempo ido, de tanto ir aceptando y apreciando que si fallo el error será mío sin nadie que lo explique o lo sienta.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: 69- Bálsamo Lun Jul 01, 2013 6:31 pm
69- Bálsamo
Ahí cuando se dan los gritos de dolor agolpándose en un solo sonido para quebrarse contra la ventana en la que acaban siempre todos los hospitales,
cuando ocurre el mirar de las niñas que son prostitutas posándose con ganas sobre la puerta grande en la que no golpean,
cuando de cada noble monasterio tras la respuesta dada a los novicios el mencionar al tiempo hace que aquellos vuelen apenas parpadeando,
los rasgos de tus manos buscando las pastillas medidas en milésimas de gramos no llegan a perderse.
No dejan de insistir, la realidad de tantos pescadores el esfuerzo que vuelcan los recios albañiles o el aroma tan cálido del desayuno hecho por un montón de madres, en que existe realeza y realidad como también opuestos sin reconciliación.
Hay un algo que no perdona nunca y que sin perdonar -justo y por eso mismo- parece emparejar a todas las variables, algo que late ahí donde la mente no presenta excusas, tornando a las esperas un caudal de misterios.
Cuando los brazos rudos de varios enemigos se estrechan por debajo de una falsa sonrisa y millones resultan implicados sin jamás haber dado una simple opinión,
cuando terminan siendo tan sólo las espaldas a lo que al fin accede quien anheló los pechos, haciendo de los dedos del probo lastimado las cuchillas dispuestas a rajar el latido que exhibe el victimario,
cuando lo más querido, lo que más se cuidó, se vuelve polvo frágil de horas en almanaques y acaba siendo pasto de lo estéril y cruel,
no se olvidan las lágrimas que derramaste a solas por alguien que vivió, por el que te doliste no tanto en su partida sino en no haber sabido cómo es que se retiene.
No se pierden, no pueden extraviarse los partos de las cabras que parieron gemelos, ni el agua que bordea lo alto de las montañas aceptando lo fijo solo para cambiarlo,
Y en este no extravío en todo esto que no, que no se escapa, es que alcanzan los pulsos coincidentes, por haber ignorado en qué consisten dos espejos rotos reflejándose tristes al borde del absurdo.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Van a hallarlo culpable hasta de caminar de forma diferente, le van a reprochar a puro llanto y grito todo aquello que no pudo sentir.
El mundo le dirá que es el mundo el que habla y la gente, reunida no logrará envitar el profundo silencio.
Dolerá de manera sencilla y especial que lo oiga y lo perciba acaso al todo, que nada entonces pueda quedar fuera de alcance de una sola de sus duras miradas,
y que al respecto luzca como quien siente mucho y aún así le queda por sentir una cuota feroz de futuros fundidos en el hoy.
Querrán acribillarle ese poder estar y ser sin nadie al lado, no le perdonarán la sonrisa silente que obsequió al que le dio mentiras.
Van a querer cobrarle en la piel y en dinero los nombres de los santos que desestimó calmo, cuando encontró sin mácula otras cosas mejores desde su mente lógica cansada de intuir.
Pero al final, en medio de la brisa nada sucederá porque desde el principio nunca nada ocultó, el juicio acabará en sonoro fracaso y en profundo ridículo caerán los argumentos.
Comenzará otra vez desde un nuevo sitial o desde algún sendero recorrido, porque, como lo sabe, nadie nunca está solo
cuando se llega al punto en el que no hace falta cambiar ninguna vida para afirmar la propia, comenzando a vivir aquello que temprano se pretendió entender.