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 Piedras y Arquitectos

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Silvio M. Rodríguez C.
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Silvio M. Rodríguez C.

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Piedras y Arquitectos Empty
MensajeTema: Piedras y Arquitectos   Piedras y Arquitectos EmptyVie Mar 23, 2012 7:58 pm

PIEDRAS Y ARQUITECTOS




La secta racional

Si me llamas y no voy, es porque perdí mis piernas
En la guerra de la doble moral.
Si al buscarme me aparezco en tus sueños
Es porque mi religión es tu cuerpo y tu nombre.

Yo sé que quieres un nuevo Cristo;
Uno que tenga un pueblo sin remordimientos.
Yo sé que tienes la fe en la palma de la mano,
Y que te impones ignorar tu propia grandeza.

Quisiera darte el gusto, ofrecerte un dios,
Pero para ser sincero, sólo puedo adorarte.
Yo quiero en ti, toda la realidad,
Y que esto sea trocar lo emocional por lo racional.

Quiero tu boca recorriéndome el vientre,
Y tocar la tela que cubre parte de mi cuerpo,
Y entonces confirmar, presentir y vaticinar,
Que una teología triste, es sólo un triste deseo.

Llamémosle la secta racional,
Y que sea una cofradía de sólo dos,
En donde nos burlemos a gritos
Del dolor ajeno, y de nuestro inmenso placer.

Yo quiero, que en mi vida seas todo,
Postrarme en posesión de la locura,
Y que el mundo se escandalice ante mi pasión,
Y que entonces me apartes, sólo para amarme.

Quiero hacerte mi exceso, y consumirme
Y olvidar puramente todos los años con mi nombre,
Inmolar mi historia, y festejar mi nuevo nacimiento,
Llorar tendido mordiendo tu piel.

Si la muerte es un gesto, que sea un beso tuyo.
Si la vida es un acto, que sea tu mirada.
Y si es al revés, que mi mente encuentre el camino
Para llegar a tu sexo, y vivir en paz.

Yo no tengo la culpa.

Andrea



Ese que no se conoce

Lo vieron pasar, alegre, sin tristeza en el fondo
le buscaron la pena, y no pudieron encontrarla
le buscaron el pie en la tierra, un pasado,
y sólo encontraron aquella lágrima propia.

Le dijeron de todo, le trataron de nada
pero siguió siendo el loco, excéntrico
como si las palabras no le llegasen
como si nada le importase.

Le ofrecieron dinero, sexo y fama
lo aceptó todo, y ni siquiera lo sintió.
Le quitaron el nombre, copiaron sus frases,
y aún así no pudieron llegar a su historia.

Hablaron sus cosas, dijeron sus cuentos,
pero su nombre no lo podían nombrar
sin que un cosquilleo o un clavo se inserte
en el corazón de cada boca que lo decía.

Aquí una risa, allá una lágrima,
por allí una esperanza, más aquí una pena,
pero de todos modos eran sentimientos,
entre gentes que no sabían que vivían.

Al final, en secreto, a hurtadillas,
decidieron protegerlo, darle muchas oportunidades
no porque quisieran alcanzarlo, o detenerlo,
sino porque con él cerca, el sabor existía.

Los ciegos protestaron, como gallinas hambrientas
los sabios guardaron silencio teatral, que no convenció,
el público miró a un costado, algo incómodo,
y él permaneció en el centro, con sus ojos distantes.

Llegaron los guardias, buscando explicaciones,
los suegros salieron a defender, las mujeres lloraron,
los hombres jugaron a ganar posiciones,
pero frente al espejo, todos temían ser despreciados.

Entonces las cortinas de descorrieron,
todo fue reflejo, un reconocerse
pura consternación y empujones desesperados,
multitud vacuna buscando libertad.

La confusión reinó sin presentaciones,
una duda mordaz, una posibilidad,
como una serpiente angustiada
buscando un resquicio donde anidar.

Y entonces se levantó en mitad de un suspiro,
se hizo el silencio esperado, estruendoso,
y de golpe buscaron en cada minuto de vida,
y encontraron que ya no tenían orgullo.

"Las cosas son así", dijo,
y algunos sintieron el alivio,
y otros no pudieron detener el dolor,
y otros murieron, entre las piernas del ganado.

Quién es ese, preguntó un anciano.
Es ese que no se conoce, respondió alguien.
Habla bien, dijo el anciano.
Y eso que nos verá enterrados, completó el alguien.

Andrea.

13/08/00


Historia confesa

Detrás del disfraz de amistad
Se había tejido despacio el anhelo.
Error de continente, edad y nombres,
Un estado civil a consecuencia de la ausencia.

Es liviano, en tanto no lo pienses mucho
Mientras la idea zumba, y la dejas girar.
Lees y miras en lejanía, pero hay cierta verdad
En eso que supones y niegas como real.

Pudiera ser, se sabe, la distancia es mental
El cuerpo grita si lo dejamos,
Pero la vida es un nombre, a veces,
Como las veces en que estás.

Tú eres la risa sencilla de tu espacio,
Yo transito entre el metal de mi memoria.
Pero hay un algo que nos une, a pesar,
Y quizá sea por eso que no nos olvidamos.

Esto es confiar, confesar, y entonces,
No es desear?

Andrea


¿Falsa derrota?

Yo te perdí, lo sé
pero fue de tus manos, de tus gestos,
de todo aquello que quise dar
y que no quisiste - no mientas - recibir.

Hoy sé que me hicieron de barro,
y a tí de mí. Y sé que brillarás,
y lo que no sé es si estaré ahí.
Quisiera que vengas a mí.

No, mi tiempo no se acaba,
es que temo que mis momentos se agobien.
Me pesa un poco haber sido felices,
saberte en deseos, y que hoy, dependa de mí.

Dios mío, de mi vida, qué pasa conmigo?
Si no fuese por la música, sería el que soy?
No puedo renegar de mi razón,
no puedo renegar de mi memoria.

Brillarás sin mí? Brillarás conmigo?
Siento el poder del futuro,
tengo la emoción del dolor,
he perdido una parte de mí.

Quizá tenga que aprender la distancia
que hay entre una derrota y una pérdida.
Tengo siempre que aprender, verdad?
- Para saber, niño mío. No preguntes.

La santidad de discernir,
pero, es tan cierto sentir!
Protesto de corazón, sé que puro,
pero no alcanzo a entender el por qué...

Yo no voy a pedir que no me duela,
sólo espero poder resistir.
Cada segundo, cada minuto, cada piel
cada vacío, cada cosa que soy en la nada.

No soy yo, es ella, hace falta explicarlo?
Si estuviese aquí, escribiría?
Lo haría, sobre su cuerpo.
Quizá mi mirada la escribiese.

No pido nada, mi inteligencia se opone.
Hay que ser fuertes, hay que serlo.
Porque el témpano de la soledad
no lo soportan los débiles, nunca.

Ea! claro, tengo miedo!
cómo no tenerlo?
Se trata de perderte, amor mío,
se trata de perderte, no lo ves?

La costumbre: el razonamiento
el cariño: el moín de tu rostro
memoria y futuro
no pido nada.

Si yo pudiera arrancar mi miedo,
vencer las formas, llegar a vos - no a ti -,
y saber que no habrá después
pero que ese después exista... y sea dulce.

Amor mío, no sé si voy a lograrlo,
no lo sé, tengo miedo, pero no voy a pedir,
voy a tratar de construir
lo que no puedo ver, pero me ahoga.

Aquí estoy,
a mi manera, también oculto.
No adivino, sólo siento.
Soy un tonto, muy fuerte. Con más.

Deseo.
Pérdida o derrota.
Cosas que suelen ir.
Hoy, sos vos, como siempre.

"soy nadie, de ningún lugar".

Andrea.

La espera trivial

Sé que es la gente que no ama, y que no es amada, la que precisamente más habla de lo importante del amor, de lo bueno que es ese sentimiento. Sé que es la gente que no tiene mucho de lo cual lucirse, la primera en compadecer a aquellos que están en la galería del mundo. La gente que está en el medio, la que más habla. Ni los pobres, ni los ricos, tienen ni educación ni tiempo necesarios como para ocuparse de lo material, es la exquisita clase media, la que al no poder acceder a la riqueza presuntuosa, y resistirse a la pobreza extrema, clama por un tipo de protagonismo que sólo ella es capaz de asumir.

No espero que nadie me crea, es simplemente que yo ya no les creo. La diferencia entre tener capacidad y no tenerla radica en que lo primero no condiciona, en tanto lo segundo afirma una sola vía de escape. El capaz puede hacerlo todo, el incapaz, sólo tiene una alternativa. De los pobres es el reino de los cielos, de los ricos es el mundo de la tierra, y de la clase media?

"N" dimensiones, "N" clases. Yo parto al mundo en cuatro partes, los dotados y los no dotados para la literatura, los dotados y los no dotados para la música. Quien entiende de música y letras... no lo entiende todo? La cumbre de la imaginación está en las letras y en la música. Quien puede imaginar un verso, una melodía - habiéndose escrito tanta poesía y tanta música siempre -, acaso no sabría imaginar qué hacer con un cuerpo ofrecido?

Los pobres ya no esperan, los ricos esperan más, pero no les importa, por lo tanto la verdad es que tampoco esperan ya más nada, en tanto los demás son los que realmente esperan. Es una espera trivial, tonta y sin sentido, como todo lo que sucede cuando se mira alrededor olvidándose de uno mismo.

Y cuando llueve muy fuerte, hay dos tipos de personas, las que temen... y las que sonríen.

Andrea.

03/07/99

La eterna cercanía del final

Hay hombres y mujeres que de la adolescencia, no tienen mucho que recordar, y ahora, no les queda mucho por vivir. Cuando se han cruzado distancias enormes, una simple caminata puede resultar emocionante. Para apreciar lo que se tiene, pudiera no ser necesario perderlo, sino tener más, y saber recordar.

Cómo enseñar el recuerdo, a quien vive de memoria? Hay huellas de dentelladas en el ambiente de esta habitación. Es una estancia pequeña, en donde cabe mi alma. No es una demostración de espacio, en donde no podría caber.

Vengarse, es una forma de vivir. Vivir, es una forma de vengarse... si es que realmente se conoce el significado de las palabras... y un poquito más.

Al tiempo, ser feliz podría ser escaparse, bajo el riesgo de que los demás lo denominen encerrarse. Definitivamente, no se le puede dar el gusto a todos.

Sólo hay que hacer una cosa: imaginar un nombre con toda su historia, lo odiemos o lo amemos, lo queramos o no, nos despierte inercia o devoción, y ver no una persona, sino un cadáver tendido a nuestros pies, con la boca abierta y los ojos cerrados. Y así, tratar de sentir la verdad. No hablo de sonrisas, sino de sentimientos. Porque hay dos tipos de personas, de acuerdo a lo que sienten frente a un cadáver...

La importancia de una declaración de bienes, frente al cadáver. Los planes quinquenales, la receta del pollo al barro, el último campeón de ta-te-ti, el último beso, el último orgasmo, lo que nos deben, y lo que debemos, frente al mismo cadáver.

Y entonces? Te ofrezco el después. Yo sé que nunca será igual, debieras aprender que precisamente de eso se trata, de que nada puede volver a ser igual. Mejorar no es permanecer.

Masticar las palabras, y estarse en silencio por una semana... o dos.

Yo acepto, pero sobre todo lo demás, espero, haciendo cosas.

Andrea.
26/07/00

Perdiendo la sonrisa


Es un juego de machos y hembras, en los que tratan de despertar la compasión. A veces ellas ceden, y en lugar de admirar, compadecen, y a eso le llaman amar. A veces son ellos los que compadecen, y a eso le llaman proteger, y eso se toma por amar. Lo cierto es que se dibujan un altar, desde donde pretenden mirar de arriba hacia abajo, pero yo sé que no es verdad, que todos luchan por llamar la atención, de uno u otro modo, porque nadie se basta a sí mismo, y que en lugar de mostrar allá arriba, muestran aquí abajo, donde todos son iguales.

Yo no pretendo disimular, ni tampoco despreciar, es sólo que ciertas cosas no son, aunque mucha gente lo pretenda, lo finja, y viva como si fuera. Yo sé que cuesta, que duele, y que muchos nombres se perderán en honor a la injusticia, las botas, los tanques, los miedos, las pobres amantes semanales, los vacíos matrimonios de décadas, pero no me importa la denuncia, porque temer no es ser inteligente, porque ser genio no es atropellar, porque atropellar no deja de poder ser impuro, porque sé que el que miente es quien no es.

Andrea se despide.

07/07/00


Vacío sin demora

No le culpo al mundo, sé que he nacido con esta sed de sangre. Así, no te reprocho el abandono, sino tu misma llegada aventurera, llena de sonrisas y promesas bajo las sábanas.

Matar el tiempo, o matar momentos.

No se miente cuando se confiesa el deseo, no es sincera la eternidad en la tierra, aunque sí la pretensión de la misma. Y un impulso detestable de lograr la caída, la sinrazón violenta. De dientes y uñas se construye la pasión.

Matar a los dioses, o matar personas.

El poder en las manos, el ansia y el remordimiento. Gritar, para no escucharse. Lamer las llagas de un leproso, en medio de la desesperada necesidad de olvidarse de uno mismo, verdadero infierno. Carne de cañón, todo por demasiada información, falsa.

Las ilusiones, o leerle a un niño las noticias de los periódicos.

Estaré irremediablemente demente, gran título! Más despreciable en este mundo es estar suelto, sin hacer nada. Tus lágrimas pueblerinas, tus depresiones familiares, y tu estrés laboral... tienen comparación con mi mundo irreal, en dónde al menos no se niega que el tiempo ya se fue?

Aferrarse a una flor, a una montaña, a un cajón de madera.

Te escupo en la cara tus latitudes, tus territorios, tus mapas, tus historias religiosas, y tu religioso amor a las historias. Contraponer es sencillo, lo difícil es estructurar sin parecer un idiota a los ojos del sabio. En mi locura, no intento darle formas a las plantas. En tu cordura, sé que puedes pensar que Versalles tiene cosas que enseñarle a natura.

Interrumpirse, o interrumpir la vida del que no ha nacido.

No tengo miedo de que esto sea demasiado largo, ya casi no me quedan miedos. Créeme, yo no conozco el camino, pero al menos lo transito, y no hablo de él. Yo, simplemente intuyo que nadie ha estado en este sitio. Y cuando esto me basta callo, y cuando no, con rabia te busco.

Pedir poco es pedir todo, cuando pedir mucho es rogar migajas.

Me sitúo lejos, pero imploro y suplico. Soy una deidad que necesita el mundo. No alguien del mundo que necesita una deidad. Desde aquí no me decido a ser como los demás, cuando los demás sólo pueden imaginar lo que es ser como yo. Y trato de que no sea así. Ante todo eso, tratar.

La noche está llena de vacío. El tiempo, no tiene prisa en llegar, ni en pasar.

Andrea.

2/07/00

El momento

Es cuando luego de extrañarte, sin pensarte, entras por la puerta y está sonando la música correcta. Es así, nos damos cuenta, de que todo había estado esperando por nosotros, y no nosotros por todo.

Y estando contigo, me doy cuenta al fin, de que había estado solo todo este tiempo. Es al tenerte, no antes, que puedo amarte y que no hay nada que pueda dolerme, que no sea este preciso momento.

Todos esos antes, como fotografías en blanco y negro que comentar. Todos esos después, como chips que habrá que instalar. Y todo este momento que vos y yo sabemos disfrutar.

Aquí, precisamente aquí, muy cerca de mí, que me he ido tan lejos, y que no he terminado de volver. Mañana serás imagen, lo sé muy bien, algo que recordar. Ayer fuiste norte, un lugar al que llegar. Y ahora, en este momento, mi todo personal.

Disculpame si me río un poco, es solo felicidad, es que no sé si más adelante podré llorar, y no estoy seguro de que más atrás realmente me reí, sólo puedo comprender que este momento lleva nuestros nombres, y que antes de mentir, prefiero sentir, tu boca, tu pelo, tu magia perfecta estirándome la piel.

Andrea
17.07.99
18:42hs

Cuando me vaya

Hay un frío bajo las uñas, aunque de todos modos hay el furor bajo los párpados. Así estará mi féretro, así mi cadáver, y sonreirás, no por lo que me haya pasado, sino por todo lo que nos pasó.

Yo sé que recordarás cosas – todos lo hacen -, y te parecerán sencillas, y te parecerán inmensas, pero sobre todo, te parecerán especiales. Es la magia de haber sentido, de haber latido, de haber compartido un momento que de otro modo no se hubiese creado jamás. Y quizás entonces comprendas que cuando mi cuerpo deje de respirar no será mas que la ceremonia necesaria para que otro cuerpo vuelva a comenzar la marcha.

Después de muerto ya no sería capaz de reclamarte nada, y si estando vivo no te reclamo nada, ya no es lo mismo? No, claro que no, es peor, porque en vida ya estoy muerto... o es que acaso me tienes vivo? Verdaderamente vivo?

Si en lugar de humillarme o lastimarme, tus lágrimas me aburren y me hastían... si en lugar de dolerme tu distancia, la acepto como una molestia... si no es tu nombre el que me cambia la mirada al escucharlo, acaso no quiere decir que una parte del todo se ha perdido?

A dónde fue la “magia”, el calor voluptuoso? No te preocupes, fui yo, siempre queriendo demasiado, siempre la insatisfacción grabada en mi frente. No te preocupes, no pagues a un sicólogo, fui yo quien ha fallado, fui yo quien ha pretendido demasiado. Nunca me gustaron los corrales, pero, mientras vos tenías la certeza del corral – todos los miles de millones de semejantes -, yo tenía la intuición de los que han escapado. Es cierto, puede ser que jamás nos veamos la cara – mis pocos semejantes -, pero aún estando entregados a otros cuerpos, es hacia nosotros a dónde tendemos.

Cuando me vaya, puede que todo sea igual, es decir, puede que nada cambie, es decir, puede que ya nada sea diferente... y entonces, lo sé, habrá cosas que te parecerán sencillas... y otras te parecerán inmensas... Lo sentirás, y no sabrás expresarlo, y no querrás decirlo... Pero puede que un día, ya con mi cuerpo bajo tierra, lo digas finalmente sin reparos, y que un alguien lo escuche y lo comprenda mirándote a los ojos con toda la pureza de un sentimiento... y entonces podrá ser que sientas que al irme yo, se cumplió la ceremonia para que un nuevo cuerpo reinicie la marcha...

O no?

Andrea
03.07.99
22:45hs.

Nania

Esta noche me rompí las manos fregando el piso de toda la casa, limpiando los vidrios de las ventanas, sacándole brillo a los azulejos del baño. Terminado esto, procedí a vaciar los basureros, el de los baños – papel higiénico y mechones de pelo – y el de las demás estancias – colillas de cigarrillos y latas de cerveza -, preguntándome quién diablos habrá sido Palestrina. Ahora que todos duermen, y estoy sola, puedo pensar un poco en mí, pero no quiero, hay muchas cosas en las que pensar. Se me ha hecho tarde, y no sé que cocinaré mañana. Lo mejor será un pollo al horno, algunas verduras, unos cuantos muslos, algo de limón, pimienta, mostaza y terminó, que labore el gas.

Mis manos están a la miseria, esto no es vida y, sin embargo, es la mía. No entiendo como puede la gente hablar y discutir de alguien que ya está muerto. Para mí es bastante sencillo, cuando alguien muere, se lo recuerda, se sufre en la medida en la que el cariño lo haga posible, pero más nada, todo es tiempo. Sin embargo, la manía de Javier y sus amigos de hablar y hablar y hasta de enojarse por cosas que sucedieron hace centenas de años, por cosas que fulano o mengano, como Palestrina, pudiera haber sido que hubieran pensado, dicho o hecho, no tiene sentido.

Digo, si fulano se embriagó o no alguna vez, qué tiene que ver con los ceniceros limpios, los basureros vacíos y el baño irradiando pulcritud? Ja! Muchos escritores y muchos músicos, pero un día en el que la comida no esté caliente y en su punto, una sola vez que las benditas camisas no estén bien planchadas y suavemente almidonadas (porque sé que es almidón lo que usan, sea de la marca que sean las cosas esas para planchar) y todo se viene abajo, incluso el Palestrina ese.

A mi no me engañan estos niños, porque no son más que unos chiquilines que juegan a ser doctores. Los dejas una semana y ya verás la casa, los pisos sucios, la heladera descompuesta porque son incapaces de cerrarla bien, y en cada metro cuadrado el olor al encierro de todo el polvo acumulado. No son más que niños que hablan.

Pero Javier es diferente, muy diferente, como lo soy yo, por eso me escogió a mí. Yo sé que él sabe más que sus amigos, y sé algo más, que es un hijo de puta. Una bestia sin escrúpulos, un animal con el sexo y el dinero clavados en su frente. Es un lobo, una hiena, un tigre, todo bajo la piel de una oveja huérfana. Si lo conoceré! Sus maneras tan sobrias, sus gestos tan exactos, sus pocas palabras, y sus ojos de demonio encerrado. La primera vez que me poseyó conocí el mar, desde el fondo, en la oscuridad, entre piedras y pescados con ojos de fuego que comían otros pescados indefensos. Fui una cosa, pero una cosa de él, y él cuida sus cosas, siempre.

¿Cómo no entregarme a su eterna fiesta juvenil? Javier toma lo que quiere, así me tomó. Distraídamente, con un beso de cariño y verdaderas garras en mi cadera, con la crueldad de su fuerza sometiéndome a sus movimientos y con su lengua voraz que me lamió hasta el alma. Así fui de él, y así seguiré, hasta que mi cuerpo le siga gustando. Después, no sé, y no me importa.

Es mío, por ahora, no me engaño. Yo no sé quién es Palestrina, o quien fue, ni puedo beber como él, ni acompañarlo a todas horas, ni retenerlo, pero él vuelve a mí, sediento y hambriento, soy su comida y su bebida cuando no da más, cuando lo único que queda de él es lo mejor de él, su deseo. Soy inteligente además, sé muy bien un par de cosas, la primera, que a lo qué el llega a través de sus esfuerzos para no ser lo que es, es lo mismo que a lo que llego yo – porque ya soy así - sin hacer esfuerzos; la segunda, que sólo un animal se acopla con deleite con otro animal.

Tal vez sea diferente, no lo sé, lo primero es asegurarme unos buenos muslos y las verduras necesarias, después, quizá, alguna noche, no lo sé. Y por supuesto Alex, el hijo que le di, luego de concebirlo un viernes a las nueve de la noche. Entre mi hombre y el hijo que me dio transcurren mis días, pero mis días no son mi vida, mi vida es Javier, hundido en mi cuerpo, con su pelo entre mis manos, su sudor, su espalda tersa y su risa de niño satisfecho y contento. El hijo de puta.

Qué espero? Que Javier vuelva esta noche, primero, y segundo, que Alex llegue a ser tan hijo de puta como su bendito padre. Mi felicidad es tanta, pero tanta, que ojalá otra mujer exista para hablar con ella de lo mismo. Ahora que lo pienso, quizá de eso se trata Palestrina, de hablar de lo mismo con otra persona. Debe ser eso.

Qué más da?

Andrea
03.08.00
00:09hs

Búsqueda sin querer

Vacié mi estudio. Lo dejé desnudo de libros, discos, velas y hornillos. Y comencé a buscarte.

Con las puertas y ventanas cerradas, con las cortinas corridas y en grave silencio, te busqué primero en el mar, porque de ahí vienen las leyendas. Y no te encontré.

Un día voy a buscarte dentro de mí.

Epílogo:

Si encontrarte será más terrible que buscarte, qué nos sobrevivirá? Ignorar es la fuente de esta vida, saber es ir ahí donde comienzan las cosas. Es todo lo que pudiera saber.

A lo mejor las certezas son insoportables. Park Avenue – New York
¿Qué?
Nada. Pensaba en voz escrita.
Habrá que asumir las diferencias, propones.
Lo sostengo, sin creerlo demasiado.
Ya no te quedan palabras, entonces.
Lo contrario, yo ya no les quedo.
Debieras escribirlo, me gusta.
No se trata de tus gustos, por ahora.
Por eso mismo.
¿Un cigarrillo?
Todos los que quieras, todo lo que quieras.
Y si quiero una obsesión tenue, una galaxia de bolsillo?
Y si te lo fabricara?
Mejor no.
Qué vas a hacer?
Buscarte, claro. Vivo para eso, no?
Te espero.

Andrea.
28.03.00
00:51 hs
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