Posibilidad del último trecho
Una lluvia sónica te cede el paso a la carrera
Y en ella y por ella te arrojas a la fatiga, sonriente
Ya comprendes la noche, y hacia ella vuelcas tu espera
Porque en la oscuridad sabes, estará el refugio solitario.
Mantenerse despierto e insensible, como un motor
Sin preceptos, confiando en los dilapidados dogmas
Aceptando las flechas de algodón, brizna humana
Bañando el cuerpo con rechazos, huidas y reclamos.
Así se atraviesa lo insoportable, de lejos, dejando pasar
Absorbiendo la falta, acumulando rugidos en el pecho
Para que en lo estático de tu duermevela sin traiciones
También se yerga la metálica lanza que sólo tu brazo podrá impulsar.
Las variables se vuelven quietas, acomodadas de impotencia
Con el temor, cálido sofá que ya no recibe la imponencia de tu cuerpo
Destruyendo todo aquello a lo que no renunciaste, pero que dejaste
No como lo que se desprecia, sino como lo que en sencillez se olvida.
Ya no llegan, ya no afectan, ya no significan,
Eres tú el que en un ademán signa y cifra, a conciencia
Trozo corporal de una presencia que quiere persistir
Que de a poco comprende su posible inexistencia, lo dable de su vanidad.
El último trecho es el que duele, porque más amplio es su pasado
Y en él, a pesar del impetuoso dominio del terror, en un microcosmos propio
También acecha el ínfimo detalle en donde la inteligencia halla sus armas
Lo enorme de lo posible, virtud aquella por la que la claridad dura igual que la oscuridad.
Lo inexplicable se explica, con palabras, gestos, todo
Y aunque nada es necesario, por ello mismo da igual
Cuando el temor a dejar de temer le brinda apoyo
A esa última alegría de no tener de qué alegrarse, y se acaba.
Sospecha de tu propia sospecha, ve ya adivinando sin mirar
Que dudar ya no es regla, sino afirmación, pues la duda no existe
Cómprate un relámpago, y envuelto armoniosamente llévatelo a casa
Y ahí, ajeno, disfrútalo un tiempo, para luego quemarlo en la indiferencia.
Smarc
12:28
08.07.01
Sube y baja
Subo y bajo entre los destellos de lo perdido
y las cansinas promesas de toda condenación
repitiéndome un lema falso, aunque certero
que me grita en el silencio la impunidad de las vidas
extrañas a mí.
Cuál fue el cuerpo que encendió mi último cigarrillo
Qué imagen fue la que entreví a la izquierda de todo
Quién hizo reproducir la combinación de sonidos precisos
De qué va la trama de esta espina que aspira a su rosa desconocida?
No lo verás, lo cierto es que no lo verás.
Exposición de pulpa madura, dulce y pura
Lo agrio de la putrefacción entrevista, prevista
Pesadumbre de saber e intuir lo inefable y por ello rechazable
Porque toda empresa imposible, es al fin, empresa de mis afectos.
Allí lo que haces, allá lo que hacen,
Y aquí la contemplación de todo lo que ya ocurrió – siempre –
Como abrir la puerta y encontrar la misma fúnebre pala de ayer
Que juntó tu propio polvo con el regado por otros no seres.
Querer es vano, y querer mucho es tonto, muy tonto
Pero saber que se quiere es tanto, que hasta pesa
Hasta la comprensión del que respira en tranquilidad
Por encima de la intolerancia de confesar la individual inacción.
Frases justas, demostración del justo acierto intelectual
Y aunque la aceptación, también el pleno rechazo
Ahí donde sería demasiado, y dónde también sería tenue
Porque el corazón aprieta, y los labios contenidos quieren llorar.
Error de afirmar, error de callar, error del equilibrio
Circunstancia de hacer valer lo que se expresa
Como contrapeso de lo que se ha sentido y no se ha dicho
Y no se ha vivido, y no se puede recordar, y no se puede contar.
Soñar con lo que se tiene, tener aquello con lo que se sueña
Y respirar el vacío de lo que se ha entregado y no bastó nunca
Por condición de droga que expande y absorbe, pero que también pide
Y que cuando da, ofrece el exceso, y que cuando recibe, recibe migajas.
Que no te baste, porque no es suficiente
Que no te baste, porque ante el exceso, sólo el exceso gana
De qué lado del imán te animarías a jugar
Cuando el juego es a vida, los minutos que pretendes existirán?
Andrea
14.06.001
0:50 Hs.
¿Todavía?
Todavía existe aquel velero, todo blanco y todo azul
Que va por ahí llevando su bandera inmaculada
En donde dice “falta poco”?
El cariño perruno, que no sabe que es cariño
Todavía soporta sonriente los gritos desenvueltos
Acudiendo a la primera llamada como si el pasado
Y las cosas pasadas no fueran más que dibujos vacíos?
Ese gesto con el que se borra lo bajo e impulsa
El cuerpo hacia el destello de un beso entrevisto
Se demora perezoso pero sagaz entre la nieve
Haciendo de su tiempo, el tiempo común a dos?
Será que en el cansancio, desprovisto de llanto
Que instalado en un solo corazón vivo y consciente
Todavía flotan excusas a cada respirar opuesto
Capeando el temporal de imposibilidades de toda la vida?
Ya hecho mármol, pieza única de belleza y dureza
Olvidado de la tarea personal de hacerse guerra pura
Duele un poco el temor que habita en la posibilidad
De que ese par, abandonado, ya no espíe en el mar.
Sólo por esto, cuando enteramente soy uno más
Me pregunto si todavía nada será suficiente para alguien
Que con la sangre lavada por lágrimas y ausencia
Se sostenga en juventud, sin la vejez de espera.
No hay respuestas, y si las hay no cuentan
No es creíble lo visible, cuando no es lo cierto
Ese sueño en otro lado, en la habitación compartida
Aquella en la que velan todos los que aún anhelan.
No sé.
Será que mañana, mil veces listo para el desencuentro
Sabré todavía aceptar que lo que tuve no bastó y por eso no llega
Y al tiempo recordar que no hay mentiras, sino verdades
Que por mantenerse puras huyen con lo que le quedan de fuerzas?
Quizá, en alguna montaña, todavía persiste
Y sin cotidianidades vulnerables todavía escudriña
Las horas que pasan, la sucesión de las vidas
Mientras en la suya se pregunta si todavía...
Smarc
18:20
08.07.01
La ignorancia de Andrea
Bueno, y qué de la simple alegría?
Una sonrisa al menos, con las manos en los bolsillos
Esperando el tren bajo techo, sin paredes protectoras
Porque el miedo quedó congelado, junto con los pies.
Aquí es así como lo has imaginado, y alguna percepción más
Todo tórrido, lleno de amenazas que jamás llegan a concretarse
Plenitud de toda sensación, ahí cuando justamente es la ilusión
Lo que mueve lo tangible, a sus esquivos protagonistas reales.
Juego por fin a ser real, a pertenecer a este mundo compartido
A dejarme ser, abandonarme en plena calma de mí mismo
Asumiendo a cada paso del terreno ese sufrimiento casi ajeno
Que tan adentro anida y busca crecer, siendo yo el que le niega la luz.
Resolución de decibeles, disposición de una ventana cerrada
Con toda la atención del mismo perecedero cenicero de años
Mientras toda Sudamérica palpita como siempre has soñado
En medida excesiva, por justa, pase ilegal a lo que quieres sentir.
Un te extraño de algodón, por un momento escaso de piedras
Por tenerte, de todos los modos dentro mío, sin ningún pesar
Helado de lagrimas, juventud solitaria de una espalda rasgada
Con ojos cerrados que confusos no distinguen entrega o posesión.
De todas, hay una sapiencia mía que se goza en una ignorancia tuya
Y más aún el extraño y cruel deleite de conocer este conocimiento
El que a mi conciencia se presenta dibujándole tu total imposibilidad
De llegar siquiera a sospechar lo que es poder morir tras haberte tenido.
Pausa a los estallidos, a la continua victoria de los excesos
Cese maduro del equilibrio móvil, de toda carrera y estadía
Una puerta que se cierra a la búsqueda, a lo más íntimo de la sed
Cuando por fin me comprendo llovido de tu cuerpo, de tu cariño tenaz.
Lo sé, lo más importante, esos detalles sobre los cuales tantos libros
Fueron y serán diseñados, la premura de la forma, lo perenne de la esencia
Absorbido en este pecho sólido, dentro del cual sin enredo alguno
Habita el que dice maya viajando en avión, junto con la espada de Juana.
Boleo, la siembra y los 52 años con sus nombres, y con sus sacrificios
Cierto y registrado, como la envidiosa limitación hablada del lenguaje
El suicidio asistido del coherente por excelencia, la falla del contradictorio
Y la capacidad sacerdotal de no poder ofrecerle derrotas a tu ausencia.
Con palabras no se puede, dicen, no se puede con palabras, repiten
Y las mías, sin definir dibujan, sin hablar van diciendo aún fijas en papel
El trayecto no ocurrido, reconocimiento de lo intuido y lo vivido
Sin escape, sin espera ni búsqueda, roto, pero carenciado de toda carencia.
Disfruto lo que sé, disfruto lo que ignoro
Te sé mía, te ignoro sin mí.
Andrea
26.06.01
22:54
No era largo
No era largo, pero no tenía fin, porque no era posible
Había la brecha y el muro, el impedimento no conocido
Con la tarea de escrutar, con la lucha de escudriñar
Se apeló a la fe, aquella que hizo que uno solo, por un tiempo
Buscando un nuevo camino, encontrase un nuevo lugar.
Entonces llegó, adornado por dentro de belleza incomprensible
Lleno todo de precisión ritual, con pasos del que pisa lo sabido
Escondiendo cómplice la fraternidad que se atrevería a sugerir
Con palabras, frutos escogidos, que entonces afelparon el ansia.
Hizo.
Con sangre derramada, y con sangre que todavía se sigue
Se secaron lágrimas, de una misma naturaleza múltiple
Y algunos nudos, que por años habitaron diez mil gargantas
Se desataron, y dejaron libre el gozo aprisionado de sus almas.
La cadencia surgió de nuevo, aquel ritmo tantas veces oído
Y que no podía cruzar la lejanía, cobró pulcra sonoridad
Los caminos se hicieron uno, y el tránsito estaba, y era
Y aunque todavía algunos aguardaban, en secreto sonreían.
Deshizo.
Desde aquí, con el nombre de los que hicieron que me geste
No hay asombro ante la madera escondida a tres metros
No hay orgullo en el madero expuesto a ojos cualquiera
No hay vacío finito que llene el ofrecimiento del cosmos
No existe el termino, ni el inicio, la entrega se absorbe a sí.
Smarc
12.07.01
21:31
Entonces quererte
Puede que se trate, más que nada, y entonces menos que todo
De la frugal alegría de aceptar todo aquello que a ti te propones
Tomar como cierta tu imagen proyectada, aceptación o desdén
Compartir tus vías, converjan o no jamás o siempre con mis senderos.
Algo de guitarra, y un coro que no se expresa,
Cuando todos somos solistas, en medio de todos los grupos
Deidad o monarquía, desde mí, desde mis pretensiones
Que sin buscar alcanzan aquello que le rebosa y quiere sujetar.
Sin dolor, tan sólo la exasperación de saberte a merced
De la sonrisa que te aprietas en el corazón entre sueños
Cuando cansado de mí y cediendo a lo que queda de mi alma
Te hablo del modo ajeno por completo de lo que soy contigo
Sino de aquel que sin tu ser, y por esperarte, es ya algo de mí.
No sé mañana, y no estoy seguro de lo que fue la de hoy
Tan solo sé mi propia potencia, el destello de un deseo
Pasión de tu historia en la que por raras veces fui tan sólo entrevisto
Y que sin embargo bastó para hacerme tuyo, aún sin tenerme.
Vanidad, pero vanidad mía, quizá compartida, pero aún así exclusiva
Por la certeza de una suposición, cuando una posibilidad llega a doler
Fragilidad de saberme fuerte aún ahí cuando pudieras llegar a dejarme
Con la conciencia de que será igual, pero entonces, con menos colores.
Imaginándote irreal, con mis actos adoctrinados en una rutina extrema
Sobre las horas en las que sin saberme fuiste el puerto a mi peregrinar
Ya anticipando que jamás sabrías esta nube montaña que soy
Convertido en insurrecto, tus manos en mi cintura, tierra duramente virgen.
Lo que eres para mí, en lo que te conviertes para mí
Sin siquiera sospecharlo, y al saberlo negarlo
Porque es mucho, y entonces también es poco
Cuando nada basta, sin el final de lo que tuvimos y tendremos
Ese día o tiempo cualquiera, en el que aceptes lo irreparable de mis emociones.
Andrea
00:16
28.06.01
Viaje 3 – América S. R. L.
Coche 06
55222
La mitad de un gemido cruza fugaz la ventana
Y sin saberlo observas de lejos el sufrimiento
El rostro de mirada fija y limpia bañado de agua
Que mira a lo Alto, y en secreto sonríe, para sí.
Si te miras, diez y seis años te llevaron a lo pleno
Y unos cuantos más te alejaron del apretujamiento
Pero la emoción, fabricada de piel y músculos
Aunque ausente, todavía vive, y a veces te espera.
Es en el estómago donde más arde el aroma
Así como es en el pecho en donde se tuerce el cambio
Más abajo las caderas firmes, hechas para los peldaños
Y a la espera de sujeción, la fina y no delicada cintura.
Los restos que hoy ya nadie querría mirar de frente
Son los de quien alguna vez murió todavía siendo niño
En esta misma esquina, que va quedando atrás
Como migas de pan que caen de la mesa para ser barridas.
La compra de objetos, que cubrirán o se incrustarán en el cuerpo
La creación de objetos, destinados todos a otro cuerpo
La generación de un cuerpo, diseñado para todos los objetos
En un cuerpo apto para el Sí, para el No, para el Amor.
Antes de llegar, un momento antes del antes mismo
La sospecha te asalta previsoramente, a tiempo
Aferrarse al plan, aunque ello implique la renuncia
Al salto anhelado, y a veces esperado, donde aguarda el desdén.
Consuelo de lo no elegido, como protesta a lo no hecho
Queja comprimida, por saberla demasiado repetida
Coincidencia de todos en la no aceptación de la tarea
De haber sido enviado, o de haber venido, para durar o no.
A poco más el agua tibia, y el lecho reconocible
El vacío conocido y la estadía que fue como vigía
Pequeño mar de detalles entre el botón y las veredas
Algo en el bolsillo, dos monedas para mirar el mañana.
Andrea
23.08.01
23:03
Noche III
Más lejos, mucho más lejos que lo incansable
En lo inagotable mismo, y por ello alcanzable
Levanta a veces su potente grito el vicio
Señalando la virtud, que a veces señala el vacío.
La usura y el justo precio, altos rendimientos
La carne convencida del valor de los papeles
Y el dedo de Dios, con 613 estocadas lanzadas al cuerpo
Aguarda en su tiempo, sin necesidad, y sin prescindencia.
Soy un funeral, al que todos quieren asistir
Pero del que nadie conoce el camino por el cual llegar
Lleno de pájaros negros que miran solos y sin ver
Sordos, livianamente sordos, al distante bullicio de domingo.
Entre las ramas del fresno eterno , aquietadas las alas
Tres cuervos juegan al silencio, cerrándole el paso a los ecos
Que a pocos pasos, pueblos, se balbucea en los pechos jóvenes
Sembrando la alegría, ese fruto rápido que se resiste a durar.
Oda al nombre que nunca tuve, y que fue preciso abandonar
Por serle fiel a mi llanto diáfano, a lo más íntimo del resto
Con la ternura a cuestas, el peso del cariño casi instintivo
Totalmente irreflexivo, pero flexible, como todo mar violento.
Hay un inicio, hay el inicio, lucha del no vidente
Por distinguir lo original – no individual – del plural
Entre giros a la izquierda, hijos del reflejo, racional
Y la vuelta a la diestra, la magnífica hija de la justicia.
El carro de fuego, el carro tirado por dos gatos
Construyendo los cimientos de un mural individual
En el que se posarían algunos codos cubriendo el rostro
De quienes teniendo bandera, no supieron, no pudieron, izarla.
Hay un empuje, en toda noche vivida, que nace dentro, lo sabido
Y un estire, en ese día imaginado, que llama de lejos, en el creer
Vas, yo voy, vamos, en mi ida está la otra ida, la de otro que seguirá
Y en mi ida está la de otro, la que yo sigo, a mi modo, liberando otro.
Una niña sujeta entre sus brazos una muñeca
Un niño sujeta una espada de madera
Un hombre contempla el crepitar de la hoguera
Una mujer aguarda en medio de una trilogía
Y justo, al más fuerte, le ha sido ordenado apacentar ovejas.
Smarc
21:11
20.07.01
Aviso de visita
A causa de la calma que sintiendo, te preocupa proyectar
Tropiezas por los peldaños que su tiempo llevó subirlos
Y tan deprisa que ni siquiera tienes tiempo de sufrir
Es que ya en tu inútil preocupación aguijoneó el desasosiego.
Alto, despacio, como un mar que se conoce a sí mismo
Pero que a veces lo olvida y pareciera querer tomar tierra
Es a ti a quien vienen, no es para ellos la bravura, no para ellos
Recuerda tu abismo natural, y el cómodo cobijo del cielo.
Shhh... son las cuerdas del alma, que no las pulse cualquiera
Aunque puede que tu origen se haya gestado en un seno impuro
Y que en tu ser lleves la sangre prostituída como herencia
Dale pleito y se acaba, porque aunque pecador, no es tuyo el pecado.
Adquiere el siempre, para que cuando la cita se avecine y cumpla
Te encuentre con ese como siempre temporal, tu propia temporalidad
Y desde ahí puedas soportar lo insoportable, lo que ya casi es olvido
Que todavía no ocurre, pero ocurrirá, la vista fugaz y otra vez la partida.
De lo contrario exclama, ponte a hacer cosas, sacudir todos los polvos
Para que cuando lleguen vean el orden, y tus ansias confirmadas
Así, en tus ojos afanosos, contrastando con lo táctil de los muebles
Nada será exacto, porque la contradicción molesta, aún al ciego.
Se irán, pretendiendo que sea despacio, y les leerás en las manos
Que aunque pareciera que tenías algo, quizá no era tanto, como creías
Y morderás de nuevo el desprecio, el yugo de no saber aún contener
Conocerás de nuevo, aunque no nuevamente, eso de darles la razón.
Mejor es esto, la no espera móvil, la búsqueda quieta y constante
Con lo externo a cuestas en lo necesario para que no decaiga ni distraiga
Para que cuando lleguen, si existiese un contraste, siempre posible
Sea igual, pero en otro sentido, un poco más allá de sus expresiones
Y que a mitad de camino de su regreso, intuyan el recuerdo, la memoria
De haber visto a quien transparente no dejaba verlo todo, sin propósito
Porque no estaba en el objeto, estaba en el sujeto, en los ojos que retornan
Y que te dejan sin que los hayas mirado mucho, por que no te fue necesario.
Smarc
20:55
13.07.01
El después
Cuando entreveas lo peor, antes de animarte a hacerlo
Durante el horrible y desesperado trayecto a lo ineludible
Te preguntarás una y otra vez, y otra vez más “cuándo” fue
Que comenzó la complicada caída por el túnel de temor.
Visualízame pétreo, desde mis guantes negros tecleando
Tus otras preguntas, el nombre, el lugar, el punto exacto
Y mientras todavía te resistes a la premonición que crees fatal
El dolor de tener la respuesta en la memoria, la entonces confirmación
De que cuando ocurrió, ya sabías lo que ocurriría después.
Quizá alguien te lo advirtió a tiempo, y entonces le reservas una gota de rencor
Quizá lo advertiste a tiempo, y entonces te cedes el derecho al resentimiento
Pero no hay perdón, porque no hubo pecado, y así, no es posible absolver
Te queda aceptar, que a la guerra van los puros, a los que ahora, con odio
Los admiras más.
Verás, el peso de los juicios se duplica en el viaje del tiempo
A través del cual por fin llegas a la trasgresión original
Ya las lágrimas, con la envoltura del pánico rozándote los espacios
En donde ya no puedes respirar, cuando la esperanza, por su dolor
Se distingue de la ilusión.
Voltea, no el mundo, sino tu faz, para poder ver aquello que has mirado
Presencia y asiste a las consecuencias del pasado, y murmura muy dentro
Todo aquello por lo que alguna vez creíste, y todo aquello que te has negado
Presiente el zumbido, el aliento más íntimo que jamás abandonó tus oídos
Recuerda aquel rumbo, en el que hablando de ti, hablabas de alguien.
Cuando se asume la orfandad, no se palpita el desamparo
Hay un recurso de magia, todavía siempre pendiente
El cariño de un alma, el futuro de quien pueda llegar a ser
O la fría y distancia, de la piedra tórridamente desechada.
Lo que puedes hacer, peso superior a lo que esperas que hagan
Cuando señalar la vía permite al mensajero anular lo difícil
Bebiéndose a solas lo complicado, para respirar tranquilo los pasos
Repletos del sudor que bañan la frente del que se ha postrado
Para cargar al hombro la más inocente ofrenda, la paz ajena
La buena voluntad de sus desiguales.
En Oslo, una danesa se cubría los pezones de sal, antes de beberla
En Asunción, a una abuela en Navidad le desconectaban el respirador
En Gaya, el negrito, futuro carnal, nacía sin vida mortal
- Cuando en Yentai abandonaban un amarillo vivo –
En Zagazig, por tijeras diestras , una anónima de 12, perdía el clítoris.
Visualízame pétreo, con lo enlutado boca abajo
Para mí la noche oscura del alma
Para otros el día claro del cuerpo
Para todos el después...
El puente es afuera, el cruce es adentro.
Andrea
23:41
28.06.01
Preámbulo a un posible olvido
Los soles, hastiados de sí mismos pero todavía ardientes
Navegan hacia su fin, por ellos ahora deseado, casi anhelado
Después de la repetitiva ignominia de quienes no los entienden
Y entonces los profanan, los reducen a formas, a cosas para nada.
Ahí el reporte, la precariedad del tiempo que no te basta
Para realizar una presentación, una exposición, de alguna vanidad
Con el pretendido dolor del un poco más ante la nada inflexible
Que silenciosa te aguarda por encima y detrás de toda máscara posible.
Todavía en el invierno, pero sin magia, sin destellos que abrumen
Encallando por fin en tierra de nadie, sapiente que nadie tiene una
Entonces virgen de dentelladas nativas, el extranjero que no invade
Y que conquista por no querer hacerlo, por no importarle lo que ve.
Dorado líquido te saluda el esófago, no hay gas, no hay éter
Te queda la camisa remangada, la vista fija en el aguante
El medio convertido en fin, y conocerlo y detestarlo, y aún así
Asumirlo, por una breve estadía, gentileza afable hacia tu ser, quebrado.
Después de todas estas cosas, que comprenderás sólo tarde
Le retomo el valor al respeto, cuando la valoración no fue posible
Y caigo en la mano que dirán dura, mediante un espíritu fuerte
Y no en la mano que diré blanda, mediante un alma de escasa luz.
Lo indiscutible, imposición de un orden finito e idiosincrático
Lo indiscutible, imposición de lo indemostrable por ser vivido
Las cajas vacías, que se hicieron para guardar lo no guardable
Las cortinas sucias que no filtran rayos, que despacio son odiadas.
Lleva su cruz, y tres caídas no son suficientes, todavía el desprecio
Cuando el hacer ajeno no alcanza, es porque lo hecho pudiera ser inútil
Cuando nace el reproche, reclamo proyectado hacia lo que no se es
Se evidencia un poco el fracaso, un algo de vivir sin haber inspirado belleza.
Y cuando se calla, teniéndolo todo por decir, en tiempo y forma
También se acuña la oscura certeza de una posibilidad improbable
Que seca, desgasta y tulle, pero que aviva el río que lo lleva todo a su paso
Lavando orillas, arrastrando oxigeno, navegando en sí, sin venganzas.
Es cerca y es incierto, de ahí la certeza, como los soles solos
Que agotados siguen alumbrando el camino que no recorren
Que son, y que siendo, permiten o impulsan a que otros sean
Unos otros que conociendo quieren se conozca lo no decible.
Va tu campera al frío, tu preocupación por un cuerpo que habitaste
Tus cositas diarias, tu narrable temor, tus a veces excentricidades
Bajo el sospechoso cielo que careciendo de leche le sobra el fuego
La radiante calcinación en donde fija su entrada la tierra del olvido.
Smarc
00:04
17.07.01
Lo exacto del dilema
Cuando expandías tu mente, aprisionando narraciones
De cosas leídas, de cosas vividas, de cosas imaginadas
Fijabas parte de tu vuelo en lo fijo de un espacio reducido
Parámetro terrestre en la búsqueda del mensajero de pies alados.
Cuando los signos lo precisen, cuida muy bien que la decisión
No se limite, cualquiera sea la idea que creas, a un difícil
Conjunto de hábitos, por otro conjunto de hábitos, quizá más tibios
Y a conciencia asume el espacio, deja de contener y empieza a comprender.
Ahora es movimiento, el interregno de todo principio y todo fin
Lo que llaman tránsito, que denominan viaje, todo lo que hablan
Por esto, no dejes la expresión, niégala si quieres, pero no la dejes
Por ella te has fracturado, por ella, cuando sea necesario fracturarás.
Recoge todo abandono, sin tomar nada, guarda, pero no escondas
El arrugado rostro del que vende velas, café, comida, esperanzas podridas
Ni la dolorosa acostumbrada amabilidad de la ramera más bonita y pobre
Sin compasión rescata los desechos, calla, y camina entre la maleza.
Y cuando todo falle, de acuerdo a la ley, no te entregues, ofrécete
Por un instante busca apoyo en la memoria que aprendiste a domesticar
Y no olvides nada, salvo tu propia historia, que la abnegación seca la herida
Pero conserva el rencor, y lo lleva hasta la diestra, transformado en espada.
Si sientes el suelo, es porque puedes hundirte aún más, y otros contigo
Si todavía respiras el aire en movimiento, es que puedes dejar algo atrás
De pronto vuelve, para no parar, un giro o dos, lo entiendas o no,
La marcha sangra y extravía la fiebre, pero no al que la sufre, aprende
Que la fuerza es tal, porque duele.
Lo sé, el susurro gigantesco de un suspiro, la puerta abierta, sin llaves
La que al cruzar te ubica en donde ya estabas, en donde no era que querías
Suelta ya las manos, depende cada vez más de la no dependencia,
Que después se complica, pero se hace más fácil, cuando la noche
Repite su huida del día, cuando sin que estés, tu imagen permanece.
Nada cambia al final, y menos las intenciones, a pesar de las acciones
Wu Wei, el reposo fugaz en el vórtice del remolino del mientras tanto
De no ser por tu cuerpo, lleno de reclamos que hábilmente puedes postergar
Pero que todavía no puedes anular, pero que podrás alcanzar a aplacar.
Escucha cómo escuchas, mira cómo miras, cae
Despójate de la viga, y acepta que lo horrible no consiste en tu desecha vida
Sino en la prístina realidad de que no hay nadie que recoja el desecho
Y así acaso aciertes a vislumbrar, que cuando levantabas, lo hacías contigo.
Andrea
29.06.01
21:10
El otro uno
Extraña claridad, por la cual castigo es camino
Un castigo impuesto, pero bien ganado
Obligación horrible de ser de otros, en sus ritos
Para retornar más fuerte, con menos tiempo.
Y la previa? Y el dedo que había acusado?
Es con anzuelo, jamás con red, jamás multitud
Porque aunque en todos habita la fuerza
En unos está el inspirar, y en otros inspirarse.
Uno es el que hace, la fuerza le viene, la gana
El animal alucinado que ve y describe lo que siente
Rapidez de tácticas, detección primaria de la debilidad
Suma de habilidades, resta de sentidos más amplios, quizá
El temor de Moctezuma, la carnal decisión de Cuauhthémoc.
Un chorro de jazmines se deja rebosar sobre una muralla
Sólo un par de nubes en un cielo un poco confuso sin estrellas
Alguien que espera un colectivo, alguien que va de compras
La transportadora de bípedos no llega, la tienda está cerrada.
En el estómago algo se desenfunda, dulce presión de amenaza
El torrente de muertos navega ruidoso en la memoria presente
Los ojos se achican, y en el rencor se aquieta la desesperanza
Felicidad, y no alegría, de saberse capaz de torcer un cuello.
Un par de enemigos, que promiscuamente se reproducen en el absurdo
Después el mundo, abarrotado de vacíos, de espacios asimétricos al alma
Y entonces Dios, como posible receptor de los sentimientos más tensos
Así uno, finalmente, carne para la ballesta, posibilidad suprema de silenciarse.
Desconfianza
Acaso no sea suficiente, acaso no baste
Porque acaso no se quiera, y querer
Dados los hechos no ocurridos,
Pesa como un tren vacío de pasajeros.
La danza le escamotea pasos a la clientela
Y aunque pagaron sus entradas, con dinero que no saben
El tiempo, que lo creyeron tan denso y tan rojo
Se les diluye pronto, como la infancia, las revistas, las noticias...
Smarc
20:41.
18.07.01
Si no retrocedes a tiempo
No es tarde aún, ni remotamente, cuando desprecias un solo grano
Por la juvenil impetuosidad que con la abundancia te pierde el detalle
Y aunque amargo es el sabor de saber todo aquello que pudo haber sido
Cuando ya no lo puede ser, a la simiente le queda el orgullo de haber sido intento.
De todos modos, las explicaciones son vanas, cuando la negación primó
Puede que la ciencia le devuelva el andar al paralítico, y así será posiblemente
Pero, cómo devolverle el ánimo a quien has apartado de su vía
Cómo compensarle a quien queriendo y pudiendo tan sólo le diste temor?
Sólo un instante dura la visión; ensimismado, el astrónomo observa el paso
Y no un cosquilleo, ni siquiera una alegría, sino la complejidad de un estado
Se fija en lo efímero de su añoso cuerpo, cuando a la hora prescripta el astro
Cumple con el rito con la precisión de siempre, aunque ahora sabida, compartida.
Con más tontera que malicia, puedes ocultar el sol con tus dedos, a ti
Recorriendo otros túneles, pasadizos y laberintos, puedes nublar los días, ajenos
Y llegando muy alto, o muy bajo, podrás quebrar la estrella, privarla de materia
Pero no de cuerpo, porque la semilla que apartaste con poca tierra se hizo espesura.
Si no retrocedes a tiempo, verás a lo que otro ente llega, yaciendo en inmovilidad
Más no en quietud, porque dentro del que niega siempre avanza un mar nocturno
Pronto a desatar tempestades desde el abismo de su casi inconocible fondo cierto
Que aún siendo posesión, se niega a ser dominado, por todo el tiempo que duró el no.
Si no avanzas con prudencia, con el corazón sujeto en los labios tranquilos
Otros escándalos no menos áridos que los que conoces rasgarán tu próximo pasado
Por que la aceptación es sólo cierta, cuando en ella se incluye el propio nombre
Y así se entrevé el riesgo, y se opta, por la posible falla ajena, o por la propia.
La hora justa es imposible, por ello es injusta, por eso existe
Como el verso del uno con el todo, y el todo con el uno
Con la nada con nadie, y nadie con nada
La hora justa es la espera temblando al ver llegar su final.
Andrea
02.07.01
20:54
Dulces que no se venden
A un costado los dulces que no pudo vender
Al otro costado la pared, su recordatorio personal
Que cada noche le sonreía una vida mejor, otra
Y le despertaba al alba, sin posibilidad de novedad.
Llegaba temprano, y todavía más temprano partía
Dos horas de viaje para llegar del hogar a otro sitio
Las manos al agua, la mugre de otros, otros restos
Y dos horas de vuelta, la misma vuelta a lo mismo.
Su miseria es poca, porque no perdió la gracia
Su miseria es poca, porque no perdió riqueza
Su grandeza es poca, porque no ganó la pureza
Su grandeza es poca, por que no le gano a la ganancia.
Aflicción estimada, la pena por el otro – al que no se sabe -
Las limosnas lacrimosas, no públicas, pero íntimas
Con un poco un problema, con mucho ninguno
Porque el que no cambia algo, jamás cambiará nada.
No hay oposición en la absorción, por ahí va el más
Así la otra mejilla, todas las mejillas posibles
Así esquivar, porque es otro quien esquiva
Así afrontar, porque para ver es necesario ser.
Cuando no hay paz en saber que la falla no fue de uno
Ni sosiego en la certeza de no haberla provocado
Sólo queda el desprendimiento de lo aprendido
Memoria naturaleza, no se llega sin haber partido.
Idea recurrente, la ponzoña de los que retrasan
El ancla humano de quienes no entienden
Y una copa llena de desprestigio, juicio externo
La mujer de Lot, hermanito, la mujer de.
No sólo no eres de nadie, nadie es tuyo
Cuánto habrás de mirar para ver a alguien?
En nadie no hay alguien, están todos
Tú eres alguien, “verdad”?
Protagonista de un espectáculo solitario
Unipersonal sin testigos, trama dirigida
La sinceridad más extrema, y todo el candor
Pero no basta, mucho es acercarse, querrías más?
A un costado los dulces que no pudo vender
Sobre una misma habitación pasará el sol y la luna
Y aunque quizá mañana pudiera venderlo todo
Será mañana, hoy es el reposo, con mucha espera.
Recuerda el león, el oso y la culebra
Hacer cosas, hacer algo, hacer tiempo
El descanso en el movimiento, lo extremo
Cerrar los ojos, para abrirlos.
Smarc
21:37
23.07.01
Volver
Abuso de la materia, esto de ir arrastrando el cuerpo
Que sólo parece distenderse a través de suspiros breves
Que nadie ve ni presiente, luego de los cuales todo vuelve
Más a la medida de una desesperación horrible y cansina.
No hay tamaño para esta tristeza, a la que me arrojo sin valor
Para intentar quedar preso en el ahogo de su pegajosa red, liviana
Y ser así un poco el cuerpo que purga lo que sin haber hecho
Lo acepta como cometido, con la esperanza del final
Venciendo a la esperanza de la justicia.
Demasiados golpes terminan por ablandar a quien los da
Por volverse ajeno a lo que fue su tarea, su finalidad de golpear
Y el doloroso, en el supremo atisbo del prístino sin sentido
Cede al cansancio, y en la niebla, roto, encuentra su fuerza.
Sangra, de manera confusa y estéril, la hora duplicada, extendida
Y en la gran avenida de todas las circunstancias no hay ambulancias
El movimiento lejano, el de mi siempre, mis otros, mis historias
Me taconea las calles adentro, donde las luces a veces quedan sin corriente.
El peso se convierte, taponando los oídos a lo que no sea contenido clamor,
En la capa inerte de experiencias que a veces abriga, y a veces no protege
Pelaje extraño, pero tan propio como sólo cosas intangibles pueden serlo
Y algo más, la espuma y el hierro, la compleja orfandad del que quiso por error.
De todos modos común, el brillo en la distancia, mujer imperturbable
La dueña del prostíbulo cuya presencia enaltece o descalifica el lugar
Donde tras los raídos cortinados lo perecedero se deja entrever con modestia
Observando a su vez la caída del sediento, al que enloquecerá dejándose existir.
El yugo enorme, hecho al fin, para un enorme animal
Que habrá de labrar, incluso olvidándolo, el camino que lo llevará de vuelta
Hasta el pequeño arquitecto que le brindó la dura sujeción
Para mirarle a los ojos, y reflejarle el burdo y continuo entierro a sus compases.
No se culpe a nadie de mi vuelta.
Andrea
03.07.01
21:17
Viaje 4
Serie 5 R
49637
Nadie en los asientos viejos
Teniendo lo que creías querías
Una manera de aguarse el vino
Y un no poder imaginar otro destino.
El largo tren, el de vagones de precios
Posterga que para ti pidas algo, o nada
Por alguien todo, incluso algún miedo
Y la necesaria fortaleza, la tengas o no.
Músculos que ya no se interponen, ni anteponen
A la inevitable visión de esgrimir con gracia
Un saco de años y un libro de preguntas
La toga colgada y olvidado el escapulario.
Duerme por mí, yo velaré por algunos
Seré el blanco de las flechas sin razón
El oído atento al quejido del inaudible
El que acompaña, sin desviar su propio tránsito.
Cierras las cortinas para no mirar lo invisible
Cierras las puertas para no escuchar lo lejano
Y en mi mente encallan algunos de los hechos
Que dicen: unidos por el dolor, no por la alegría.
Llorar por una risa nacida en el absurdo
Reír por un llanto parido por el tedio
Lamentar lamentarse de lo mismo, siempre
Pero con la sospecha de que ese siempre toca a fin.
Lo que eran yemas, se convirtieron en uñas
Las uñas en garras, y las garras en puño
Libre la codicia, prisionera la ilusión más noble
La espada y la llave aguardan, sabiendo que son buscadas.
Distraerse o abstraerse, con alguien, de todos
Aumentar la televisión, bajar un poco más la noche
Poner en marcha el día, apagar los libros
Y aguantar por nada, sólo por ser posible hacerlo.
Y el beso de esta tarde, a qué sabía?
A quién tocabas cuando palpaste su cuerpo?
Quién hablaba cuando tus labios dijeron?
Qué sentías cuando ignorabas lo que sentirías?
Andrea
00:11
26.08.01
Noche IV
No sólo el camino se divide
No sólo está lleno de polvo y flores muertas
Sino que también transcurre el día
Y la risa no llega, sigue huyendo.
El sonido de la esperanza más inútil
El de la ciudad, con sus luces, sus lugares
La pobre tentación que a tantos obnubila
La posibilidad de postergación, aunque sea por un momento.
Difícil, en los movimientos la torpeza quiere ganar
En la quietud el estar se hace demasiado fugaz
Todo termina, insaciablemente, y por eso falta
Aunque el viento silbe, y las velas resplandezcan.
En la tarea, aunque no el descanso, sí el reposo
Y vivir así, sin mencionarlo claramente
Para evitar la confesión carente de arrepentimiento
Insistir tranquilamente en lo probable, no en lo conocido.
La fe mueve montañas, pero no las crea
De paso, un solo cuerpo arrastra a miles
Una mente sola es capaz de activar otras miles
Y en esto no hay milagro, y esto es el milagro.
No pienses mucho, dejarías de sentir
No sientas mucho, dejarías de pensar
Si fuese posible, o tan solo imaginable
Pensar y sentir, y que Dios lo haya ordenado.
La efímera aunque oceánica distancia
Entre la traición y la rebelión, devela
Cierta compasión lastimosa, de reconocer en uno
La flaqueza ajena, la final inocencia del error.
Las disolubles fuerzas de la querencia
Bellas o feas, siempre demasiado pasajeras
Ante el durable abismo de la descreencia
Y ese ver definido, ese respirar por concepto.
Teoría de las teorías, una pena lejana, ermitaña
Lástima de tener que existir para pensar
Y pensar en la existencia para sentir lástima
Si por momentos se pudiera ni pensar, ni sentir...
Tenemos música, tenemos vino, y compañía
Pero no nos tenemos, eso es lo que sabemos
Y duele, como el libro que se quema frente al lector
Y pesa, como un beso que no se puede entregar.
Smarc
08.10.01
22:40
Había dos cuerpos
A través de la selva, y no del desierto
Insectos que vuelan, que jamás se arrastran
En un cosmos verdoso, caliente y hablador
Tierra húmeda toda llena de susurros.
Modorra, sin arena y sin nieve, sólo lluvia
Hasta que brota el metal, y los ojos verdes
Miedo ronda por las noches, su paso no suena
Las historias se complican, adquieren vida, se propagan.
Argos, espantado, se aleja de los ojos de las cerraduras
La gran batalla se dispersa, nadie afronta a nadie
Todos conflagran, con promesas de recompensas
Que acarician el pecho los subyugados por la materia.
Inmigrantes que no quieren llegar, que no son recibidos
Ausencias interpuestas, sin dirección, sin convicción
El sentido mismo perdido, la intención hueca, seca
Con las madres pariendo más de lo mismo cada tanto.
Técnica, la suavidad con la que se engaña al adicto
Como la fe pregonada, de la cual no se tiene idea
Y sin embargo se expresa, se defiende y se aclama
Como si fuese cierta, sentida, transmisible, vivible.
Clave de sol, y un universo en expansión
La novedad en tus ojos, chispas pobres de tiempo
En lo simple, lo complicado, en lo difícil lo realizable
Y en el bosque no vale el valor, sí la transa y la traición.
En otro estrato, no sé si más elevado, o más hundido
Habita la inexistencia de multitud, el pescador solitario
Otros colores, bajo las mismas reglas, viven otros cuadros
Que otros, todavía más pocos, alcanzan a intuir, fuera de si.
Es posible bordear el paso, es posible retardarlo,
Venciendo la premura indócil, producto de la sed
Nacida en la historia, en sucesos no presenciados, pero sabidos
Como el pezón al viento, o la espalda sosteniendo un muro.
Muy lejos no una voz, sino un grito lastimero, un quejido
Dolor puro de una nota sostenida, queja de la tierra al sol
Desde su seno, desde su centro, desde uno de sus hijos
Ternura filial, desesperación móvil de quien no se entrega, y resiste.
Aquietarle el pecho al que perdió la inocencia, darle palabras
Algunas ceremonias, mucha compasión, calidez de cortinados
Para esconderle un poco la verdad, los golpes de otras vidas
Evitarle al manco, la visión del paralítico, al tuerto, la del ciego.
Lucha, guerra, juego, guerra enorme de grandes batallas
Capitalización de la ira, de la lujuria, del miedo
Emocionante aventura en donde el riesgo roba la calma
Pero tras la cual, de pronto, también juega el arrepentimiento.
Existieron otras posibilidades, existió el no retorno, pero fue
Ahora, mares, ríos, lagos, arroyos, siguen siendo agua, sólo agua
Y estar empapado, se advierte, no es ser de agua, sino mojarse
Y estar seco es aire, que vive instantes en otros pulmones, que mueren.
Se descubre lo que ya existió, nunca se crea...
Si estaba solo, dónde estaba su Hacedor?
No sólo es lo que basta, sino a qué edad
No es sólo la edad, sino lo que es suficiente.
Sonrisa, la enormidad de poder responder “no sé”
Cuando la claridad supera a la oscuridad y ambas fenecen
Donde el descanso se encuentra en los días, en el transcurrir
Sin carreras, sólo detenimiento, pero con nombre propios sobre el hombro.
Me adivino, late la sangre en mis bolsillos fríos
Sin dar en el blanco, por resistencia a la creencia
Para no acertar siguiendo el manual que otro escribió
Y se cumpla el llamado de las campanas sobre una tierra arrasada.
Orfandad, todo entendimiento proviene de un solsticio
Entre lo que te hizo, y a quien puedes hacer, o deshacer
Dije guerra? Puede que sólo señalé un muy largo tránsito
Con alforjas llenas de cosas que no se pueden vender, ni entregar.
Pareciera más sencillo, porque el frío no llega a ser helada
La añoranza de los extremos que restringían el reclamo de la razón
Muele despacio los granos que pudieran llegar a sí mismos
Sin armas, pero con cosas ciertas bajo las uñas, lo creado.
Sabes? Había un cariño, una mano que cubriendo era cubierta por otra
Y había un cintura, que junto con otra hacían simetría
Y había palabras, y también había letras, pero, de ellas no había mención
Había dos cuerpos, y eso estaba bien, y eso, pareciera, bastaba...
Smarc
23:54
26.07.01
Una parte de la calle y vos
La gran sierpe de asfalto encendió sus ojos de rojo
Y una triste parte de su neurótico alimento se detuvo
Ciego ante el espectáculo jamás comprendido
Dispuesto a ceder, y a seguir rumbo a sus vivibles vidas.
Mientras los reflejos, las estructuraciones mentales
Que duran un momento, y que relatan otros momentos
Con una gotera que sangra del techo hasta los hombros
Estremecimiento de un reflejo en la ventana, paralíticos fantasmas.
El centro es cambio, punto común de transición fija
Cuando los ojos amarillos impulsa a unos a la derecha
A otros al medio, con la imprecisión susurrando en sus latidos
Como niebla que no termina de aceptarse plena de vaguedad.
Multitud de reacciones, simultáneas, todas en absoluta diferencia
Pero con una semejanza que raya en la ofensa sensible de quien observa
Por el hartazgo de la repetición, por la dura carencia de argumentos
Por esa imposibilidad externa de salirse en masa del ridículo libreto original.
Alguien lo nota, desdicha o triunfo mediante, quizá también el alcohol
Y su emoción cruza el finísimo mar de todas las distancias personales
De rumor dual, pasa a elevado clamor individual, detenido por lo grupal
Y vuelto boca abajo se expande en instantes de lucha por lo inconsciente.
La fragilidad del tiempo se consume ante la rebelión de la meta, ya fijada
Los estallidos quedan atrás, el final del principio, con dos corazones que no entienden
Con lo que queda del alimento reponiéndose de lo que no llegaron a ser
Para que mañana las noticias, los llantos y todos los menos mal posibles.
Contigo en las esquinas, bota en pie, con el viento lamiéndote las manos
Pelo domado, a fuerza de ignorarlo, y los ojos arropados de tristeza dura
Intuyendo que la llegada no existe, porque de donde partiste, tu hogar
Era donde querías llegar, con otros nombres, otras ansiedades, nuevas.
La sierpe encendió sus ojos verdes, brillo inconfundible de límite mutable
Asististe, ahí estabas, para ver aquello de lo que quisieras desistir
Y que no habrá de dejarte nunca, porque sabe es compañía fiel, lo que quieres
Lo que duele sin hablar, y lo que hablando no deja de doler, lo que eres.
Sucede de golpe, pero un golpe que se ha gestado durante años
Y falta tan poco para que sonrías que al advertirlo te detienes
Con todo el odio y toda la negación de toda sensibilidad posible
Para volverte piedra que ya no desea, pero que anhela, un fuego distinto.
Una inquietud adentro, un filo que astilla como una premonición
Y te tensa en la posibilidad de un suspiro del que huyes
Para no darle pruebas al presente de lo que construyes en silencio
Desde tu espacio de pueblo, en donde buscas un cariño único
Que te atreverías a pisar, sólo para levantarlo y curarlo
Como todos lo han soñado, quizás, pero que sientes sólo vos podrías
Cumplirlo, realizarlo, vivirlo hasta el fin.
Andrea
06.07.01
20:30