Sonetos colaterales del poemario "Antisonetario"
SexuadoVerás, dáctor, no puedo abandonar la idea
de que las morsas son lujuriosas madonas
cultoras de un placer por el que te obsesionas
ya seas de ciudad o de africana aldea.
Te lo cuento tranquilo esto que me caldea
para que no te pienses que perdí las neuronas
de tanto practicar, así como mencionas,
esos juegos del coito que mi ser paladea.
Al final, inocente soy, pues falso pastor
se cruzó en mi camino proyectando cordura
mientras decía hechizos repletos de locura.
Caí como no supo caer Caín: sonriendo,
pues pastor de ganado no era , sino cantor,
y enviado de esas diosas que hoy me tienen hirviendo.
Soneto hijo e putaDurante bravas noches, batallando en la lucha
del ritmo que conlleva, aposté que sería
mujer y no varón; presa de cacería
que se entrega al danzante si con ella se escucha.
Creí podría ser un andrógino puro
colectando decires que le sirvan de lecho
sobre el cual masturbarse sin amor en el pecho
mas con goce rabioso desprovisto de apuro.
Le supuse sin sexo, pura esencia inefable
satisfecha de sí, asesinando amable.
Entonces en mi mente terminó la disputa
al hallar que el soneto es sólo un hijo e puta.
Dualidad Corporation informa: una voz nos obligó.
Corduras Odiarte afirmará mi voz aullante
que dictaminará con negros versos
la sed a recorrer desde perversos
gestos que te sabrán a luz flagrante.
A cada paso cruel mi lacerante
razón te clavará verbos diversos
llevándote a mis labios siempre adversos
donde espera la muerte fulgurante.
Y si acaso le temes a la parca
es mejor que le reces a Petrarca
o a quien pueda tu triste formación,
pues morir esperando absolución
le brindará colores de locura
al gris de tu acabar en mi montura.
Pasión elefántica (confesional)Sus orejitas tiernas y pacientes
tienen la dimensión que yo preciso
para confesar ebrio mis pasiones
y sobrio la locura que no tengo.
Su piel, violento mapamundi puro,
es a mis labios locos pergamino
nuevo bajo las manos del escriba
donde el arte le prueba al amante.
¿Qué decir de sus ojos de duraznos
ni del mármol ardiente de sus patas
si nada en ella puede ser un verso?
Y esa trompita, reyes de la tierra
ojalá llegue el día en el que sepan
el poder del placer de su succión.
Tiranosaurios Tuve alguna vez muchos tiranosaurios cuerdos
algunos, bailadores de tangos argentinos
otros, historiadores de cerebros cretinos
y hasta algunos boludos pintores de recuerdos.
A todos de comer les di sin reparar
ni en el porte de brutos que ostentaban felices
cuando me desfilaban como torpes actrices
- dejándome la sala sin nada que salvar -
ni en el trágico fin que llevaban por dentro
- y que eructaban siempre desde el íntimo centro
del culo virginal del que hacían bandera -.
A todos despaché con esa mi manera
de hacer del dos un tres sin otro predicado
que no sea el que dice: me tienen más que hastiado.
A Hamal – epílogoen esta lucha cruel de voz impúdica
que ocurre bajo un sol de miasma y vida
vierto mi luz, mi sed de grave herida
hasta lograr la flor de sangre lúdica
que parirá mi fe por vos, talmúdica
liviana y breve; pan que no se olvida
al trafagar poesía convivida
desde el insomnio, piel jamás palúdica.
Ya se dirá, lo sé, que el torpe llanto
con suerte acierta ser vocablo justo
cual corriente tenaz mojando el musgo
me tocará decir entonces todo
lo que aprendí, Prosor, del pulcro modo
con que tejés mortal, tu inmenso canto.
Busco que no nos encontremos (libre) Busco que no nos encontremos
que el tiempo ocurra sin nosotros
como el andar de un perro sin dueño
o el oficio dominical con las naves en blanco.
Me repito en el inicio de las cosas
en esa ausencia habitual de mis días
en todo ese antes sin vos
desde una orilla que no conoce futuro.
Y te prefiero así, ilesa de mi hambre,
permitiéndome la constancia de tu aliento,
con tu soledad todavía sin confesar
sujetando tu impúdico cariño.
Todo lo demás, todos los demás
pesan como una gota en una tormenta
mientras continúo mi esencia indecible
ahora buscando que no nos encontremos.