Tan rápido el aliento
Por irDe los años tatuados en los bolsillos,
como ese primer beso
y la última, lejana, primera reconciliación,
tan de juego, de guerra
que la vida quiere ser tangente
cuando en realidad se hace centro
de un palpitar sin derecha ni izquierda,
el hao enorme y chiquito quiere
entonces,
decirle su ritmo de muelle amanecido
a la razón que desconoce las manos,
que evitan tocar lo sencillo.
El pasillo, así, de un cariño del revés
agarrarse de la fe en nadie
de una espalda no recorrida
hasta asumir del puente sus roturas
y del pecho
sus trizas todas
hasta reír, desde lo lejos
el no llegar a donde todo retiene.
Por ir
solo por ir
tan solo por ir.
A veces caigoCaigo arriba
hasta la prescindencia de los juicios,
por ese sentirse tan bien siendo mil
desde los propios ojos arrojados a un destino fiel,
de tanto decir que no marco el ritmo
de tanto hablar que no existió jamás el sur.
Me van entonces los quiebres
ese entusiasmo de poder equivocarse
sin poder hacerlo,
como cerrar los ojos para ver
que era cierta la piel y esperaba
el momento de perdonar a Dios.
Sin pisar, destruyo
que es lo mismo que sembrar un cariño
más allá de las defensas,
manera de bofetada que finge detenerse
antes de descubrir la irreciprocidad
o el día a día.
Y sufro mi alegría
como pisando espinas a conciencia,
verbo estúpido y mini falda querendona de luz
desde esta calma de mar granate
que no se puede capturar.
IbanIban a tener que ir a buscarme detrás del verbo,
en mi significación de patria de infierno y frío
en cada libro ajeno del que descubrí sus grietas
y en el acto de mis manos
al percibir Könisberg o Caaguazú
por “Pulsar” cuerdas de acero.
Para y hasta llegar a lo podrido de los días
y desde ahí al escándalo de una alegría franca,
capaz de arrancarse los gusanos de los ojos
y de machetear antes de las doce
la lista de púdicos errores, la serie
de humanidades carentes de belleza.
Iban (international banking account number)
a tener que dejar de un lado el equipaje
cuando la intención de viajar a mis otros
no sea más que ganas de verse en un espejo
que haré polvo con un doglio.
ritmome fui calvario de caídas desastrosas,
la carne fácil que se come por las noches
sin rito inútil que lastime a los obrantes
a fuerza nívea de colmar sus despedazos.
me fui fingiendo multitud domesticada
graznando azúcar impalpable sobre heridas,
que no quisieron desde nunca esa labor
de ser la nada hija de puta desclavando
los Cristos solos que llevamos los maricas
al pecho, necio terrenito de emociones
que flota, sierpe de locura sin relax
que dice ciencia, antes que daño comprendido.
me voy sencillo, con las luces de quebranto,
con ese lúdico saber de cada Dios
maneras lentas de llegar a lo excretable
O...Tendrías que aprender a sentir el ritmo
lo que te viene de atrás,
y que en un “no puedo más” te pare la garganta
los ojos, las manos, la boca muda apartándose
de lo que queda de gente mirándote los hombros.
Escupir, no al cielo
sino tan fuerte el piso que pisas
para que la saliva rebote rajándote la cara,
y entonces sonrías la alegre bajeza de tu propia deidad.
no entenderno entiendo este puterío,
hacer tanto daño adrede,
¡decir después "yo creía"!
- ¿verdad que la mierda ofende
cuando te la sirven gratis
como medalla fulgiente? -
emputa lo sin estilo
el ajeno no saberse,
que camina sin un norte
limitándose a lo breve,
estereotipo boludo
que busca lo contundente
de una empatía sin siembra
y encuentra solo mis dientes.
abro fuego y no me calmo,
soy yo quien a sí dispara
en una sombra divina
desprovista de tus llamas,
el perro que ladra músculos
por sobre todos los mapas,
el solo de exactitud
blasfemando fe en tu cara.
(debieras verme con datos
salvando ciudades raras,
mirar cómo son mis pies
cuando trepan por las rajas,
pero prefieres lo poco
ese encanto de la nada.)
Besar y morder espaldas inquietas
- y el hueco de todos los cuellos –
por encontrar un poco de tu nombre
en el cálido cuenco de un ombligo entregado.
O juntar alacranes
y aprender a decirles a los demás,
lo siento, perdoname
fue sin querer.
no - sí - amor¿Alcanzarme,
con cinco líneas y siete notas,
confites el día de los putos santos
y un rosario el día de los muertos?
¿Llegarme,
desde un pegame si sos tan macho,
la medallita de beatito del curso
o la mano rugosa que bendice lo que no tiene?
¿Comprenderme,
a través de una lentitud subnormal,
del que sabe cuándo se fundó América
pero que ignora qué pasará mañana?
No.
Yo sí puedo comer donde cago,
hablar por teléfono mientras cojo
- o rengueo –
y de todo el asco conseguir decencia,
como se consigue combustible
de la mierda de los cerdos.
Sí…
Eso que se entiende, que se dice
debajo de la mesa, en los baños
a manera de paja religiosa y sacrosanta
vale a mis pollos lo que Kant a Lenin;
porque no somos sólo Amor.
sensaciónTres noches, o todas
comprimidas en ese allá del Cronos
donde evito mirarte
por no dañar a quienes me lastimaron.
Tanto tiempo haciendo de mi boca aljibe
y de mi cuerpo, puente
¿justo para que no bebas ni cruces
la extrema sensación del borde,
de eso que se sacia entre dos?
Sé las otras cosas,
el destrozo de la costumbre llagando
lo que no se dice y está,
la quietud de la ventana fulgiendo
que podría ser diferente Con haber vivido.
Como sé que me ves
cuando en tu mirada soy
un grito en la distancia;
y tu nombre en mis manos
haciéndole huecos al sendero.
p.d.
qué destrozo entender la música
casi
como sus ojos
Dualidad 1Recorrí cada musgo con mi lengua
y cada pensamiento con mis dedos,
hasta condicionar todos los miedos
a lo satelital - luna que mengua -.
Fui con ellas el Uno con su noche
y aquella Dualidad venciendo días,
el silencio cruzando melodías
y la risa venciendo algún reproche.
Hasta que pre-sentí suave el segundo
como un golpe certero en las rodillas,
haciéndome caer de pronto al mundo
que dejaría atrás este noviembre
tras ir acumulando cien mil millas
de nudos de oro y lava entre mi urdiembre.
10- Calidoscopio Calidoscopio de tantas roturas:
¿podría ser una voz que define
lo por hacer, a por qué fue que vine
a lo espacial carenciado de honduras?
Es tan normal vivenciar ataduras
que el verbo "libre" pretende alucine
la aceptación de vivir en un cine
donde me postro feliz a los curas.
Digo que "no"; que me chupen los huevos
las antiquísimas putas del campo,
- y mi precioso culito los nuevos -
ya que en la nada de luz es que acampo
este segundo de vida inconsciente
que por burlarse ilimita tu mente.