Mirá, te digo lo que siempre dije con mis piernas
me copa la capacidad de enfoque,
eso de zambullirse en el lodo, en el río, en el mar que sea
ir hasta el fondo y hasta el final
en y por una concentración que te cagas
y con un esfuerzo que te hiela
tan sólo por sentir.
En ese ámbito, nervioso
emocional, vamos,
yo los vi sin saber qué hacer con los palillos entre los dedos
ni con el micrófono
ni con la más puta de todas, pero bien vestida,
como tarad@s sellad@s a la ingorancia
y sin velocidad de respuesta cutánea.
Desde ahí
tras desenfocar - de tanto haberlo hecho -
uno se mira las rodillas
la panza y los nudillos
y encuentra que los aciertos más altos
como los errores más bajos son lo mismo
para los que no vivieron que el ahogo te hace latir.
Uno escribe
porque no tiene a quién decir,
y uno habla
porque no tiene a quién escribirle nada.
La joda aparece y crece
cuando se puede hablar y escrituar.
Creo que mientras siga pensando en cogerme chicas
no sólo lo haré,
sino que escribiré acerca de no hacerlo
para que se jodan los tuertitos.