Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
Tema: Octavo decanato Miér Jul 03, 2013 6:19 pm
71- Ir así
Madurando los simples como densos olvidos sin que la adolescente tentación de pretender sin mácula al pasado florezca en el sentir.
Masticando los breves saltos desde un instante hasta el otro, marcado con firme voluntad el valor del impulso que sostiene su lucha personal contra la grave inercia.
Sin cavar ningún surco ahondar toda cosa sonriéndole liviano a tanta incertidumbre, con las expectativas puestas sobre lo alto pero sin esperar que se cumplan exactas.
Un paso al lado mismo de la justicia misma generando desbordes furiosos y constantes, que serán -por supuesto- nuevamente absorbidos cualquiera de las noches o cualquiera de los días que fuesen.
Reflejando cadencias hartamente difíciles y el contrapunto inserto en la costumbre fija, como un volcán optando por a sí contenerse mientras quienes ignoran su momento se agitan por temer el sabido final.
Señalando sin fallas muchos errores sucios para luego negarles seriedad, hundiendo algunos clavos en un principio solo y cerrando finales prometiendo ser fiable.
Abriendo nuevas sendas con un montón de ideas en quienes fueron siempre silenciados, contrapesando indócil la intensidad que late en la normalidad con una visión única de futuro asequible expuesta en una línea.
Andando bien ligero sin ninguna premura, desgranando en quietud las diversas maneras de la edad de los cuerpos en la ley natural y en la naturaleza de las leyes.
Ir así como si no costase, como si se perdiese o se ganase, como si el fin del día no implicase el final de un modo de la luz.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 72- La falange Lun Jul 08, 2013 6:27 pm
72-La falange
Lo vamos a explicar con mil historias adecuándolo todo con una simple fábula, les vamos a decir claramente lo oscuro tratando de que sea lo más sencillo.
Intentaremos mucho desestimar la idea del concepto, encontrar y nombrar el simbolismo justo de las ranas, quitarle a la montaña cada piedra en donde pervive la tragedia dolosa, para así establecer un orden de llegada a lo mismo de siempre.
Inventaremos -ebrios- un largo laberinto cuya salida vamos a entregar, y un mar imaginario sin orillas del que rescataremos a quien esté llegando a su naufragio.
Lo nombraremos todo nuevamente con palabras insólitas y construcciones nunca presentidas, haciendo que resalten como el oro la mirada vacía de los tristes pastores.
Prodigaremos pronto el caluroso abrigo de un millón de pasados -que habiendo o no ocurrido- le servirá al tullido para andar, aunque para llegar quizás no baste.
Evitaremos sabia, vulgar, humanamente cualquier mensaje cierto como errado, y brindaremos una y otra vez por la obra que persiste a pesar de la gente que la sabe y conoce.
Lo que haremos será claro y distinto porque somos la forma por ahora habitada, y devendrá en crucial porque no dejaremos que el arrojo sostenga su audacia impenitente, que tantas veces guía la conducta del simple si está desesperado.
Mejor es que lo haremos porque no conllevamos el poder de crear, porque no nos lastima asumir una herencia y disponer de ella como esté permitido.
Después de todo nadie nos dirá nada porque el tiempo ya habrá pasado y transcurrido y sólo es en el tiempo que una palabra puede llegar a ser dolor.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 73- La hora Mar Jul 09, 2013 5:50 pm
73- La hora
Es la continuidad del movimiento que sugiere la posibilidad de un final ilimitado, de una eternidad del presente, desde la ruta rugosa que se atraviesa, desde la azotea que se gana a solas y en el respirar que desde el sueño sostiene, sin saberlo, quien anhela desnudamente.
Las puertas cerradas las manos que van a la cabeza la casi olvidada taza de café y el verdadero alcance de un deseo, adornan entonces el dibujo donde transcurren las esencias.
Se escriba una lágrima o se proyecte una sonrisa la penumbra siempre muta cuando en ella la guerra es adentro donde no hay testigos posibles.
En la brevedad del mañana -acaso también furtiva- siempre quedarán los rastros que empujarán en una u otra dirección, hacia peldaños entonces fijos en el mirar del hombre vuelto pájaro o reptil.
Aquietada la muchedumbre porque está en quietud quien la concibe, el cielo se descorre de luces para quien lo cierra todo salvo la escotilla de su cariño, como si esto bastase para probar el alma del que resiste y el cuerpo de quien soporta la idea de una dualidad insuficiente, a la hora de la soledad en las manos donde no es por el abrigo -que no daña el frío de la tempestad- sino por la intuición de que hay algo más allá de lo peor que ni siquiera es lo mejor, sino tan solo el borde de su sentido.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 74- Sobre el cimiento Lun Jul 15, 2013 6:29 pm
74- Sobre el cimiento
Lo irreal y lo cierto fundidos en preclaras sensaciones, hasta que se genera un gran antiguo oasis para la sed que inicia el conocerse, que se alegra de ser que doliéndose entera ya no puede extraviarse; o la más vieja historia en donde a la pasión se deja conocer sin nada de desprecio por un cuerpo que suave, cordialmente, la asume como asume una espina la curtida y gruesa piel de los osos; o bien, el pecho abierto a dentelladas la sonrisa en los labios y los labios mordidos sin siquiera rozar ningún sólo pecado.
Es que ya nada importa cuando hay algo que vale y aunque el sol no detiene su camino cuando surge la luz, ni queda devaluada la alegre inteligencia cuando la sabiduría aparece, en toda distinción deja su huella una enorme tristeza inacabada, nacida no de ver o de captar la idea que impulsó todo aquello que fue, sino de comprender a lo ideal desperezando indócil toda su persistencia en el centro del fiero buscador de ojos fijos en alguien semejante, que de meta posible se convierte en probable compañía.
Siempre entonces las armas como pocas siempre pobres los mismos argumentos, para que sea fácil en batalla expresar el silencio del que estando extraviado lucha sin pretender la confusión;
y no lastime el llanto del que encuentra un escape a las flechas del enemigo rudo y por demás constante
-que en cada hoja del bosque que cubre la pendiente quiere lograr el tajo horrible en los talones para gozar del acto del mentón encallando brutalmente en el fango de los tiempos-
sino que en lo posible se coloque el erigir en paz su personal bandera blandiendo lo veraz de su intención con segundos o décadas de fidelidad pura desde su pedestal y atalaya construidos encima de la ley que le hace de cimiento.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 75- Sobre la tabla 3 Vie Jul 19, 2013 7:51 pm
75- Sobre la tabla 3
Están los vasos rotos y mis manos manchadas sobre la alfombra muda debajo de mis ojos confundidos.
Hay voces pretendiendo penetrar o buscando salir, voces estranguladas asfixiando a otras presencias intangibles en esta madrugada atemporal.
Suenan los golpeteos -profundos- de un tambor como de muerte, torciendo tanto muro hasta rajar el suelo ya sin fondo.
Por no luchar y nunca resistir aparece una hoja de delicado acero cerrando la mirada casi detrás del aire.
Quizás el fin certero de una generación, el ritmo que entonces se define perdido y que busca aquel miasma del que no se origina pero al que se dirige con gestos que con turbio ardor desesperado hurgan en lo sentido, como un ciego que a tientas quiere llegar andando hasta el altar de un templo que jamás conoció.
Tal vez los rendimientos de la carne -la fatiga tan sola y desplegada la boca censurada por el brazo el sueño roto en mil pedazos que no hablan- esgrimiendo colores silenciosos que duelen a quien solo los trajo hasta su vida, como le duele al lienzo recibir indefenso el peso de esa obra,
para que el acto sea enteramente un hecho y se cumpla la cifra de su grave importancia, y entonces pueda ser desestimado si se alcanza a tocar lo necesario y simple.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 76- Sobre la tabla 4 Miér Jul 24, 2013 5:40 pm
76- Sobre la tabla 4
Las hojas ya resecas -fingiendo no saberlo- del muro hacen su rampa y del andar del aire su impulso silencioso, también agotan -tenues- de mensaje el inicio preclaro de todas las mañanas y el final de las tardes a los ojos abiertos por la sed.
Esa calma extenuante con la que la tristeza compensa su estadía en el pecho desnudo del que entiende las cosas que examina, es en la persistencia del tiempo y su conciencia que muta a leño el ritmo que posee capaz de arder si acaso la llama es la adecuada.
Estas órdenes firmes que nunca precisaron entendimiento para ser cumplidas van rayando tranquilas aquella dimensión en la que queda libre la batalla de luz indescifrable, para que el corazón del que jamás se entrega siga latiendo, y no a pesar de que sabe que dejará de hacerlo, sino porque no es en su origen sencillo donde entrevió lo largo del aliento que implica su final.
Y el clavo que sujeta dos maderos expresando su propia gris temporalidad aclarando que nada ni nadie sobrevive a su propia existencia, que lo más alto habita tras lograr ir más lejos de su propio concepto como se logra el grave y difícil reposo no en lo ya inagotable de cualquier cuerpo humano sino en el roce limpio de mil certeros límites.
Las horas por el suelo áspera alfombra para ásperos pies, y el drama de los íconos que todavía marcan el rostro del idiota.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 77- Eterno retorno Lun Jul 29, 2013 5:58 pm
77- Eterno retorno
Ya sin valor -después de tanto precio- esto de estar clavado en la memoria ajena y limitada, como sin pesadumbre, por un no recordar a nadie que no sea tan solamente nadie.
Atrás, también, los giros de los calidoscopios la violencia brutal de gestos extraviados y la inocencia anciana y los venenos puros, como granos de arena fundidos en la playa de un tiempo insuficiente descansando de sí.
La explicación procaz que con tenso encordado sujeta el velo líquido que alguna vez se quiso descorrer, o el rostro relajado que da la obesidad y envejecido y burdo por lo breve del muelle en el que no se incrusta la mirada de ningún responsable, van y vienen cual brisa casi tibia marcando muchos puntos de gran velocidad que en el espacio brillan generando su curva hasta quedar afuera de los planos previstos y poder ingresar al ámbito de todos los afectos.
Entonces, el sudor recorriendo la dermis la llama de la vela a medianoche la persistencia clave de un libro postergado y la burbuja fija, retenida en los labios, no son más que reales formas del evocar, imágenes que son.
Sin poder regresar ya que ahora es el fin, porque va sucediendo que el camino se desentiende, enorme, de quien fue caminante -al que le sobran mil y una carencias y por una vez siente es fuerte ante el vacío-
La trama y su solista por la boca que tiembla y se desangra al intentar decir el nombre santo soñando que podrá hacerlo trepidar, es y no es construcción acaso prueba sola de un pasado.
Y el sueño vuelto triza hasta desesperar de y por su condición al que habrá de encontrar como bendita la imagen del oscuro, del que no tiene luces, y que se inclina a ver lo que podría hacer.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 78- Un acto muy solitario Lun Ago 05, 2013 6:22 pm
78- Un acto muy solitario
Es dentro de tu cuarto que mides las promesas recibidas y por ellas conoces que te faltó grandeza para lograr o bien desbaratar.
Ahí pides rescate creyéndolo posible, aunque sientes que habrás de traicionar porque esa sensación arropada de verde permite la sospecha de que habrás de volver a fallar los intentos.
Firmes son las columnas, lo que miras se yergue pero pasa que no concibes imitarlo -la desesperación de una desgracia no alcanza ni de lejos a sellar un compromiso enorme -.
Ya no mires arriba si aún te place el pie sobre la arena, termina de una vez de recitar incontables excusas si de verdad pretendes lo acaso inalcanzable, que aún la carretera puede llegar a ser blanda y felpuda, que para cada ardua y terrible fatiga se ha previsto un reposo, y las piezas terminan siempre concatenadas si uno decide a tiempo abrirse de los juegos.
Sin embargo, si algunas vibraciones, si desde algún lugar que no recuerdas proyectas una imagen que no entiendes, si todavía crees que el aire que respiras puede unir lo que presientes, junto con lo que otro buscó confiadamente, puede que tanto muro acabe abajo, y que no necesites ni del suelo lejano ni del oído interno para pasar la noche donde brillan lo soles, sin alumbrar a nada más que a la cruel pendiente donde llueven desvíos mapas, guías, señales en donde todo inicio solo está condenado a su propio final.
Después de todo, varias, pocas, muchas centurias valen lo que millones de pasados, a menos que en lugar de cambiar un planeta tú puedas convertir a diez mil dos estrellas en un sólo estallido capaz de rutilar desde el fondo que eres en un muy solitario acto de fe.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 79- Décima primera historia de aire Mar Ago 13, 2013 5:41 pm
79- De pri hi de ai
No hubo alguien que le enseñe pero supo al sentir algún "te quiero" que mejor no decirlo para que cuando ya no sienta nada no le reproche nadie el haber transmutado.
Conoció la tristeza que en el gris cementerio los sauces optan siempre por callar, como si no pesase lo que saben hasta hacer que sus ramas no busquen en los cielos.
En medio de los dos platos de la balanza, queriendo olvidar toda vil disputa -y siendo de la parte incapaz de escapar como también aquella que quiere continuar su propio rumbo sin que los aledaños se perturben por esa condición-, fue tolerando suave cada pena que toda pena despierta, concibiendo precisa como también fríamente que la mano que escribe la mano de esta cruza y establece distancia si logra ser un medio.
Le sobraron entonces muchas atribuciones -las cosas recibidas- y las aceptó todas porque ya no tenía tiempo para ninguna, dejándose clavar por diez mil bocas que en una y otra vez en su fidelidad mordieron ávidas, entre pasillos largos atravesando muros por entre nubes negras conteniendo las rojas jabalinas, y desde bajo tierra, sobre la que trató de retener el agua para que beba el aire.
Le atacaron silencios pero no lo doblaron, de un golpe se insertó a todos en la piel y desde ahí es que teje su brutal expansión contando con el tiempo, del cual es propietario.
Dicen que algunos cuervos expresaron alguna vez, atrás, que todos estaremos en su mismo lugar cuando ocurra el eterno desenlace.
Silvio M. Rodríguez C. Admin
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Tema: 80- Cuando se juegue Mar Ago 13, 2013 5:42 pm
80- Cuando se juegue
Tres golpes y el temor incrustado en la voz con la noche difusa lamida por murciélagos como marco preciso en el que a solas el que consiguió hacer de la fatiga la rutina brutal -sobre la que se yergue para hincar un arpón al que siendo de carne no sabe de cansancios-, de sí mismo se olvida y despreocupa ante la maravilla de converger de pronto con el estado puro de conciencia del viejo semejante más lejano.
Presagios del verano giran sobre la noche que no requiere hoguera para dar su calor, que no busca detalles a las salidas limpias de mácula, que se admiten sin prisas como admite sus años el anciano.
El que sonríe en calma porque lloró en el antes, como el que corre firme porque salvó las piernas, también perciben rojos como azules en estos signos brunos.
Así este derrotero por el que cada cual va conociendo lo que ya cederá a medida que vaya haciendo suya la imposibilidad de capturar a todo un horizonte, igual que la sirena de la triste ambulancia que a un cuarto de la media noche sorda confirma a los noctámbulos que ella no va pasando, sino que está pesando.
El hombre, así, consuelo de cigarras, como alimento apto para gusanos que no serán de seda, volviendo de los lazos una soga de la que habrá de asirse buscando sortear su palpitante abismo, soga que deberá soltar para tentar el elevarse.