Últimos temas | » Zonas inexactas - Gavrí AkhenaziVie Feb 07, 2014 9:29 pm por Silvio M. Rodríguez C.» Hojas de sombra - Gavrí AkhenaziSáb Dic 21, 2013 5:04 pm por Silvio M. Rodríguez C.» 3 meses Jue Oct 31, 2013 9:13 pm por Silvio M. Rodríguez C.» Santiago Posteguillo - Trilogía sobre Publio Cornelio EscipiónSáb Oct 26, 2013 10:14 am por Silvio M. Rodríguez C.» Elvio Romero, sus mejores poemasSáb Oct 26, 2013 10:11 am por Silvio M. Rodríguez C.» Décimo decanatoJue Oct 24, 2013 8:41 pm por Silvio M. Rodríguez C.» Si llorar eso y estoJue Oct 17, 2013 8:07 pm por Silvio M. Rodríguez C.» Atajo - Esteban CabañasSáb Oct 12, 2013 9:20 pm por Silvio M. Rodríguez C.» Novelas robadas sin terminar - Gavrí AkhenaziSáb Oct 12, 2013 9:13 pm por Silvio M. Rodríguez C. |
|
| Autor | Mensaje |
---|
Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: Décimo decanato Miér Sep 18, 2013 6:44 pm | |
| 91- Una más
De tanto andar buscando siempre y en todo el límite sin haber podido dar con alguno jamás intentando empuñar la brecha inexpugnable de las muchas distancias tejidas en la mente, en medio del barullo terminaron quebrados un conjunto de días apenas describibles, como huesos resecos tras un golpe imprevisto.
Y es así que uno ve la maravilla, justo en el momento crudo en que deja de ser -el abandono cruel, todas las ceremonias, como toda emoción que tuvo su palabra pero que fue callada por millones de entornos como si se tratase de la historia de un virus, de un crimen horroroso y por ello indecible-, abriendo los caminos de vocablos y tinta para la falsedad lastimera y amable latiendo en las pastillas recubiertas con pena cuando el tiempo dirige la idea de su fin de su particular último y gris descanso.
Y surge, sin cabeza, la teoría precisa del arrepentimiento y su grave congoja, una sed que se alarga por confesarse cierta como rastros de pólvora en la mano mortal del homicida frío de espaldas al cadáver.
De cara a la tensión, con la filosa anuencia del corazón cansado de entrenar sin reposo, volviendo pedregal la yema de los dedos y ceniza la indócil y pertinaz memoria, es como se prolonga el juego de existir los tangibles impulsos por fin manifestados.
Y de pronto se hace noche de luz extraña un cuerpo siente dentro el poder de lo gélido el desgaste profundo habitando en las manos y en los ojos rojizos se evidencian fatigas.
Todo, por un intento anciano y sin final por una necesaria otra oportunidad que quiere nuevamente regresar y nacer. |
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 92- Diciembre Mar Sep 24, 2013 7:55 pm | |
| 92- Diciembre
Ya van a retornar, inevitablemente, el aroma dulzón de las flores de coco el histérico canto de todas las cigarras y el flete que se paga por mover las sandías.
La proximidad, recia, habrá de darle susto sobre su cuello sólo recibirá de golpe el peso en toneladas del almanaque viejo que en la mañana cálida cantará sin apuros su desesperación marcada de fatigas.
Intentará de nuevo la sonrisa de siempre -ese ya anciano escudo que vive siempre en alto pero ahora tendrá que admitir la torpeza el gesto más pesado y que antes fue ligero.
Le dolerán y mucho los obsequios efímeros para los que no tuvo la paciencia forzada, y le costará más tener que tragar aire.
A menos que abandone el partir y el llegar dejándose tejer por toda persistencia, como arcilla que cede entre los alfareros desestimando el nombre que un día poseyó, pero nombrando todos aquellos que no fue como clavando púas sobre fotografías como copos de nieve cayendo en otros mundos, para cruzar espejos citando cada metro de vía y de camino y de senderos rojos, diciendo a cada paso en la escalera última el acto de desprender y no de sujetar eso que va narrando mientras mira otro rumbo, como si lo que existe estuviese en lo externo y no en lo más adentro fundido en el calor.
Mas por su juego nadie se anima a apostar donde el filo es tan sólo uno pero se goza de parecer eterno como el que lo sospecha.
|
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 93- La posibilidad Mar Sep 24, 2013 7:56 pm | |
| 93- La posibilidad
Permiso para cambiar para poder esgrimir y elevar una protesta hasta lo alto de un gran pozo.
Tierra breve y escupida por la queja de sus aves por el respiro embotado de quienes no la valoran.
Un engaño, detrás otro y lo frágil de la prédica en ese cuarto torcido donde una sola mujer abreva el placer de cientos.
Los ojos ya descorridos mas para lo cotidiano y la boca siempre lista solo para repetir.
Entonces los subtes fríos de los que emergemos sordos durante muchas mañanas con nuestros trajes cruzados y nuestros zapatos pulcros.
Narrándonos del dinero generando más dinero como piezas ajustadas de una máquina letal que apenas es comprensible.
Para el lamento su hora para los descubrimientos un momento de justeza, el orden de los sucesos para quien teme el escándalo, promesas al carenciado y una fiesta sin final para pocos rebosantes, mientras el estigma inquieto en el concepto de raza riega piedras y arrecifes con su vana podredumbre.
Y que importe poco o nada salvo que por un milagro una risa sea mucho, y que en un hombre pudiera caber por completo el mundo.
|
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 94- El complicador Mar Sep 24, 2013 7:57 pm | |
| 94- El complicador
Jugaba mientras, grave, también iba tejiendo la tarde en que muy suave alguien le dijo en eco que la mano que es la que siempre acaricia no debe ser la misma que alguna vez golpea.
Su cuerpo que reposa y su mente viajando para captar de pronto que de lo que ha entrevisto le queda el sentimiento de no poder siquiera imaginarlo todo y sin ningún error.
Ronda por periferias donde las cosas casi están por terminar sin apuro o demoras haciendo del horario un verdadero enigma, porque lleva sus horas de manera inusual aunque sin olvidar esos otros relojes, de manera que cuando convergen sin aviso es fiesta de verano y es cometa sin liña negándose en redondo a la huida esplendente.
Va por ahí sin anclas de viento o de oleaje por sobre la ribera y desde ella en silencio al borde de las cosas de todo lo sensible, donde las líneas pierden su fugaz claridad para cederle paso a esa esencia difícil que supera vocablos -pero nunca sonidos- cuando para dejarse saber y capturar exige por lo menos ser en sí respirada sin ningún estallido, sin sonrisas o lágrimas en el duro y hostil hábitat de los tigres.
Su nombre fue olvidado cuando no preguntaron los símbolos de sal implícitos en él, ya había transgredido toda forma de imagen cuando por fin buscaron su azul definición.
Y lo que queda es ese poco, ese más para cuando termine por volver del regreso y nadie jamás haya extrañado sus modos porque todos guardaron una migaja alta de lo que les sirvió alguna madrugada.
|
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 95- Alguna vez Vie Oct 18, 2013 5:34 pm | |
| 95- Alguna vez
Alguna vez también yo me creí que en la mañana nunca las flores dicen falsas realidades.
Quise estar y lograr la permanencia en algún corazón que sepa adivinar un imposible; era costumbre mía pedir mucho y dar incluso más para con poco hacerme con los sueños.
Pero al final me di contra el asfalto y del vino aprendí lo que es renuncia, y de la mano amiga la traición, y de lo que ya soy aquello que hubiera podido ser.
Fui perdiendo temores y lentes de colores la precisión grisácea de las fechas y la lealtad de todas la desgracias.
Me abrí solo a otro rumbo y de mí me olvidé, extraviando los límites de mi roja memoria en las nubes azules de lo antiguo.
Me fui partiendo en crudo como mortal silencio horadando mi mente hasta dejarme atrás.
Desde el centro, una vez quise andar el regreso y aunque lo que miré fue tan sólo lo mismo no era el mismo ese ser que entonces observaba.
Sin otros pasos más que aquellos que daría sin ninguna moneda que no sea del oro por ganar me sonreí despacio murmurando tu nombre. |
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 96- Las interrogantes Vie Oct 18, 2013 5:35 pm | |
| 96- Las interrogantes
¿Qué le vas a decir después de que a la fuerza le hayan arrebatado sin pudor todo aquello que más gravemente quería porque le daba llenos a su ser?
¿Cómo habrás de curarlo con sólo explicaciones las llagas que muerden en lo que le queda de lo que fue su piel cuando sepa de pronto que aquí arribó sin marcas y que las que transporta no son por lo que era sino por lo que eran quienes ahí estuvieron para verlo nacer?
¿Qué palabras habrás de utilizar cuando en su más recóndita franqueza te encuentres con la calle transitada por nadie en cuyo final no distingas a la luna reflejando sin daños un último regalo de calor?
¿Con qué manos irías a tocarle después de conocer dónde reposó el cuerpo la noche en que creyó en lo que nunca fue y nadie tuvo fuerzas ni para detenerle ni para lograr cambie de hostería?
¿De qué libro querrás entonces conversarle cuando por fin apoye sobre tus ojos fijos su mirada, y lo que veas sea una alegría pura -y no diez mil tristezas que no tienen consuelo- intensa como fiel a punto de ser rota por sus manos todavía anhelantes?
Cuando todos estén con el cuerpo presente ¿cómo habrás de poder distinguirle y acaso apartarle sin nunca haber estado en el estrado donde van a esperar la sentencia de luz de las estrellas la gente que jamás en su sendero saboreó un obsequio inmerecido ?
Y cuando entre temblores inconscientes llegue a manifestarse sin engaños la grave densidad de sus temores ¿qué abrigo le darás después de tantos años recorriendo tibiezas sin siquiera haber hecho un verso a la amargura?
Y cuando le conozcas todas sus intenciones y necesariamente las compares con las que tú te posees ¿cómo vas a volver a sentir a la tierra como cuando la lluvia tan sólo era de agua, cuando el aire en ningún momento no sabía de su nombre primero?
Lo que no preguntará te pregunto lo que sobre tu ser nadie preguntará para que quizás alguien llegue a contradecirme y sacuda de brillos estos ojos por mostrarme en error.
Me juego por las notas a haber estado ahí a ver qué es lo que pasa cuando acaba la música y lo que queda puede que sea lo que se ve, tan solamente eso.
|
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 97- Por un salto Sáb Oct 19, 2013 7:56 am | |
| 97- Por un salto
Ya pasadas tres décadas no pudo eliminar la prisa que le marcó los pasos desde el primer respiro, como la rapidez inquieta de sus ojos cuando escrutaba, solo, las varias dimensiones.
A golpes se forjó, golpes que se sostienen en la espera sin restos de paciencia en las alforjas, pero aquietado adentro por entender el ritmo que hace vea el avance del guepardo y el de cualquier tortuga.
Una hora como tiempo de medida y que resulta poco, breve, liso porque las anteriores las respiró entre aromas de quienes no supieron de la esencia que implicó el sacrificio de los pétalos rojos.
Aunque siempre lo atrajo, con el fuego le fue negado decir, puede que por moldearlo aun más a esa forma de arma con que vive aguardando de lejos sin permitirse nunca liberar a sus dientes, desde una calma densa en la que la tensión prepara su rugido, por debajo de límpidas baldosas tras ventanas cerradas sobre nubes escasas.
Ante la imprecisión de su sombra de luz ya todas las demás crepitan una huida; de espaldas, y lanzando vacíos interiores a quienes van latiendo su decadencia próxima, el tiempo es que se explaya; desde el fondo le quiere poder una sonrisa pero ya no le da la piel para inocencias, rotas las ilusiones, la piedad tan humana, sólo el acero ardiente pareciera poder alcanzarlo tan sólo para hacerse perro fiel, una daga compañera.
Se intentará turbarlo, pero será un intento más bien pobre como quien lo persigue y como quien lo ve, vanidad atrofiada desde el mismo accionar.
Le obsesiona el fonema -como al pastor novicio la idea de los lobos-; se abre hasta lo fugaz, a su peligro, en donde por un gesto en su momento atroz incluso una paloma sería desangrada.
Con rostros que estuvieron marcando la presencia de lo siempre inactivo cargándole de hierros el cuello indetenible escucha atentamente las excusas del otro tratando de llegar hasta donde no alcanza.
Le duele estar ahí, sin que todo termine de acabar porque se sabe aire fijo, de sí, sabe que siendo poco lo que quiere eso sería todo si muriera esa noche.
Mas no existen certezas siquiera de su vida siquiera de su muerte y entre una y otra asiste desde dentro al escenario crudo y al olvido al continuo aparente desenlace por el que por un salto se llega hasta el sentido. |
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 98- La razón Dom Oct 20, 2013 12:12 pm | |
| 98- La razón
Una magia de engaño, ese desgaste simple pero impuro y una dolencia atroz, premeditada.
Crece una rosa, casi hasta alcanzar un cielo con un sol que reconoce infecto y que le quema de arrepentimiento.
Así la grasa inerte en la vajilla las legañas en todas las arrugas los hijos mal paridos y olvidados por una concepción memorizada.
El vil paso del asco, el golpear del arte y el pobre ser humano tan cansado de ser sólo eso, un ser humano pobre.
Lo que jadeas es duda -acaso pareciera- un aliento de plomo nombrando a Hermes las manos así, limpias de futuro, del peso de saber qué es sujetar.
Y como lluvia cae desde arriba la crítica por un gesto frugal en el ahora antiguo espacio del atrás que implicó tanto quiebre la sonrisa que no fuera prevista.
El día desde cifras y alfabetos en nombres ateridos en actos en tantas inacciones en lo posible, alto, realizado sí o no.
Y el ocaso del día, repentino, en donde lo que cuenta pudiera ser aquello que pasó -quizás lo que pudiera pasar al otro día- por estilos congruentes -los cangrejos buscando alimentarse- y verbalizar gracias por todo esto que está.
Y sin embargo, no ser feliz. No.
Y guardarlo por dentro como un grave secreto y ocultarlo del fuera como una herida sucia y esconderlo de todos como si fuese falta y masticarlo suave mientras pasan las tardes.
Para nunca decirlo para nunca escucharlo para nunca entenderlo para fingir que no va de lo propio, mientras la pulpa suave del tieso corazón sigue siendo roída impunemente, mientras el callo recio de los huesos hallan el rostro fiel de la fatiga y los cabellos propios no alcanzan a su dueño enmascarado.
Ansias hasta en la furia hasta en la rebelión en los pies y tobillos descubiertos enfermos.
Y el mordisqueo burdo de una esperanza hirsuta.
Por el cuerpo que portas cuando al fin se suicidan las luciérnagas y por esa palabra que tú puedes decir, hacer vibrar, pero que te la callas por beber de quien vas anhelando.
Presagios que ya no logran moverte con los dientes y miedos con las manos y armas el abrazo, el escape, la vez que tú aprendiste a soportarlo todo porque no se trataba de tu ser sino que se trataba de tus sueños, de tu posibilidad, porque en ella también estaba el otro un otro que supiste más inimaginable pero tangible y cierto como cualquier afecto.
Un trozo del asfalto y la noche completa el devenir preciso de los días y el paciente suspiro de los mares por que veas, despacio, la señal que sugiere que despiertes.
Un paso más con sólo una idea serte fiel sin ninguna condición.
Última edición por Silvio M. Rodríguez C. el Jue Oct 24, 2013 8:14 pm, editado 1 vez |
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 99- Lo sepa o no Dom Oct 20, 2013 12:14 pm | |
| 99- Lo sepa o no
Un momento después de haber quedado rendidos los discursos, las palabras que quieren explicar, después de navegar por muchos años librando las batallas de los días para que cuando llegue la noche descubierta te entregues sin demora al sueño del reposo,
donde fuiste aprendiendo a imaginarte libre en ese espacio donde si ocurría lo feo, lo no ansiado, no había más que abrir los ojos, despertar, reconocer lo cálido, lo familiar y cierto, y entonces nuevamente llamar a hurtadillas al cese de consciencia,
podrán ir regresando algunas de las pocas vibraciones que por manifestarse en una convergencia no pudieron llegar a silenciarse en alguna burbuja trazada en el tiempo, tampoco detenerse en el pequeño espacio de la tierra, quedándose a merced del aire que las sabe.
Los rastros es sabido...
Pero también las nuevas señas y marcaciones aquella precisión que aunque se permitía vislumbrar todavía quedaba en una dimensión no pretendida un peldaño debajo del sentido, ahondando las huellas de cada caminar en lo expresado.
Habiendo comprendido algún desplazamiento, el dramático arte por cuyo desarrollo tenaz, inextricable, toda certeza al fin tomada, aprehendida incluye de por sí la puesta en libertad de una duda, de un quiebre, en espiral de juego en la zona del límite matemático puro, en el que de una sola vez se capta la enorme prescindencia,
iniciando el reflejo de un estado adquirido no tanto por el paso desde un extremo a otro ni por el extenuar todas las fuerzas por razones sencillas, sino por masticar golpe tras golpe de la lucha su última intención propuesta o aceptada;
lo descriptible entonces más allá de su justa o no tan justa forma manifestada por el verbo, va cabiendo por sólo sus posibilidades en ese fatal puzle que empezó por imponerle una firme y casi absoluta negación a lo hallado, dejando únicamente a la imaginería como ranura incierta por la que así tendría que poder aceptar y entonces comprender,
desmenuzando el tránsito sin pausa por la vida en trozos diminutos aunque intensos volviendo a lo sencillo algo confuso, y lo confuso vuelto sencillez ahí cuando apartar deja de ser lo mismo que decir separar.
La gota de sudor que brota de los vasos la que un ojo derrama en la mañana la que sola se hace primera en animarse a fundirse en la playa sin orillas y la que va buscando a su pareja para llegar a ser mucho más amplia.
Detalles, igual que pedacitos de cristal, para que así la gracia de quien los va portando no pueda ya erigirse en una vanidosa exposición, sino en poder sin daño lucir incluso más por llegar sin agobio a irradiar lo brutal de trascenderlos.
Cortada de raíz la intención de cualquier reconocer los premios merecidos, desestimada así la exhalación opaca del aquella intención, del mismo lado de la mesa redonda -permitiendo su centro- y no del otro extremo, como ocurriera antes, cuando alguien ordenaba por no saber del arte complicado de guiar.
Más lejos y con más y renovado esfuerzo, con más y nuevas víctimas y mayor resultado, con todavía más renuncias solas y mejor recompensa, con más tiempo y con más espacios recorridos para el aliento breve de una vida que busca de sí mayoridad,
como puede y cual sabe apretando penurias dentro del corazón permitiendo sonrisas con los ojos olvidando sin ganas algunos de los mapas que refieren a escalas y a saltos por hacer,
sintiendo la existencia -desde cada respiro- del pulso y de los gritos todavía presentes de crímenes lejanos donde el cuerpo latió por haber sido fiel a su sistema.
Y también, necesario un conocido tiempo de suspiro donde alguno querría conseguir más de lo que podría, porque de perdonarse el poder exigirse un algo más es que van los relatos, hasta llegar al tramo pretendido mas no así a lo previsto de la trama, a ese día que no vuelve a sus noches su propio antagonista, a esa forma de calma sin lagunas mentales del que va laborando con su risa guardada porque tras el mirar que antes visualizó sin haber visto, no existe ningún plan que no sea secreto ni existe algo que no implique su absoluto, aunque sigue existiendo lo que tendrá su sitio en el fragor tranquilo del que inclina la cerviz para recibir, quieto, el cariño que habrá de devolver.
Aquí o allá nos sepa o no el ahora, donde ríen aquellos que no necesitaron de pruebas contundentes o livianas cuando hubo que perder mucho y sin protestar para ganarse entonces lo probable de un instante feroz en el que se está bien en el que de verdad mañana ya será ciertamente otro día en cuya luz final no existe el fin, ni los vestigios claros de persistir a sangre -y pulmón y la piel todavía exigida-,
sólo el aire en el borde del misterio del fuego.
|
| | | Silvio M. Rodríguez C. Admin
Mensajes : 739 Fecha de inscripción : 22/02/2009 Edad : 52 Localización : En tu monitor
| Tema: 100- Lo que cueste Jue Oct 24, 2013 8:41 pm | |
| 100- Lo que cueste
No, no podrá secarse la fuente que jamás tuvo existencia, y aunque lo percibible tenga sus propios límites puede que en el final de este entramado no se incluya tu forma en la lista ignorada de quienes seguirán sobreviviendo a todo.
Porque aquí, respirando tu difícil concepto las branquias se me llenan de sal gris, y cada paso puesto en el camino ruge desde su aliento su recia permanencia volviendo a tu trayecto un espejo del vago y confuso horizonte,
como si no lo hubiésemos pensado por tantas estaciones -desde el calor al frío- cuando ya se cumplía el instante anterior tras el cual con los ojos bien abiertos cada uno acabaría elevando sus puentes,
aceptando crepúsculos y amaneceres rojos como acepta las horas de su vida quien nunca considera ni su origen oculto ni su fin, evitándose así divagar sobre el otro impidiendo que crezca cualquier raíz endeble de empatía.
Más allá de posibles y nefastos lamentos de cualquier insondable predeterminación o determinación, saltando vallas altas sin esfuerzo exhibido, controlando la mente antes que se subleve,
se le dibuja un plan a lo posible de andar y respirar uno o un par de minutos más, por día, por siglos, quebrando desde dentro la dimensión de altura, torciéndole su rumbo a la mirada que nunca se perdió, que cansada de tanto atravesar a otras se imagina a sí misma.
Más que roces y más que ingenuidad va en esa montañosa, nevada situación, de temer a cualquier consecuencia ínfima deviniendo en un tajo de propia mano y pulso que logra desangrar horriblemente el íntimo riachuelo de afectos primigenios,
que de otro modo hubieran podido transformarse antes de llegar tórridos al mar que todo río va buscando, y que habrá de extender la demora sencilla del arribo que implica el deslizarse por un limbo imposible de decir del que habrá de soltarse cuando aprenda sus leyes.
La presión, pero sólo hasta un punto preciso por el vigor que busca acceder al temible y protector abrigo de la fuerza con que el orden contiene a quien alcanza el vuelco hasta la luz,
si en la tozudez bruta del intento no dejan de obligarse a no caer jamás en obsesión, exigiéndose al tiempo el ir acompañando esos pasos quizás un poco menos firmes pero que con certeza implican lo factible de una destreza insólita que van centelleando su esencia inigualable,
llegando hasta la noche cargando y no arrastrando el verdadero peso de los días que encuentran la medida de su ígnea dimensión en la expansión fluida de lo alegre y en la profundidad de la tristeza,
nacidas en el mismo y decidido instante en el que se confirma lo sentido teniendo que admitir por la razón la suprema existencia de un cálculo genial en el que todo fue planificado, desde donde proviene una clara primera condición de tranquila franqueza inmaculada.
Y para relatarte su existencia una anciana de alma ennegrecida que entre cenizas busca por medio de difíciles y fáciles acciones la huida de las reglas, de todos los segundos,
como existe la víctima de tantas circunstancias y el vencedor innato de las normas, cada uno sosteniendo el argumento de ser un visionario, el uno con los muros en el frente el otro con ladrillos hechos polvo en el aire.
Que hermanos y que hermanas fuera de los posibles ámbitos de sus lazos recrean a su modo el bosquejo del humo a su modo de piel y de intestinos como a la condición de herederos legales,
o a la de hijos legítimos que por alguna cruz aprehendieron pronto el muy costoso arte de poder ser desestimando todo lo que no se alinee en el fondo y la forma, portando como seña y cicatriz la profundidad recia de sus exhalaciones prevista desde atrás por ellos mismos,
que en la repetición de las imágenes se acaba sin lograr ningún retorno, pues no habita el secreto en ningún acto ni en la repetición de todos ellos, sino en lo que subsiste o en lo que se genera en su después,
para que la palabra la oración y los libros frente a quien los recibe se permitan omitir variedad, como si no estuviese en lo expresado sino en las intenciones últimas del que entonces lo recibe,
y de ese modo, así, con sencillez la finalidad suave de la arcilla realizando el oculto poderío de por algo sujeto alcanzar a mutar sin una sola necia y vil contradicción, implicando inclusión antes que nada.
Y que luego del arduo y penoso regreso a la casa final y originaria volverán a haber fiestas, que a mitad de la noche sobre los invitados paseará los ojos sin buscar el antiguo pasado,
porque lo que va siendo es suficiente porque para lo nuevo no hay temor porque aunque lo posible de los duelos aún no haya acabado de borrarse, ya su concepción, plena, alcanza con justeza para darle la talla de temporalidad, de la que no podrá lograr la fuga, porque nadie se fuga de la precisión alta del presente que ignora detención donde agua, tierra y aire, sin murmullos
le ceden convergencia hermana al fuego como una pluma cede cabida a otra hasta formar un ala que sintiendo a su par es por habilidad que se despliega y por tensión sostiene su amplitud fijando al absoluto como destino último al que llegará cueste lo que cueste. |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: Décimo decanato | |
| |
| | | |
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |