¿Por qué me miras, si yo no lo hago?
Debe de ser que te atrae fuertemente
mi habilidad de beber alcohol
hasta el desmayo, sin prisa ni pausa
o mi fatal aficción por las hembras
que hace me pierda en cualquier puterío.
¿A qué te acercas si en nada me estimas?
Quizás, me digo sonriente, son burlas
que me propinas por ver si me creo
la cercanía de toda tu piel
fingiendo el drama barato y sencillo
de carecer y buscar mi contacto.
¿Y para qué te detienes en mí
sin permitir que mi andar te detenga?
No, no me explico el danzar de tus iris
sobre la herida que llevo en los ojos
pues aunque mires no ves el origen
de lo que soy tras torcer mi destino.