Mejor que encontrar ventajas
allí donde todo es quiebre
es apretarse la sien
bajo la ducha caliente
hasta pillar, no razones
sino un por qué estar alegre
aunque el espacio inmediato
las esperanzas deguelle
aunque el presente marchito
de cualquier sonrisa breve
aparente ser real.
Como la historia solemne
que leímos cuando, tontos,
creímos eran los ejes
sobre los que lo pasado
se deslizaba hasta el siempre.
Es mejor el arrancarse
la horrible cara de tedio
y salir a la llovizna
de los hombres y sus ecos,
dejar fluir al empuje
que al roto lo vuelve entero,
y cortar con la mirada
cualquier falencia del ego
hasta destrozar las dudas
y saborear de pleno
el aliento que se pare
en absoluto silencio
con los pies sobre la tierra
y en la boca un nombre nuevo
todos los días y noches
desde el calor de lo dentro.