Diseñar el futuro es complicado
como desdibujar las oraciones
que por la fe salvaron emociones
incluso en quien vivió desesperado.
Se toma un solo verbo, bien pesado
y se inserta en los ojos con canciones,
midiendo que en él quepan las naciones
que habran de realizar su predicado.
Y se aparta de un tajo, limpio y puro
al sujeto divino que en los hombros
portará cual bandera los escombros
del pretérito roto contra el muro
ardiente de colores insolentes
en el que yacerán los indolentes.