Ya dijeron de mí que soy un genio
por armar una fórmula o diseñar un poema,
que soy un hijo de puta infeliz
porque a la tercera mando al carajo por el mismo error,
y que soy un alcohólico
que no se asusta ante la humedad.

No tener un gusto desarrollado
es como carecer de fe,
te convierte en un ateo de los sentimientos
apto sólo para los juicios
acerca de lo que jamás viviste.

Y avocarte a tu más alto y preciado placer
y sólo a ello,
es como si un hombre occidental
se ponga un vestido negro, gris o blanco
y escupa cosas de dios tras privarse de coger una buena puta.

Volviendo a vos
todos somos talentosos y sin marcaciones,
y aunque no todos son aptos para la música
ni para el amor de pareja,
nadie pasa por aquí sin sentir que quiere ser
algo más de lo que le enseñaron que es
(me cago en la asonancia)

Volviendo a vos
se contaron cuántos pies habían en mi cama
y fueron seis (uno de ellos enyesado),
te lo recuerdo porque la humildad no es una actitud
sino un resultado,
y porque al ego no lo destruirás
pero podrás manejarlo.

Volviendo a vos
ahora que otro peldaño más nos separa,
mejor pensalo dos veces antes de seguir viviendo
mientras yo camine por el mismo barrio,
no sea te me cruces
y al respecto decida hacer.