en vano erigir tanto puente
marcando tan sola-mente distancias
si el brillo no a llega destrozar todo el cortinado
que separa una mirada de los ojos que le esperan

no sirve la suavidad
la gracia de una sintaxis de felpa y la mano vuelta caricia
cuando lo que falla es el latido crucial
ese que ni busca ni teme
las posibles roturas en el aliento

tan denso el vacío
cuando por no errar la nota justa
el silencio parece vestirse de rojo
como la sangre recién parida en el cuello del tigre
que aún resoplando impone sus ojos sobre su victimario

una inutilidad de manos en los bolsillos
una avalancha de calles de domingo sin gentes
cuando de nuevo las fuerzas se emplean
para que las compuertas permanezcan cerradas
por evitar el eco de lo que se guarda en la boca

y todo
mi bien
porque los juicios cansan
y entre aceptar y valorar
queda poca distinción

qué hacer con esta tristeza
entonces
sino borrarle tu nombre
y fingir que no me pasa