Hay algo que está mal en mi cabeza,
según dice la gente
una tuerca quedó floja y rodó
hasta soltar el único tornillo
que me ataba a la historia de los días
escuchando tonteras sin expresar que apesta
la preciada palabra dicha sin emoción,
la foto de la fiesta más común
pixelada hasta el asco por no tener estilo
y festejada siempre entre todos los burros.

Que desprecio y entonces soy peor que un facista
es algo que mastico ya hace años,
igual que ser el puto que encerrado se escribe
no lo que no fue escrito, sino lo que jamás
leyó en ningún librito;
como ser el violento que en el miedo
expande su talento de imponer
lo que nadie mastica.

Siendo así, no me puede importar lo que piensan
aunque sí lo que hacen y todo lo que omiten,
porque pesan, y tanto
que no sólo no avanzan sino que me estropean
el polvo del delante que me quiere
con la furia del rápido que a todos adelanta,
polvo que puebla piel, uñas, pulmón y pelo
por este vivir solo anclado en el futuro.