Dualidad 101 217
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Silvio M. Rodríguez C.
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MensajeTema: 2    2                             EmptySáb Mar 24, 2012 9:49 am

Cuando ocurre lo peor

Quién estuvo cuando ocurrió lo peor?
La respuesta es nadie, tú y yo lo sabemos
Quizá por ello no me reproche mi ausencia
Y puede que por ello tu desees haber estado.

El tiempo que alguien, cuando descubrió a los otros,
Destinó a convertirse en un aliviador de almas
Nosotros lo dedicamos a no poder ser aliviados
Para, comprendiendo a todos, no depender de nadie.

Para poder llegar de noche, y sin palabras
Poder acercarnos a la hoguera tranquilos
Sin necesidades, sin las marcas de la carencia
Con la juventud postergada, nunca olvidada.

Por rechazar la debilidad, somos crueles
Nos viste lo sincero, y también lo oculto
Somos de los que aceptan, para cambiar
De los que admiten, para poder expulsar.

No nos engañamos, por eso confundimos
Porque aunque a veces nos arrastramos
Nuestro corazón siempre late en lo alto
Fuera de la vista de los testigos mudos.

Llaman a la puerta, y abramos o no
Somos nosotros los que salimos a la calle
Sabiendo de qué se trata, al menos intuyéndolo
Como si se tratara de otra cosa, menos densa.

Y entre nosotros, en ese espacio sin puentes
No cabe el reclamo, no tiene espacio la culpa
Tan sólo alguna mirada furtiva, quizás un roce
Y el calor de un hombro al lado del otro mirando al frente.

Suena a complicidad, lo sé tan bien
Y pareciera de regla, de orden, de cofradía
Algo de precios, algo a lograr por quien quisiera
Y ojalá fuese así, como tantas cosas, como casi todo.

Pero sólo cuando ocurre lo peor, y nadie está
Te queda la espera, al final de la cual
Sólo se oye el crepitar de los leños maduros
El hombro de un semejante con la sonrisa velada.

Smarc
22:49
25.11.01


Ahora es el después

Te escondía mi risa, la ocultaba
Para que luego no lamentes en silencio
Que la pierda, que no la vuelva a encontrar
Y que entonces, también tú te entregues a la pena.

Te ocultaba mi llanto, lo escondía
Para que no seas tú quién lo seque, lo borre
Y luego, ante su regreso de deshielo
Te reproches el no poder represarlo.

Te ofrecí, y no diste cuenta de ello
Lo que no podrías controlar ni alterar
El centro mismo de alguien que se hizo
Pero no aceptaste... tú querías terminar la obra.

No con un golpe de martillo en la rodilla
Sino con un agrio veneno vertido en la copa
Me recordaste lo que tanto había querido olvidar
Que tener a alguien se desea más que acompañarlo.

Algún día el anciano aprenderá por fin
Asumirá la verdad de la exquisita mentira social
Tendrá una mujer, y a veces, tendrá dos
Y comenzará sus frases con un si fuese más joven
Intentando darle a su fracaso una altura imposible.

Algún día la jovencita verá claramente
Que ha sido una anciana siempre
Que si procreó, creyó amar, u odiar
Lo hizo en nombre de otros, no del suyo
Porque sólo es propio lo que se descubre, no lo que se imita.

Para mí hay un tiempo, no una edad
Aunque para ti la edad indique el tiempo
Para mí la ceremonia fija su propia fecha
Aunque para ti el calendario fije la ceremonia.

Ahora, que de algún modo también es algún día
Es el tiempo en el que todavía podemos equivocarnos
Cada cual con lo que ha sabido entregar
Y cada cual, con lo que ha podido tomar.

Ahora es el después del hecho
El resultado, el efecto, la consecuencia
De haber fijado en complicidad o soledad
El punto exacto donde brilla la propia meta.

Andrea
22:43
27.11.01


Para llegar

Detenerse al fin, no al final
El alto a los suspiros de sangre
La tregua que pasa silente y mecánica
Como el paño sobre el polvo de los libros.

El valor, los hijos de la fe, no los del amor
El resultado de aquellas apuestas más altas
Donde cada tránsito es caída irrecuperable
O tenso salto con las manos sujetando la esperanza.

También el entendimiento busca entrar
Acomodarse entre tu pecho y tu mente
Para hacer transparentes las cortinas
Que por tanto tiempo te privaron del sol.

Profundas curvas, densidad lineal
Sospecha de un equilibrio metálico
Temor por la resistencia de los goznes
El tiempo en el que la base será probada.

Aunque la sed te turbe, poder beber despacio
Incluso no hacerlo, incluso poder apartar la copa
Con la mira mucho más lejos, más inalcanzable
Porque puede que pises donde acaso no haya huellas.

Tu propio mar, con su abismo y sus orillas
Donde te sumerges cuando lo deseas
Sin certezas de si volverás a emerger
Nuevamente, o repetidamente, sin trofeos en la alforja.

Relación árida, de pocos símbolos y pocas señales
Al filo del límite en el cual todo tendrá su nombre
Y más allá lo nuevo, lo que ya estaba y no sabías
El peso supremo, absoluto, de lo posible, también cierto.

Un paso hacia lo equidistante, geometría espiritual
Entre los animales, los hombres, y los ángeles
Fruto del encierro maduro, neurótico, puro
A través del cual cierras, para abrirte paso entre la nada.

El miedo se desprenderá, por no poder asirse
Lo frágil vuela, lo pesado se arrastra
A la fortaleza constrúyele movilidad
Que para llegar, solo es necesario no parar.

Smarc
23:50
03.12.01


Veneno humano

Golpea, golpea cuanto quieras, no abriré
Llama, todo lo que puedas, no acudiré
Llora, como sabes hacerlo, no te consolaré
Clama, como nunca lo has hecho, no responderé.

No soy Dios, escribieron que soy su efecto
Soy humano, tengo un tiempo de caducidad
También yo tengo cuentas qué rendir
También yo seré examinado, una sola vez.

Búscame, si quieres, en los lugares más sórdidos
En góticos palacios, o en mercados infectados
No me encontrarás, en ningún lugar me encontrarás
Ni en ti, ni en el vacío, ni siquiera en el centro del nunca.

Soy otro, por lo que aunque me mires, no me verás
Pues llevo tu veneno dentro, el que sin colmillos ni aguijón
Hiciste que ahora corra por mis venas, sin descanso
Sin querer, es sabido, pero sin arrepentimiento, como fuera previsto.

Ojalá no te burles de nadie fingiendo aflicción
Exponiendo como belleza lo meridiano de tu dolor
Blandiendo como bandera el ridículo peso de tu cruz
Mientras otros, como yo, sonríen, envenenados por dentro.

Me despido, como lo hacen los crueles
Con sinceridad, aprendida y no heredada
Cediéndote la frontera entre lo burdo y lo puro
Aquella de la que te hablaba, cuando estábamos cerca.

Ahora, por fin, es tu turno, el que creías, querías tanto.

Andrea
23:06
29.11.01


Los mediadores

Cargaba con una esperanza sórdida, inútil
Como lo hacen quienes ignoran su destino
Y esperan en silencio a que el íntimo susurro calle
O se confunda entre los lamentos de los camaradas.

Cada tarde, y cada mañana, desprovistas de sentido
Sin el descansado escape del aturdimiento
Sin otra armadura que la razón impuesta y soportada
Para tolerarle a la mayoría sus expresiones de vida.

Cómo entonces no desentrañar la tierra
Y hurgar en su tibia podredumbre escondida
El meridiano inicio de esa afrenta temporal
Donde víctima y victimario eran uno mismo?

Y aunque pudiera ser que nada acabase nunca
La convicción, merced al tacto, de lo perecedero
Le abría las puertas a un terror ahogado, vil
Que a veces, en torbellino, también provocaba la euforia.

Juegan las imágenes, no pocas presenciadas
Repicando como ecos de un reproche infinito
Mientras otra vez el crepúsculo pasea su mano
Sobre el corazón de los que me vieron.

Se acepta, todo por fin se vuelve aceptación
Asumo la frágil, esquiva y casi inasible cadencia
De la Historia, de los sonidos, de las luces
Y colaboro humildemente a transportar el féretro.

Se llevan mi cuerpo, lo que queda de él
Y se llevan mi alma, mi espíritu y mi esencia
Se llevan todo aquello que pueden nombrar, nada más
Y sin embargo, a mí no me llevan, a mí no me fijan
La noche me libera por mediación de los que no me vieron.

Smarc
07.12.01
20:12


Calma

La caída brutal, la más humana de tu historia
Mojándote los ojos te había secado el corazón
Y así habías entendido lo que es pedir, lo que es rogar
Aferrándote no a una respuesta, sino al pedido común.

A dónde entonces fuiste a buscar una respuesta?
Qué excluías, aprendiz de juez, en tu camino?
Acaso no viste en los ojos del suplicante tu mirada final?
Y no sentiste en la risa infantil lo irrecuperable del tiempo?

En los talones la sutil picazón de las tentaciones
En las manos fuertes la premura pasional del deseo
Ante el humo una voz que parece ordenar el avance
Y también un susurro, diáfano, que dice: con calma.

El gesto definitivo vive cuando no le permites parir
Entonces queda fijo, mientras se nutre de tu alma
Y esta absorbe a aquel, primero nudo, luego esfera
A conciencia de los labios que se relajan en lo alto.

Dos historias habías escrito en tu cuaderno
Una, de cuando llovía sobre las calles del colegio
La otra, de cuando por fin el desierto se anidó en tu pecho
Ahora, con ellas tras los párpados puedes vivir esa danza

Que alguien soñó y otro más lejano dibujó con sonidos
A través de la cálida humedad de una taberna imprecisa
Entre las sedas íntimas de las doncellas favoritas del amante
Y bajo la misma bóveda donde una madre despide a su padre.

Seguramente también la culpa cabe en mí, y en ambos
Ese contrato y duelo tácito entre dos desesperanzas
Que con el polvo que pueden tomar, mezclándolo con saliva
Intentan todavía el diseño de un mismo lazo sin extremos.

Bajo la ola más alta, con la sal ingresando a los pulmones
También la trampa será burlada, porque la presa no estará.
Bastará un lunar, sea sobre los labios, sea en la espalda
O dos pequeñas huellas sobre la playa de la memoria
Para que el ángel, volviéndose, también vuelva a sonreír.

La pausa, antes del grito
La mirada, antes del beso
El momento, antes del tiempo
Tu nombre, antes que el mío.

Andrea
06.12.01
00:02


Palabras semifinales

Qué instrucciones de cuántos pasos seguiría
Llenaría una pro forma, fotocopiaría el alma
Aseguraría sus besos contra incendio y muerte
Qué aspectos de tus antecedentes consideraría?

Le refiere algo, en alguna parte de sí mismo
La inquieta luz de cada gota de agua de lluvia
Ya pesa en el mundo los papeles con notas tuyas
Es posible ya llevar la triste estadística de sus hallazgos?

Sólo trozos de cartón que hacen una línea ancha
Suficiente para escribir un nombre, y un apellido
Pero carente de amplitud para abarcar su significado
Porque quien cuestiona, no queda fijo en su símbolo.

Por cortesía, ojalá le seas bastante, lo llenes
Que entre los dos saquen la cuenta de las facturas
Que revisen la clave de algún archivo adquirido
Y que se sientan íntimos leyendo algún poema famoso.

El tiempo aprieta, y entre numeritos parece extenderse
O entre las noticias de catástrofes, guerras y guerrillas
Esas variables que pueden llevar una fecha al pie
Como el día del casamiento, o el de la partida del apóstata.

Creo natural cierta aversión, la imposición de la distancia
No sólo para que los buenos deseos se cumplan
Sino para que los que no lo son también fracasen
Y el público por fin comprenda que los actores están inmóviles.

Por esto, espera descubrirle en la mirada, en los gestos
Alguna fría niebla nocturna que diga:

La hemorragia se presenta cálida e impetuosa
Opaca y con luz se abre paso por el cuerpo
Y brota de mi boca el impúdico torrente grana
Chorreándome el mentón, refrescándome el cuello
Trueque sutil del frío interior por la cálida piel
Las manos del asco, de largos y finos dedos
Peinan con sus uñas mi azabache cabellera
Y yo me entrego sin resignación

Permítele también, como firma, una rosa
Y como post data, una cita de Eliot.

Ignoro lo que dirá el parte médico
Pero sé que alguien siempre queda
Poblado de sobres sin destinatario
De intenciones precisas, inconfesables.

Dile entonces, lo que ya sabían ambos
Que lo lamento mucho por los dos
Que sus hábitos siempre me fueron aburridos
Y que me sobran palabras para agradecerles por todo.

Smarc
13.12.01
23:10


Después

Con los zapatos todavía cubiertos por el fango
Del aquel lejano cementerio donde bajo la lluvia
Fue enterrada la memoria de mis pasiones
Camino tranquilo hacía la noche de la desesperanza.

Sueltos los lazos del sexo y de los afectos
Fugado de toda presión septentrional o meridiana
Me dirijo hacia la roca gris donde haré mi morada
Mi butaca para mirar el ridículo tránsito del tiempo.

Después de ti, precisamente después de ti
Listo para escribir la tristeza púrpura de tu ayer
Cantarle a los cristales estallados de tu dolor
Y lloverle triunfos a tus perrunos ideales.

Después de ustedes, de todos ustedes
Apto para mí mismo, para mirarme lacónico
En el espejo del cielo que no distinguieron
Porque nunca tuvo fecha, ni siquiera un descubridor.

Cautivado de nadie, solitario rey de la espera
Ni orgullo ni vanidad brillan a ningún costado mío
Pues sé que no veré llegar a nadie, veré que viene
Y seré yo quien salga a su encuentro, dejándome hallar.

Andrea
21:32
07.12.01


Dar o prohibir

Prohibir el diálogo, borrarlo por ley
Para no echarlo continuamente a perder
Para poder aprender a vivir sin él
Y que los más aptos los redescubran, lo gocen.

Lo sabemos, es una idea imperfecta – todas la son –
Las intenciones pierden, y también pierden las acciones
Y esto se sabe, lo que falta es asumirlo, aceptarlo
Respirar con la plena conciencia de la imperfección propia, y ajena.

No más paisajes vastos, tanta abundancia de 4 elementos
Todos encerrados, a trabajar con papel y lápiz
Que lo ilimitado surja no por evocación, ni por idealización
Sino como natural consecuencia de comprenderse aprisionado
- aunque no prisionero –

El punto es quién sujetará al sujeto?
Dadles libertad, no habrá de bastarles
Pedirán felicidad, paz, una dirección que seguir
Y fuerzas para hacerlo, y después, volverán a pedir.

Dadles todo cuanto antes, así durarán menos
Y tomad nota de que cuando el dar es un hábito
Sólo la comprensión de que así se adelanta el final
Les retornará en alguna medida esas pequeñeces que dan.

Peras de agua, aguas frutales, humedad femenina
Cruzar la cuarta dimensión con el hastío en los bolsillos
Y volver como una proyección desde donde se ha olvidado
Lanzado por vez número mil hacía un futuro no recordado.

Smarc


La primera escala

Tu vida en silencio, dulzura pegajosa
Llena de pequeños favores, blandos
Como si fuese posible ignorar los colores
La oscuridad o claridad de tus intenciones.

Arrastrando tus caídas, repetidas, recurrentes
Por el temor que anida en tus entrañas
De vivir un par de horas en libertad
O toda una vida sin sospecharle el sentido.

En la penumbra, donde las sombras son pocas
Tus ojos se cierran, habituados a la luz de artificio
Por la cual la visión de un objeto, impide la de otro
Como un corazón que preso por otro, ignora al resto.

Las limitaciones te cierran el paso, te cercan
Y esas aberturas que denominas opciones
No son más que pasillos de lo mismo a lo mismo
La zanja en donde lo factible mira desde abajo a lo posible.

El graznido de un cuervo te habilita a la mañana
Y piensas en el ruiseñor azul que nunca viste
Y en la cálida terraza compartida con otra alma
Pero el desprecio te salva, el rencor vence a la tristeza.

Te juzgas, te defines, sólo para juzgar y definirlo todo
Aunque en realidad todavía había que presentarte
Porque todavía eres tú quien se aferra a una imagen
Porque por no diseñar lo insólito, te conformas con lo exclusivo.

En la amplitud del desierto, donde aguardan los escorpiones
Donde el aire, hecho del aliento de los muertos, pesa
También se fijan atalayas, cada una con su testigo
Cada uno de los cuales escribe para sí su testimonio.

Sabes que es peor, sabes que es más terrible
Porque allí la apuesta es al después
A ese después desprovisto de certezas
A donde todos se dirigen, inevitablemente.

Respira y acepta, no hay culebras bajo tu lecho
Las sierpes adquieren forma de lenguas humanas
Entre las que vives con delicada torpeza
Para no llamar la atención, y aún así estar presente.

Detrás de ti, la escala está detrás de ti.

Andrea
22:52
10.12.01



El fiel

Un corazón triste mira hacia Dios
Dios sonríe, el resto del cuerpo es flagelado
Pero el corazón ha visto su sonrisa, se contagia
Y en silencio, continúa un poco más.

Smarc


Los no civiles

Atravesar la calle de las rosas
El gran río de espinos negros
Con los muñones sangrantes
Y los ojos también rojos, de sed.

Banderas negras sin divisa alguna
Sostenidas en su avance por los puros
Los que llevan en la mirada
El reflejo de haber visto el infinito.

Todo horror y toda impudicia
Sumergidos dentro de sus cuerpos
En sus bloques de carne destinada
Que desatan el pánico y nublan la gloria.

Férrea consecuencia emocional
De cuatro elementos que no bastan
Cuando los dientes han castañeado
En el agusanado paraíso de los falsos.

A su paso lo tan olvidable, lo pasado
El néctar de las listas de supermercados
El orgasmo pútrido de las citas
La victoria de las posesiones más bajas.

Andrea


El liberto

Sobre la olas de la desesperanza
Bañado de angustia y ansiedad
Escapa de nuevo, una y otra vez
En dirección al centro nombrado por Cusa.

Sin emoción posible, serenidad plena
Recorre con los dedos las aristas de su abismo
Aprisionando en cada gesto toda prisa
Deteniendo las certezas, abriendo sospechas.

A sus espaldas, resistentes a la nada que le llueve
Dogos nocturnos y dagas de plata pretenden alcanzarlo
Como si un sentimiento, cualquiera fuere su intensidad
Bastase siquiera para comprender su ausencia brutal.

Más allá de toda promesa de salvación
Con las cien puertas cerradas al cálido regazo
El filo de su sonrisa todavía rasga el éter
Dejando una fugaz estela de vacío sin nombre.

Desde el rincón que sólo los sueños pueden crear
Y con los restos de dogmas destruidos por el tiempo
Susurra vías nuevas a lo antiguo, sin mitos
Con la tarde en el pecho, y el atardecer en el corazón.

Y sigue, con la agitación bajo sus pies
Con la etimología aprendida y olvidada
Con la vida perdida y vuelta a recuperar
Con lo que es, con lo que no se puede tener.

Smarc
17:57
15.12.01


Caminante

Pasan cosas, y pocas se registran
A veces, lo que no ocurre también pasa
Y todo está tan cerca, y uno tan lejano.

No es fácil, es más bien enorme
Y uno así comprende, claramente
Que hay una distancia casi exacta
Entre el paisaje visto, y el recorrido.

En el camino pienso en alguien
Y me sugiero que si ese alguien estuviese
No estaría recorriendo el camino...

Pero no me engaño, asumo los hombros
No me bastaría nadie, en un lugar
No me bastaría andar junto con alguien.

Me basta con ir, ese es mi papel
Me duele, y mucho, y a veces
Solo encuentro alivio y fortaleza
En el temor que sentiré al detenerme
Cuando se descorra la cortina
Y me vea caminando.

Andrea
23:45

Uno más

En la certeza, acaso, no habita en silencio
Una lánguida lástima, un bullicio acallado?
A qué tanto entonces buscar, incluso encontrar
Si después el descanso sólo será reposo?

Ya no hay un Bolívar que espere semanas
Por noticias, que confirmen o no lo ocurrido
El cese de la vida simplemente se transmite
Como algo más, o algo menos, como algo que ocurre.

Así son las certezas, difíciles de aprender
Pero fáciles de olvidar, como el primer beso
No cómo el último, que no se sabe cuando ocurrirá
Porque ni siquiera sabemos cuál será.

El juego del ignorante que aspira a docto
Cae la torre, el alfil y el caballo
Cuando el docto al fin envidia al ignorante
Y adivina que un hombre tiene una mujer.

Cuando una rodilla se rompe, y no un corazón
Se habilita el resto de lo que le queda de vida
A quien transitó de un modo, y que habrá de morir
De otro modo, del lado difícil, del lado que duele
- del lado del cambio –

Y si viene, que lo haga sin intenciones
Y si llega, que siga siendo, que no comience a ser
Que este anciano ya no está para comienzos
Por esperar demasiado el final de lo que no comenzó.

Uno más, dije y me dije, como en la agenda
Mientras los otros pretendían jugar a distancia
Y de nuevo marcaba el peñasco de la ruptura
Aquella indómita y olvidada sed de reconciliación.

Fuera del fuego, donde el hielo envuelve el deseo
Se ubica y yergue la traicionera cúspide de lo posible
Tierra breve de expectativas infinitas, realizables
Donde terminan postrados los que sin vivirlo, anhelan el exceso.

Dentro del fuego está el uno más
A lo que venga, a lo que siga, y al después
De manera que ese tiempo que alguien olvidaría
Se quede, marchito o no, en alguien, lo sepa o no.

Smarc
21:34
16.12.01


En la cocina

Cincuenta años, todos vividos
Dígame usted para cuántos gemidos?
Es para reírse, de pura pena
Sonreír a causa de tan alta tristeza.

Quizá, comadre, amiga nocturna
Caos no se canse nunca de vernos
A nosotros, que lo sospechamos en todos lados
Que le hacemos trampa, que no podemos olvidarlo.

Andrea


La lluvia y el sol

Hoy no llovió, por primera vez en mil años
Vi el sol, del que tanto se había escrito
Y vi la esmeralda del mar, sin mensajes
Hubo calma, y no hubo que adaptarse a nada.

Había flores, y todo parecía y era seguro
La tierra no cedía, las piedras tampoco
Algunas bestias amigas abandonaron de golpe
El estarse agazapado, con esa tensión de la espera.

Percibí más de un guiño, y alguna carcajada
Los más ancianos con las manos en la espalda
Los más jóvenes por fin limpios del barro
Y todo fue como si siempre hubiese sido así.

Creo que todos supimos que no habría de durar
Por eso, mientras duró, nadie se quejó del final
Sin impaciencia, y sin pesadumbre posible
Cada cual hizo suyo el momento que había sido previsto.

Sin embargo, no estuviste, no habías llegado aún
Quizá por ello yo no pude sonreír por mí
Reí con ellos, por ese contagio de la alegría
Y me callé mi pena, como quien oculta el cuarto clavo.

Cuando llegues, o cuando vuelvas – no lo sé –
Y comience también a gustarte nuestro silente modo
Y me hables del sol de tus días pasados, de tu tierra
Podré saber entonces imaginar tus recuerdos.

Mientras juegue con la hoguera que cierre nuestra trinidad
Con mis ojos podré decirte que alguna vez vi el sol
Y quizá mi torpe evocación amalgamada a tu pasado
Nos funda un poco en algo nuevo que sea nuestro.

No estoy seguro, de nuevo llueve para seguir lloviendo
Aquí sabemos lo posible, creo que sabes lo que implica
Cuando ocurre el futuro simplemente lo vivimos
Porque sabemos que ignoramos quien vendrá de lejos.

De todos modos, tuve mi día de sol
Mi playa sin reclamos y sin misiones
Y fui compañía pero no fui acompañante
Me hiciste falta, me hiciste carencia, me hiciste espera.

Complemento, compañía y compañera mía
Me traerás el sol una mañana?

Smarc
17.12.01
23:03


Mensaje

Fueron unas estructuras negras
Proyectaban una sombra blanca
Estaban, pero no terminaban
Y eran capaces de destruir los ojos.

Hoy queda tan sólo su evocación
En la mente de quien lo transmitirá
A quien de nuevo tome la posta
Y así crea que la idea es perdurable.

Otro canto, por supuesto, invisible
Que le exija a su propia existencia
La cuota de misterio y certeza
Capaz de sostenerlo y enterrarlo

De llevarlo a todos lados sin compañía
definirlo por carecer de complemento
hacerlo único por la inexistencia de su par
y hacerlo descansar bajo las cejas de alguien.

Es una sola de las maneras del diálogo
Con su modo de ser golpe de agua
De arrimarse a su propio modo a la roca
Para mojarle la espalda y alejarse, de nuevo.

Debajo de las cosas habitan los punzones
Haciendo de aquellas el suelo que asumimos
La fracasada carretera de todos los días
Por la que arrastramos nuestras ilusiones vanas.

Por esto, también, el diálogo se vuelve canto
Porque a veces, sólo a veces, también es único
A su modo, con su principio y su final
Diferente a quienes lo crean, aún siendo de ellos.

Algún día, cuando sean también un hoy
Serán evocados por símbolos estructurales
Y después, también perderán su significado
Y se cumplirá el rito del buscador y su hallazgo.

La calle vacía, en medio de casas ya no habitadas
Será el puente que un hombre o una mujer cruzará
Mientras va recogiendo las esencias olvidadas
Y así comprenda, que le es posible comprender.

Andrea
18:06
16.12.01


Incontagiable

Incontagiable, apoyado en el muro
Miro tu danza de cintura embravecida
Adivinándole el recorrido a una gota de sudor
Que entre oscuridad y calor brilla para mí.

Cambian las luces, se van, vuelven
Hasta que la secuencia es captada
Y entonces quedan fijas, si no ellas mismas
Sí su recorrido, si no en el espacio, sí en mi mente.

Mi copa me protege de toda ansiedad ajena
De los sonrientes cuerpos que se ofrecen
De toda esta cortina de alegría sincera
Que oculta la tristeza de ignorar el exceso.

La sed invade, por instantes los detiene
Piden, se les da, pagan, y siguen
Y en el centro que está en todas partes
La breve cárcel de tu alma sosteniendo mi mirada.

Mi cuerpo pide, mi respiración me delata
Con suavidad me impido el movimiento
Recuerdo los otros tantos después de la noche
Y no presiento, siento la desolación del error.

Quiero caer, arrojarme de boca a lo humano
Y tomar lo que mi naturaleza cree querer
Pero nadie sobrevive a la exposición de mi deseo
Mi fuerza es violencia para quien no juega con los astros.

Serías tú quien que por no contenerme caerías
De destino, pasarías a ser estación, otra vez
Esto es lo que pienso, y lo que me dejo creer
Mientras vuelve a mí la idea de la lluvia de afuera

Dos asaltos al buscador, su memoria y su imaginación
El alguien que se antepone al todos para cambiarlos
Que me cambie la dirección sin modificar nada
Que se acerque, bajo la rutina de las luces, sonriendo.

Ven y dime, entre un pestañeo y una mirada hacia atrás
Que puede que también yo sea sólo una estación más,
Que a mis espaldas sólo hay un muro en el que nadie llora,
Y que ciertos momentos le burlan a la sordidez de la eternidad.

Confíame en secreto que las tumbas, mañana serán olvidadas
Y que mañana no estarás, porque siempre estás de paso
Que por eso danzas, que por eso tu cuerpo acribilla la razón
Y que hoy eres tú quien cede, quien se perdona mi desesperación.

Smarc
13:15
22.12.01

La flecha

Ataca en orden, cuando puede, cuando cree poder
No crea sus oportunidades de golpear y entrar
Todo consiste en aguardar el momento preciso
El instante en el que el más fuerte cede a la presión.

Después es devorar las vísceras del cadáver
Con las manos y la boca guiadas por la gula
Y brindar antes de beber la sangre del que fue
Un punto en el que convergieron espacio y tiempo.

Técnica y método, el equilibrio del saber
El brazo unido al cuerpo, pero diferenciado
La mano que conduce a destino la espada
El cuerpo que esquiva el avance de la cimitarra.

La dirección del movimiento, su sentido, captarlo
Ir más allá de los contrarios, caer en venas y arterias
Asumir el fin para acceder a la finalidad
Y entonces, por vez primera, tomar posiciones.

Te hablo a ti, que todavía eres posibilidad
Para que en tu juventud, quizá no erudita
No halles excusas para intentar lo más lejano
Atribuyéndole a lo que ignoras la fuerza del límite.

La vejez siempre queda demasiado cerca
Tuya es la opción de actuar mientras puedas
Tú decides si al final te conviertes en camino olvidado
O en la amplia carretera por la que más de uno transitará.

Rodeado de qué? Rodeado de instrumentos
De obstáculos, y de herramientas
A tu alrededor no hay nada más que eso
Vencerás, usarás, o serás objeto de utilización?

Fíjate en el vacío, olvida las formas
La hoja de papel inmaculada frente a ti
El marco que no contiene ningún cuadro
El pedestal que carece aún de escultura.

¿Qué harías al respecto?
Hagas, o no hagas nada, siempre serás único
No hay dos significados para un mismo símbolo
Recuerda Argos, mil ojos, dos mil, un millón
La flecha de mil partes, lanzada, lanzar, lanzarse.

Andrea
22:32
17.12.01
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