Dualidad 101 217
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Silvio M. Rodríguez C.
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MensajeTema: 2    2                              EmptySáb Mar 24, 2012 10:14 am

El favor

Cuida las formas, son graves ciertas cosas
Podrías perder la paz, incluso lo que llaman tu vida
Denota en lo que digo el extravío, ningún final
El término es poco frente a la continuidad.

Todo es raro y difícil, como lo es lo que es sencillo
Reglas claras que seguir enfrentadas con la mediocridad
De la emoción de rebeldía que por no vivirla de frente
Cuando fue el tiempo, hoy te divierte sin que lo sepas.

Comprende, tus juegos son otros, los conozco
Nadie gana en ellos, nadie sabe hacerlo, ni lo sabrá
Porque en el premio no hay avance, ni retroceso
Sólo agua estancada, ni siquiera viento, ni siquiera polvo.

Lo siento, ni siquiera valoras la claridad, al menos respeta
Otros aprenden ya el cariño cuando tú no lo sientes por ti
No lo entenderías, no comprenderías, no sabrías
No crees que sería mejor que mantengas tu ausencia?

La derrota posible, la de los otros juegos, está en las calles
En las habitaciones de hoteles de todo precio
En los trenes, en los botes, en los carteros viudos
En los que pudieron sentir el extremo y variar el rumbo a tiempo.

Tu religión no alcanza, en realidad no rebozas, repites
Míralo bien, aunque alguien te admira, no querrá ser como tú
La cuerda que no hace llagas no es cuerda tensa
Y sin tensión cómo sería posible la risa de los hombres?

No hay segundas intenciones, la intención es una
Y uno se ajusta o no se ajusta, se hace o no instrumento
Diferenciando entre la disposición y la exposición y ofrecimiento
Y así se vela, en espera cuando listo, en marcha cuando no.

Desconozco la certeza final de lo que dejo que escuches
Pero no por ello alcance a sentir la bofetada de la duda
Ni errar ni mantenerse firme establecerán el único
El plural pudo haber estado en este principio que no nos une.

Debieras tener más sexo, suscribirte a revistas
Escribir la historia que ya todos escribimos
Jugarte a una apuesta en donde no se diga tu nombre
O pegarte un tiro a mitad de la siesta, y tantas cosas más...

O bien, tratar por una vez de lograr la sinceridad
Y entonces aprender a callar con tu ser reconociéndose.

Andrea
21:32
12.02.02

Brasil 1240

Solo esperaba el colectivo, no como quien espera su vida
Sino como quien espera algo que transportará su vida
Una vida que siendo suya, no la conoce aún
Y él es ella, y ella es él, y son dos, en calles diferentes.

Las calles, hoy día, son ríos, es sabido, y siempre son los mismos
La gente no es la misma, aunque siempre sea él o ella buscándose
De algún modo no es la misma historia, ni los mismos personajes
Y aunque nada cambia, todo siempre es diferente, porque puede serlo.

Quien podrá entonces reprocharme algún gesto
Quién acusará a quien sonríe con las manos en el bolsillo mientras camina
Y porqué habría de sentirse el temor por reflejos a uno u otro lado
Y a quién preocuparía el destino de las almas que sí lo son?

Que no termine, que suene otra vez, que se oiga el rugido
Ya habrá un después en el que se derrame la calma
El abrazo sereno, la mano que todavía sabe entibiar otra
El encuentro a deshoras, en el momento que adquiera su tiempo.

Siempre es blanda la almohada de quien intenta algo más.

Smarc
21:52
12.02.02

Conciente

Uno mismo es el daño, sin excusas
Uno es el que a sí entonces se ofende
Y busca el objeto del reclamo
Y ofendiendo no puede perdonar.

Hasta que conoce el mar
La soledad de la ermita
El viaje del día hasta la noche
El intento del mercurio en el atanor.

La sangre vertida de los inocentes
En un momento de la tarde que parte
Y el polvo preciso de los culpables
Que a la memoria le sugiere compasión.

Y el lecho del matrimonio
En el que falta el otro
Como faltó también a la cena
Porque su cuerpo ya no está entre nosotros.

Y uno se aferra, y no quiere hacerlo
Y uno desea no desear
Y las palabras, las no dichas
Como pájaros sobre el tendido eléctrico
Se posan sobre los hombros, escrutando.

Entonces

El rubicón y el jordán
La cicuta y la cruz
Los siete peldaños y los siete sellos
Aquel que da y el otro aquel que quita.

Por cada olvido una esperanza
La paciencia de los flamencos
La hiriente risa de las hienas
Y el águila y el león que cruzan la mirada.

Viene el frío, muchos llamarán a la puerta
Que estuvo abierta por mucho tiempo
Un tiempo, que aún asintiendo la sentencia de Eliot
Se verá a sí mismo, rodeado de gente, de súplicas
Que le mancharán la ropa con el reproche de eternidades.

Uno mismo es el daño, sin excusas
Decía el loco, meciéndose sobre sí mismo
Les daba lástima verlo así, les comprimía
Pero el loco sonreía, consciente de su siembra.

Andrea
19:31
13.02.02

Mujer

Aquella que envejece con ternura para entregar
No es cierto que lo ha venido haciendo siempre?
Y las agrias palabras, junto con los gestos brutos
De la otra, no llegarán a la amargura, más temprano?

El espacio que nos separa, que condiciona lo que somos
Sin desprecio, a pesar de la costumbre de las acciones
Que tanto impulsa al movimiento, a los actos
Porque todavía sigue siendo nuevo lo descubierto.

Cuando el filo no corta, ni el golpe es ya sentido
Ambas manos se unen en reposo sin tensión
Los párpados se cierran, se aquieta el aliento
Sin murallas ni coraza, la calma se avecina.

Un dolor, sospechado, llega en el mismo instante
Y algo muy pequeño va absorbiendo algo muy grande
Y lo que duele no es el desprendimiento, sino la comprensión
La hoguera que parece se apagará, que se visualiza apagada
Que no es la hoguera.

El propio modo, la propia innovación, la novedad primitiva, personal
Mirando sin escuchar los gritos que alaban o blasfeman, describiéndose
El silencio vivido entre una nota y otra sin matemáticas
La postura que se encuentra a sí misma, la expresión de la disposición.

A pesar de las costras en los pies, de las arrugas en el rostro
Todavía es posible la sensibilidad, pero de otros sentidos
Y hasta lo que no es tocado es percibido, y sentido
El pañuelo blanco que se agita en la orilla la tarde de un verano.

Extensión del propio ser en el curso de la mortalidad humana
Este momento, que surge de una raíz que también fue semilla
Con lo que fue necesario, con lo que hubo que dejar de lado
Durante miles de años, para el encuentro, para el hallazgo.

La lucha de Jacob, su promesa luego cumplida
Las sandalias del Nazareno, el torrente y las redes
Los hombros de Offerus la noche en el río a solas con el Niño
El ruido de las cadenas que se agitan, el cuerpo rendido.

La mujer que es manantial, del cual ella misma emergerá

Smarc
14.02.02
20:00

El aprendiz

No son ángeles, son humanos, personas
Y caen fuera de sí mismas sin haberse conocido
Deambulando con angustia y ansiedad
Buscando una metáfora de la cual asirse con confianza.

No existe la salida, no hay solución de pastillas
Solo el respirar, aunque pesado, mantiene el ritmo
Lo demás es esfuerzo, una y otra vez
Y comenzar de nuevo más allá de toda meta.

Como el lector que al fin comprende lo que está haciendo
O como el atleta que va sintiendo la realidad de su cuerpo
Así también el alma se hace difícil a sí misma de una vez
Y entonces se vela, y velando uno puede descubrirse.

Cuando se renuncia a los padres sólo se adquiere incertidumbre
Y si ni el orgullo ni la vanidad hacen mella en la decisión pura
No hay más que fortaleza bruta, y el atisbo de una posibilidad
Ya que todo es incierto, y que hasta la muerte pudiera ser un engaño.

La mente por la mente, abandonada a sí misma, a su suerte generada
A conciencia de que pudiera ser que jamás nadie siquiera lo perciba
Pero aún así, porque es preciso saber contra lo que habrá de lucharse
Y hasta para esa sola primera visión habrá que estar entrenados.

Sin el viento, es el recipiente el que contiene al agua
Es lo fijo, y no lo duro, lo que determina la sentencia de lo blando
Una mirada o un par de columnas, una disciplina feroz, de selva
Y todavía la falta de aliento, el cansancio, y solo nubes negras como techo.

Y es sencillo, dicen, pero lo que dicen no son más que dichos
Es cruel, es sufriente y doloroso, y es la pena y es la lástima
Y no es entonces cuando se descubre que se ha estado acompañado
Sino que en verdad se siente la terrible inocencia de la soledad.

El solitario que luego de tanta guerra hace la paz consigo mismo
Y encuentra, que después de tanto tiempo sin necesitar de nadie
Hay alguien que lo necesita, que lo llama, que lo cita, que se expone
Sólo para enseñarle, nuevamente, que ha perdido contacto con todos.

Y es sólo una prueba más, de nuevo con lo desconocido
Pero distinto, porque al menos ahora existe un manto cálido
Que le viene del frío que ha pasado buscando su propio nombre
De las tardes en las que sin poder vengarse ni siquiera expresó el reclamo.

Crecidas las alas, será el viento quien las pruebe.

Andrea
19:27
15.02.02

También esto

Por la leyenda...

A donde van los mendigos cuando llueve
Para guardar lo que queda de ellos,
Allí dejó su corazón para que se pudra
Y siguió en la lluvia completamente roto

Con los gritos que no pudo dar, mudo
La mirada extraviada y la vista fija
Sin tropezar con nada ni con nadie
Siendo él el tropiezo, la grieta, el abismo.

Aterrado, testifica las ceremonias
Y luego vaga por eternos pasillos
Rozando con los dedos algunas cerraduras
Riendo o llorando cuando ve a un niño rojo.

Yo vi que tantos tanto trataron de curarlo
Lo vieron también las estrellas más lejanas
Lo supieron el fondo del mar y la falda de la montaña
Pero fue inútil, nadie buscó su corazón.

* * *

En la humedad que trepa, en la marea que se va
En el escapulario de virgen que quedó viuda
En la rabia de los perros que morirán sin dueño
En la mentira del que ofrece lo que no puede alcanzar.

El último cajón del escritorio del que fue de viaje
El sueño inquieto de un chita que ha dormido con hambre
El nutriente saludo del rocío a la gramilla
El cosquilleo en el vientre de un volcán.

* * *

También él pasará, cuando me encuentre
También seremos uno, y no seremos nada
Y si yo encuentro su corazón, y si lo sano, y se lo devuelvo
Él lo entregará, estoy seguro, pero ya no lo perderá.

Y después me quedaré un instante más
Como siempre, un siempre diminuto
Conmigo mismo a cuestas
Lleno del dolor que me toca ver y vivir
Capaz de pedir, pero resuelto a no hacerlo.

Porque como el padre le dijera al hijo
“también esto pasará”

Smarc
20:03
15.02.02

Grave y no serio

Presa del dolor, lo quería compartir
Si otro sufría, le daba alivio
Y si a veces lograba alegrarse
Fingía que no, pues hasta esto le dolía.

El tiempo para los incurables
El médico doblado sobre sus libros
El guardián de la gran puerta
Y el peso de la compañera extraviada.

Privado del tacto, que más que explorar
Es también confesar con sencillez
Me queda el olvido, al menos su intento
Y diez mil preguntas entre las cejas.

Continuar es el modo de poder volver
Mientras la tibia espuma de la tristeza
Corona suplicante el desesperado lago rojo
Que carente de constancia, luce en persistencia.

No hay refugio, no hay sosiego, la luz no se escapa
Todo al alcance, la tentación y la asunción
La lógica y la dependencia, la despedida y el despedazamiento
El gancho de hierro que sale disparado buscando un cuello.

La percepción del mundo a través de la calle
La imagen de una falda y una cintura breve
Y los limosneros de todas las esquinas del mundo
La penosa y pura coincidencia con el punto de inflexión.

Lo inmediato te persigue, la premura te somete
Y lo que crees mar no es más que un arroyo olvidado
Lleno ahora de la angustia que en él has derramado
De tanto buscar una cuerda que siempre estuvo en tu pecho.

Al menos nadie puede ya esconderse, aunque sí posponer
Y así ninguna aventura puede volver a ser ciega
Y las historias de agua, que son las que siguen
Buscarán cada una el recipiente que las contenga.

Son los vivos los que van luchando contra los muertos.

Andrea
12:40
16.02.02

Pr hi d a

Comprendió que moriría, supo cuándo sería
Y porque era imposible, decidió intentar escapar
Su inteligencia le mostró que nada se adelanta
Y así, al poder manejar el tiempo, abrió la primera puerta.

Se abrió el magnifico laberinto lleno de luz
La tensión se duplicó, las visiones se multiplicaron
Físicamente al límite por no encontrar ya ninguno
Y demonio lloroso, de gas, acompañándolo por instantes.

La mariposa huía de la llama, sabiendo la dirección
Dependía de sus fuerzas, y también de las otras
El arte de esquivar las existentes obsesiones ajenas
La pesadilla real de comprender la dirección exacta.

Le ofrecieron varios pactos, ni siquiera escuchó alguno
Pasillos y más pasillos amurallados de historias frías
Con el suelo ardiente y vacío transparentando la nada
Una nada que reflejaba un todo en un ancla en su cintura.

No caía, porque no ascendía, y de a poco intentaba no estar
Pero apenas se diluía aceleradamente, volvía a constituirse
Y el paisaje de todas las cosas que no están en su sitio
Con la premura impidiéndole la atención hacia las claves conocidas.

La salvación podría ser débil, la duda le martillaba furiosa las rodillas
Y más que aferrarse, fingía hacerlo, actuaba para sí, único espectador
Desaparecido el convencimiento, la lástima lo envolvía, sin darle batalla
Intentó el juego, herido por su antigua sabiduría truncada en su principio.

Empezaron los temblores, sobre los muros los títeres bailoteaban
Horribles risas le seguían arañándole la piel de la espalda
Ni aceptación, ni negación, el impulso que ve su fundamento
La continuidad de una decisión que sabe es una oportunidad sola.

Como se esperaba, como cualquiera lo esperaba, le vino el aturdimiento
Siguió, arrastrándose, impidiéndole el paso a una sonrisa letal
Que siendo pura luchaba entre sus labios, como una serpiente
Que deseando darse muerte batalla en su mente para encontrar su cuello.

Y entonces llega, como muchos menos ni siquiera lo sospecharían
Quiebra el espejo de plata erguido de la derecha
Derrama el vino del jarro de barro de la izquierda
Y cree, y por creer, ahora lo sabe, lo logra, y eso es todo.

Ahora descansa.

Smarc
17.02.02
18:38

Que se ofrece

La piel blanca y la braga negra
El objeto y el sujeto del deseo
El centro de la oración emocional
Recuerdos del pánico, de la brecha del escape.

La moda pasa, pero el infierno no
Pasajeros del mundo físico
Proletarios espirituales
Un santo patrono para los mediocres .

La disciplina corporal cuya medalla es el orgasmo
El sincero intento que cubre la piel de un escritor
Cada esfuerzo interrumpido por la carencia de nobleza
Estas cosas grabadas en las paredes de un extraño corazón.

Así la noche se vuelve tarde, una tarde fugitiva, robada
En la cual en silencio, los amantes se encuentran a solas
Olvidando la mortal esfera de plata ensangrentada
Adelante ya del alimento que envenena y antecede la destrucción.

Grita la tierra entera por todos los animales que la habitan
Ruge su sol encolerizado al fin por el pliego de ofensas
Y el universo entero parece adquirir una dolorosa atención
El telón que imperceptiblemente amenaza con abrirse...

Pero queda ahí, por fortuna, todavía queda ahí
Todo habrá de limitarse y aquietarse por cansancio
La desesperación es necesaria para comprenderla
Pero sus gestos nunca fueron ni serán útiles por sí mismos.

“A los niños y a los ignorantes”, pero no a todos ellos, ahora está escrito
Mi voz de resentido, por hacer hasta del camino más definido
Una encrucijada a cada paso, exigiéndole pureza a cada pie
Calzado o descalzo, sacerdote alcoholizado por el ritual.

El apóstata que nunca más habrá de celebrar la muerte
El taoísta que aprende a sonreír a pesar del crimen que conoce
Las cruces de Craso en la memoria del neófito
La historia de Clodia en los labios que besarán a quien la ignora.

El tiempo que una vida se demora en hacer su biografía
Acompañada de tan pocas cenas compartidas con justeza
Que lo breve se hace daga en la garganta del que manda ejércitos
Que lo más extenso se convierte en prisionero de una sola palabra...

El agua que se ofrece al amante.

Andrea
19:20
17.02.02

Siente

Porque alguien te mira, por eso
El primer poder que puedes conocer
Que adivinaste cuando quisiste tenerlo
Que utilizaste tarde cuando quisiste retenerlo.

A nadie le importa que me esté volviendo loco
Nadie entiende el esfuerzo que hago para no enfermar
Y sólo porque ni a mi me importa sigo sin ser víctima
Y me convierto en mi héroe, y mi culto es no mirarme.

Dos mil años flotando en una perfección entendida
Para captar sin querer hacerlo la falla en la estructura
La pequeña hendidura en la razón más alta de Kant
Callarla y buscar y encontrar el sentido al error, al posible error.

No importa el error, si no importa el acertar
Y si acertar es tan importante, debe estar errado
Y si hay error en mi mano cuando busca y encuentra tu cintura
Hasta el libro que contiene mi alegría está errado y arrepentido.

Por una cuota de tranquilidad mientras se busca la paz
Se levantan muros y se construyen corazas de lejanas aleaciones
El corazón se hace grieta, y la grieta se vuelve cueva
La cueva ermita, y en la ermita un altar, y en el altar una espera.

No doy más.

Cada sonido busca su propia música para estar acompañado
Cada mañana nublada recuerda al sol que la cortejó
Y el hilo dental que será de acero inoxidable
Para que cada suicida tenga al alcance de la mano su solución instantánea.

Festival de tentaciones, roca que se hace líquido
La primera escuadra inventada y utilizada
La sonrisa de Pitágoras frente a su triangulo
La primera clase de matemáticas sin haber conocido el amor.

La ropa y la máscara, sinónimos actuales que no ocultan
Ni al hecho ni a la posibilidad del hecho,
El presente que no indica el futuro, ciencia de la ilógica
La manera de surfear sobre la desesperación que no se hace suspiro.

Penélope espera, sin saber, espera
Y otro Ulises, sabiéndolo, no retorna
La fuerza que da un objeto único
Y la fuerza del que no posee ninguna certeza.

El valor del que guarda la imagen de la luna en su corazón
El precio que en silencio paga la mujer por no ser suficiente
Y una meta más lejana aún que murmura el nombre de su atleta
El llanto contenido en los ojos de los que sin decirlo apostaron
A que habrá de llegar, a que habrá de cumplirse, a que habrá de ser.

Siento.

Smarc
19:53
17.02.02

Duro pasar

Un castigo gratuito, una consecuencia sin causa
Compuertas abiertas a un dolor absurdo
Sin exageraciones ni reducciones imposibles
La realidad simple, rota en pedazos de tiempo.

Los olvidados planos de una construcción oculta
No alcanzan para unir las piezas del puzzle
Falta el constructor, el que una lo disperso
Aquel que reconoce lo diferente de lo igual, y le da su lugar.

Una imagen y un cuerpo que sobra lastimando
La historia de los que se siente están demás
La sensación de tampoco encajar, ni de poder hacerlo
Porque para hacerlo hay que rearmarlo todo desde el principio.

Alguien creyó el olvido de lo que deseó, pero
Por acciones nuevas no se borran las anteriores
El encierro es el que libera y pone a prueba el metal
Y aunque sea por la multitud, no es en ella ni con ella.

Volar, como el humo
Deslizarse por la ventana
Sin dejar notas
Sin dejar siquiera el cuerpo.

Después de la vida entre llaveros
El análisis de la sangre
El jarro de agua para el obrero
La estúpida dicha de los que venden cosas.

Una ciudad entera pudiera morir de tristeza
El navegante podría maldecir a todos los mares
Alguien sería capaz de sembrar una semilla envenenada
Y a una mañana no le costaría nada durar semanas.

Cada cuerda de guitarra que se rompe
Todo lo que ha sido y deja de ser lo que es
Y se vuelve inútil para la finalidad que le dio existencia
Cada ejemplo de cada ley con escritura de letras sordas e invisibles.

Sorpresiva victoria de lo unilateral
Por cansancio se accede, y por cansancio se pierde
Tu imagen se cansará de ti, tú del esfuerzo que pones en ella
Y después, la primera bienvenida, tocar hoy lo que habrá de quedar.

La noche en la que la última vela del monasterio será apagada
El momento, independiente de las luces, en donde ya nada será necesario
Recuerdo e imaginación, la teoría de una ausencia presentida
Casi el miedo por todo lo que se es capaz de atravesar.

Quién salvará a quien de sus lunes y sus domingos?
La maestra de escuela, el sacerdote más anciano?
El álbum familiar cubierto de polvo, recorrido por una araña?
La vida cuesta arriba, con la prohibición de lamentarse.

Andrea
20:24
18.02.02

Sabías

Suave la alegría, memoria del caribe
De un hotel barato en Florencia
Ese riesgo de todo abandono silencioso
La habilidad con la que se enfrenta a lo rojo.

Precisa es la confusión con que llama el placer
Lo oscuro tiene acceso a ciertas teclas, sabe hacerlas vibrar
El disfraz está siempre en la solidez de un concepto
La simple inteligencia siempre es capaz de hallar una justificación,
A todo.

La noche de carnaval, en las veredas del puerto
La viga que señala la soga
El precipicio de más de una emoción al límite
La opción, lo grave del libre albedrío, tan hablado.

Ojalá pudiera verte
Sin ropajes ni amenazas
La figura que es símbolo y significado
La coincidencia entre realidad y aventura.

De todos modos, la profundidad del corazón es su razón
La mente debe poder admitir tan simplemente la orilla
Casi nadie va siendo tan fuerte como pudiera
Decae el plazo, y el sufrimiento ajeno parece gritar más fuerte que el propio.

Sobrevivir por decisión, o sin querer hacerlo, por descuido
Y ese instante en el que occidente le descubrió el pecho al sol
La audacia del ignorante, la imaginación del sabio
Todo reducido a un silencio que no pudo asesinar al anhelo de compañía.

Queda la risa, la más peligrosa, la que sostiene al que comienza a entender
Brutalidad del salto por el cual cierta lastimosa estupidez deja de heder
La lástima lucha entonces contra la más racional de las actitudes
Porque lo que está perdido, perdido está, haciendo fuerza contra los que buscan.

Y si las perlas a arrojar, fueran los minutos de lo que queda de vida?
Sospecha de que el último de ellos pudiera ser suficiente para arrepentirse
Porqué entonces no la reserva, antes que el arrojo, si el último es el que cuenta
Ya que los últimos serán los primeros, ya que un final no es el final?

Los dátiles bajo la sombra de las palmeras
El ruido de un motor entre los camellos nerviosos
El vacío que silencia el reclamo de un luto por abarcarlo
El sudor de la duda en la tarde extrema de las sensaciones.

Al menos sabías lejanamente a lo que te expondrías
Y como lo sabías, sólo te queda aceptarlo, ve, sube a tu cruz
No hay apuro, ni hay demora, las cosas se cumplen
Y recuerda, nunca aquí sabrás el número de los que aguardan.

Smarc
18.02.02
21:03

Precio

La escala llena de cadáveres descuartizados
Y sólo tú podrás expresar lo que sientes
La habitación todavía vacía de todo mueble
Y sólo tú encontrarás la hora exacta de tu tiempo.

La variante estará en que no existirá variedad
Al final todo será lo mismo, a menos que el final sea cambiado
Pero claro, quién podría hacerlo, siendo lo que es
Quizá ese mismo, el que se encuentra a sí mismo.

Volver a la calle, antigua tentación
El grito melódico del que está encerrado
Que en soledad se escucha, y que empuja
Al espacio en donde todos aceptan no comprender.

El tácito acuerdo de no cuestionar mucho
La práctica de intentar esconder lo que se refleja
La risa fácil, el comentario sin intención
La vida misma ajena que parece bullir alrededor
Y que habrá de durar tanto como lo imponga su fuerza.

Si lo que ves te basta, nada más habrás de ver
Y si te bastase, porqué seguirías escudriñando señales?
Aliviana la carga, nada será tan serio como temes
Recuerda que ya antes estuvieron en lo mismo, dura poco.

Puede que el Amor haya inventado el precio.

El que juega con fuego
El que juega con espadas
El que juega con libros
El juego mismo que se juega.

En una hoja un día, víctima de la humedad
El tronco del espinillo graba los sonidos del presente
El viento hará de púa, la ciencia habrá de notarlo
La explicación que le arregla la noche al que comienza.

La llave del sentido, indecisa y esquiva
Que habilita tan sólo al inicio, invitando
Sonriendo siempre ante lo que vendrá
Que no es poco y no es todo, que es el inicio, no el principio.

Y la mano que sabe un cuello la busca
Y el suspiro antes de la almohada
Las cosas que se ven con los ojos cerrados
Y todo aquello que se hace con el corazón abierto.

Andrea
21:27
18.02.02

Sencillez

Como el niño que por primera vez asiste a una danza
Y al tiempo, como el atleta que gana su segunda medalla
Sorpresa y duda, lo posible era realizable
Y quizá no sea justo, y “no hay justo uno solo”.

Smarc
21:33
18.02.02

Duele más

Pareciera, en la tormenta
Que algo habría que cambiar
Que el sentido está errado
Que no basta la buena voluntad.

Pero si crecer duele
Ampliarse duele más
Porque aunque siendo natural
Va más allá de la naturaleza primera.

Aprendiz del sacrificio, resiste
Sólo es oleaje, una desesperación simple
La falta de aire, de aliento, de claridad
La miel que comienza a atraer moscas.

Aprecia el tangible dolor de las espaldas
Descubre en la piel la distancia con la metáfora
Empieza ya a sentir la literalidad de ciertas escrituras
Es exactamente la edad que debes tener, no lo olvides.

Ni la profundidad de un corazón, ni su capacidad de tensión
La mañana lluviosa con el cuerpo que pesa el doble
El breve festival de una miseria personal, a los ojos
De seis mil millones de almas todavía insertas en un cuerpo.

Un gesto, los brazos abiertos, o el puño que espera
O ninguna postura, ni para la entrega ni para la orden
Un compás más de espera, recordando el valor de la resistencia
Cuando la lucha es alta y es continua, y siempre hay paga tras la batalla.

El cariño, amiga mía, construido con esfuerzo
Sin regalos, sin obsequios gratuitos
El reflejo que estaba en la ventana, y que se fuga
Y hay que salir a buscarlo, darle caza, porque es parte de tu vida
Que ha huido.

El tiempo que fue, en el que al tiempo se fue adivinando el que vendría
Que asoma y presiona, latiendo algo que parece exigencia
Y la necesaria posibilidad de la música que lo posterga
Para definir la dimensión más precisa de una pretensión.

Es simple, como cualquier fidelidad
Se trata de convergencia y aceptación
Seguir el sentido descubierto, coincida o no con la corriente
Esté lo que esté al lado, y aunque lo único que acompañe sea la propia fuerza.

Así se forja la posibilidad de poder acertar.
La certeza vendrá después
Si persistes.

Andrea
19.02.02
18:47

La sala

Sentados detrás de sus escritorios
Sentados en los bancos de los templos católicos
Sentados en los colectivos y en los aviones
Sentados, todos, en la sala de espera...

Andrea
19:05
19.02.02

Peligrosidad

Por entre los árboles busca el alivio
Del hermano que fue ternura
Y que ahora habla con otros entes
Si permitir ya dejarse ver entre los demás.

Y entre los libros, entre papeles en blanco
En alguna fila para pagar alguna cosa
En cualquier lugar siempre alguien busca
Lo sepa o no, y sepa hacerlo o no.

Las armas que la belleza a sí misma se obsequia
Y que va eligiendo a quien entregárselas
Como la mujer bella que sobresale de entre las demás
Y de pronto mira entre los pretendientes y elige a uno
Para entregársele, al menos en parte.

Un temor, que a veces es escudo
Vaga por la noche entre las calles
Buscando alguna ventana abierta
Una luz encendida, un espíritu flaco.

Suma el vértigo fuera del bosque
El enemigo se hace lejanía
Nunca de frente, siempre por asalto
Y la ponzoña siempre lista para el descuidado.

También son así las curvas en geometría.

La cena servida, y la lluvia afuera
Y en lugar de comida hay un cuerpo vivo
Frente a otro que lo mira sin comprender
Todas las noches, a la misma hora.

Los directores de la música más antigua
Aquellos que hacían vibrar sólo música
Señalando uno y otro sentido,
Marcando así la montaña del olvido, para no olvidarla.

Enfermo, sin afeitar, atado a una camilla, febril
Pero ya en la morgue, sin absolutamente nadie
El cruel atisbo a la posibilidad del abandono
El roce brutal con las ciertas consecuencias del error.

Habrá culebras bajo tu cama? Bajo el piso?
Cuántos metros bajo tierra para que sea cierto?
Y enfrente queda todo lo que sabes y lo todo que ignoras
Con tu cuerpo y mente en medio, con la capacidad de decidir.

Smarc
19:35
19.02.02


Despacio

Ya cuando la cesión se daba por contada
El par de velas en lo alto de la oscura torre
Le hacen memoria, barro conocido
Aunque manchado, sonríe, sabe el agua.

El cuerpo temblando desnudo en el frío del hielo alto
El cuerpo cubierto de sudor bajo el oro de la coraza
Serenidad y pasión del que porta el efod
Y fuera del templo, las manos que tejieron la vestidura.

Sueña ya con el carro de fuego
Lo murmura antes de rendirse al breve sueño
Pero mañana será empujar uno de madera
Con la dicha de lo que ignora, y la tranquilidad de lo que sabe.

Camino a la virtud, como una piel por afeites diarios
Las pesas que fijan la medida de las mercaderías
Y aquellas que logran la tensión de los músculos
Y las otras, las que expanden el capacidad del continente.

El trabajo, la primea penitencia, lo que mueve el fuelle
Que habrá de encender la llama con la que se escrutará la gruta
El principio de los fuertes, donde ya no se considera al débil
Donde también cada cual, deberá probar ser capaz de ofrecer reposo.

No es con palabras que se quema la grasa en el altar
Pero es con ellas como se accede al rito, y al llamado
Y también la caricia, aunque exista tanta distancia
Del que quiere a quien quiere, porque el lamento, si no inocente
Suele ser sincero.

Quién será sostenido si se niega a serlo?
Y si lo logra, qué marcas dejará en su rostro y en su alma?
Y si luego de construirlo, también consigue cruzar el puente,
Y a pesar de todo es capaz de sonreír y hacerle un guiño al pasado?

Fantasía y entusiasmo, el secreto de la búsqueda inserta en la imaginación
Vías, que por serlo, le van ganando en valor a la antigüedad de sí mismas
Sin que se escape la sangre, ni tampoco ninguna cuota ni gota de esfuerzo
El arquero que da con la presa buscada, y que será el que menos se sirva.

Los demás, no porque uno sea poco
Sino porque uno ha terminado con una parte de sí
Terminado el cimiento, es posible soñar el tejado
Y en silencio, sospechar despacio el universo entero.

Andrea
19.02.02
20:22

La flecha

El bosque, envuelto de nubes
Se extendía sobre la cumbre de la montaña
Y era una posibilidad, incluso una empresa
A pesar del temblor de las manos, ya ásperas.

La responsabilidad de un sueño, de un atisbo
Convertida en realidad por su propio peso
Desistiendo de juzgar la fuerza de aquel
Que forjó en su imaginación la obra que vivirá.

Quizá esta noche llamaré, sin invocar
Y si alguien acepta mi cita puede que no comprenda
Que pudiera ser la última vez que lo haga
Para que exista una idea que deba ser olvidada.

Entre pérdidas y gestos perdidos entre los días comunes
Tampoco será tan difícil mantener los párpados cansados
Ni desnudar la infinita profundidad del instante de un deseo
Por esa magia y esa ciencia capaz de guardarse en los bolsillos.

Con la atención puesta en lo que todavía está
Como el que atiende la llama de una hoguera
Y entre movimiento y movimiento capta el crepitar
Descubriendo el sonido que será poema y razón suficiente.

De todos modos, todavía será posible dar con el modo
La clave por la cual la red se recoge llena y aún así
Es posible dar abasto con lo que habrá de obtenerse
Evitando el extravío de cada momento y cada intención.

Lienzo y papel, el otro lado del hemisferio que se conecta
La unión lograda por el fin, más que por sus buscadores
El fin, unido a la finalidad
La finalidad que no espera, porque ignora al tiempo.

Estas cosas, y otras, diré
A quien esté enfrente
Le interese o no
Porque ni siquiera hablaré para mí.

La flecha de madera fue vida
Que dio fruto y tocó el cielo
Cuando fue árbol extendido sobre una montaña
Sólo para que alguien, alcanzado por ella, quiera notarlo.

Smarc
21.02.02
19:53

Humana

Tres naves opuestas quebrando el triangulo
Haciendo falta la noche y la risa dentro del auto
La lluvia en otro país, con los documentos necesarios
El extranjero del mundo, ese no importarle una región.

La clave de los cabellos blancos ya a los veinte
El grito tímido e inútil del resentido de corazón
Detalles que borran la lástima y despiertan la burla
Porque el desprecio suele distraer a la conciencia.

Rito de la destrucción, las cosas que haces por alguien
Como si tuviese sentido, cuando lo que intentas, lo sé
Es ocultarte a ti la dificilísima tarea de encontrar un sentido
Que justifique en un acto, o en miles de actos tu vida.

Sé cómo es, yo estuve ahí, y también en otros lados
Hablo de lo que sé, de lo que imagino y de lo que intuyo
Estudio historia, solo para poder no fiarme de ella
Confío en Dios, en la Virgen, y en mí, no en tus palabras.

Contención de la ausencia de luz en la ropa del invitado
Brilla, para los ojos normales brilla, la plata del metal
Sexo y codicia, la voluntad despierta en la entrepierna
De ti depende, es sencillo, estuve ahí, y en otros lados.

La habitación de arriba, en la escalera está el riesgo
En la imprecisa mirada de los demás está el temor
Pero es sencillo, acceder no es imposible, es sencillo
Avanza, a menos que oigas el sonido de rayo tocando la tierra.

El sonido de la espalda que se rompe, a tiempo
El pie izquierdo que quiebra el cráneo del felino
El apoyo de la derecha para impulsar el orden
La tabla que se hace nave, la nave que se hace puente.

En la entrega o en la dominación está una parte
Después del abismo ambas son posibles a un tiempo
Mientras la chica que nunca fue amada se droga
Mientras el chico, que nunca pudo amar, se ahoga en hierba.

Lloverá, aún cuando todo sea posible
Por esas lágrimas que no se decidieron a brotar
Dejando dentro el agua y la sal
Lo que lava y lo que da sabor a la carne
La vida humana cuando en un punto se hace sincera.

Andrea
19:52
22.02.02
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