el resentimiento se frota las manos
y tras escupir en mi cara
hiende en mi corazón una púa
rebosante de rabia venenosa

yo le dejo hacer
un poco sorprendido
un poco cansado
porque cada vez queda menos territorio
que penetrar en el músculo
y cada dolor no es lo que era

las lastimaduras
parecen más lejanas
aunque repetidas más precisas
y temo que lo emocionante sea hoy
mi capacidad de sentir

trato de apartarme
sin alejarme ni mentirme
y a cada minuto el peso de un aire difuso
me prueba el orgullo y las culpas
haciendo cuestione lo que me exijo
cuando cuestionan mis excesos y defectos

tan cerca de mí
como el pecho de la espalda
y tan lejos
como el mango del cuchillo del filo de su hoja
para un no seguirme
y provocarme caídas
se explica desde los ojos

que sin haber pasado la noche
con una sola de mis miradas
y que sin embargo sientas soy en tu aliento
lo dicen los gestos que portas
eso que pudiendo explicarse
ni se explica ni se dice

por el silencio de las rocas
del que nos hicieron