Sé que cuesta, lo sé
salir a la calle a vencer a todos,
atropellar con la fuerza de la convicción
las traiciones y las armas
con las que la mayoría nos saludan,

que detrás de todo gesto
está la historia de un futuro
privado de su esencia
por la desgana del de enfrente,

que le llaman amistad
a convivir un espacio/tiempo limitado,
y que al amor
se lo certifica con papeles, abogados y sacerdotes.

Sé que hombres y mujeres
suelen hablar de lo que no conocen,
como los niños,
y que se diferencian de estos
porque del mismo no modo, y acabada la cena
ya no quieren seguir jugando
ni seguir aprendiendo
pedaleando unos minutos más.

Todos los días sé
cómo destruyen a los pequeños
quienes van en contra del aborto,
los que defienden las especies en extinción
sin comenzar por la propia.

Sé, enteramente
quién dejó de ser un cualquiera
para ser otro cualquiera,
en nombre de la historia de sus padres
que ya duermen en paz
en el culo de la memoria.

¿Cómo admirar sin comparar?
¿Cómo determinar la bondad sin juzgar?
¿Cómo tolerar la belleza siendo uno mierda?
Ensuciando, contaminando, violando y torciendo
como lo hacen los pacientes despreciadores de la sed,
incapaces de abrevar una página en blanco.