Tiene derecho a imaginar
a escribir y vomitar todas sus soledades,
si no puede solventar un corrector de estilo
algún hijo de puta lo hará.

Por la quinta mierda
debe cagarse en Cristo, en Buda, en Mahoma
en la puta que lo parió
y en todos nosotros,
jure.

Repita conmigo:

“Creo en el alfabeto
y en el pentagrama,
en la minifalda a medianoche
y en la corbata negra,
en el perfume a madera
y en los zapatos lustrados,
en la manipulación como arte
y en la lengua entre las piernas.”

Escriba su biografía
sin llorar,
pedacito de mierda
¿no ve que el teléfono es de adorno?

Junte sus pedazos
llame a sus amistades
- recuerde la sombrilla que lleva en el culo –,
conviva jovial.

Espere dos años
y mírese en el después.

Ahora es el después.